La ultraderecha francesa se inspira en Salvini para la batalla política europea

Marine Le Pen quiere aprovechar la ola antimigratoria impulsada por el Gobierno italiano: “El gran movimiento nacional que encarnamos gana en toda Europa”

Silvia Ayuso
París, El País
Ahogada por los problemas económicos de su partido, el Reagrupamiento Nacional (RN), pero dispuesta a no desaprovechar la oleada populista y antiinmigrante que ha encumbrado en Italia a su admirado Matteo Salvini y de la que también espera poder beneficiarse. La líder de la ultraderecha en Francia, Marine Le Pen, inauguró este domingo el nuevo curso político del antiguo Frente Nacional con un objetivo prioritario: la conquista de Bruselas en las elecciones europeas de mayo, en las que según los sondeos parte con fuerza.


La clave para ello, según la lectura de Le Pen sobre los últimos bandazos políticos europeos, es la inmigración, tema que ocupó buena parte de su discurso inaugural en Fréjus, una localidad al sur de Francia que constituye uno de los bastiones del RN. “El número de solicitantes de asilo en Italia tras la llegada al poder de Salvini ha bajado un 65%”, dijo entre aplausos Le Pen, para quien las políticas migratorias de la Unión Europea y del Gobierno de Emmanuel Macron amenazan con romper el equilibrio demográfico y provocan la “sumersión silenciosa” de Europa y de Francia. “Hay que imponer una política disuasoria de inmigración” como en Italia, reclamó.

El objetivo del RN en mayo no es “lograr uno o dos eurodiputados más”, ha asegurado Le Pen, cuyo partido venció en las elecciones europeas de 2014, donde obtuvo 24 escaños aunque solo le quedan 16 tras varios abandonos. Se trata más bien, según ha adelantado la líder de ultraderecha, que no encabezará la lista de candidatos pero que tendrá un gran protagonismo durante toda la campaña, de crear una “minoría de bloqueo” que logre “frenar la carrera loca de la Unión Europea”.
Batalla judicial

Los esfuerzos electorales del RN tienen sin embargo un obstáculo monetario. El partido está sumido en una grave crisis económica tras la decisión de la justicia francesa en julio de bloquear la entrega de dos de los 4,5 millones de euros de fondos públicos que le corresponden en el marco de las asignaciones para la financiación de partidos que rige en Francia, y que se realizan en función de la representación que obtienen en las elecciones, donde el RN llegó a la segunda vuelta presidencial. El trasfondo de esta acción judicial es la investigación sobre los supuestos empleos ficticios para asistentes parlamentarios de la formación de ultraderecha entre 2009 y 2017 en el Parlamento Europeo, que estima en 7 millones de euros el perjuicio sufrido por el presunto desvío de dinero de los eurodiputados ultraderechistas, varios de los cuales, incluida Le Pen, ya han sido imputados. Una fecha clave es el 26 de septiembre, día en que la justicia francesa debe decidir si mantiene el bloqueo de los dos millones de euros o libera el dinero. Le Pen, que ha vuelto a ser convocada para declarar ante los jueces, ha denunciado la congelación de los fondos como un intento de “asesinato político” de su formación.

Con todo, los apuros económicos no parecen estar afectando sus ambiciones electorales europeas. El último sondeo, publicado el viernes, coloca al RN de Le Pen en cabeza de la intención de voto en Francia (21%), solo precedido, muy levemente, por La República en Marcha (LREM) de Macron, que obtendría el 21,5% de los votos.

El delegado nacional de LREM, Christophe Castaner, recordó el viernes que el partido de Le Pen obtuvo más de diez millones de votos, algo que “no hay que descuidar”. Y subrayó que el desafío principal, tanto en Francia como en el resto de Europa es frenar, de cara a las elecciones europeas, el avance del populismo de derechas y antiinmigrante que quiere minar los pilares de la UE. “El desafío no es ganar o no las elecciones europeas, es salvar o no Europa”, advirtió.


Ideas viejas, paisaje nuevo
El pueblo que sacó los colores a Le Pen

S. A.

La imagen encajaba a la perfección en la retórica xenófoba de Marine Le Pen: Châteaudouble, un pueblo de 480 habitantes que acogerá a 72 inmigrantes. La líder del RN no pudo evitar comparaciones: “Es como si de la noche a la mañana impusieran a 12 millones de migrantes en Francia”, señaló cuando viajó el pasado miércoles a la pequeña localidad a tan solo 300 kilómetros de Fréjus, uno de sus feudos. Pero con lo que no contaba Le Pen era con el comité de acogidaque la recibió con pitidos y abucheos hasta que se fue. Le Pen culpó a “antifascistas de Marsella” de la gran pitada, pero en realidad fueron los propios vecinos los que lideraron la protesta, según la prensa local.

En esencia, el discurso antimigratorio y anti UE de Le Pen no es nuevo. Lo que ha cambiado es el panorama político europeo donde, a un año de la victoria de Macron que fue interpretada como un frenazo al populismo, este avanza en otros países de la región. “La gran batalla de las elecciones europeas puede cambiarlo todo”, sostuvo Le Pen. “Tenemos una cita con la historia. Somos, como la Liga italiana de Salvini o el FPÖ [Partido Liberal de Austria] del [vicecaniller] austriaco Heinz-Christian Strache, partidos que defendemos con uñas y dientes nuestra nación y nuestra civilización. El gran movimiento nacional que encarnamos gana en toda Europa”, dijo evocando la reciente remontada de la extrema derecha en Suecia. “En Hungría, en Polonia, en Italia, en Austria, nuestras ideas ya están en el poder y este movimiento es mundial (…) asistimos por todas partes al triunfo de los pueblos”, celebró.

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