La 'pazza Inter' ha vuelto: el Tottenham cae en San Siro

Argentino y uruguayo voltearon el marcador en los últimos minutos e hicieron inútil el tanto previo de Eriksen. Los italianos se sitúan segundos de grupo tras el Barça.

Mirko Calemme
As
Sus tifosi al Inter, le llaman ‘pazza’, loca, porque, en las buenas y las malas, siempre acaba sorprendiéndote. Su regreso a la Champions tras seis temporadas no pudo ser más fiel a su tradición: se clasificó con un triunfo sobre la bocina ante el Lazio, en mayo, y en su estreno tumbó al Tottenham en un partido inolvidable, que parecía perdido. Así son los nerazzurri.


Demasiado tiempo llevaba San Siro deseando aquel himno, que coreó con toda su fuerza. Una tarde mágica que Spalletti quiso jugarse con tres centrales (Skriniar, de Vrij y Miranda) ante la fuerza ofensiva de los Spurs, con muchas ausencias (Lloris, Alderweireld, Trippier, Sissoko, Dele Alli…) pero igualmente temibles.

La primera mitad fue muy intensa, con un gran ritmo, aunque con pocas ocasiones. Erisken mandó las operaciones, con un lanzamiento de falta que desvió Handanovic y una asistencia genial para Kane, que intentó regatear al meta esloveno y se llevó el balón fuera. El Inter, mientras, buscaba un hueco desde los costados, pero Perisic no estaba fino y Politano hacía poco daño.

En la reanudación los de Pochettino capitalizaron su ligera superioridad siempre con Eriksen, que remató dos veces a puerta en el 53’. En la primera se topó con Handanovic, con la segunda tuvo más suerte: Miranda desvió su disparo creando una trayectoria imparable, que valió el 0-1.

Los Spurs pudieron sentenciar con Lamela hasta tres veces, y en San Siro se difundía una depresión comprensible, considerando también el triste arranque liguero de los milaneses. Spalletti, no obstante, no se rindió: aumentó su fuerza ofensiva sacando a Candreva y Baldé y, poco a poco, los suyos crecieron.

En el 85’ llegó el empate, quizás algo causal: Asamoah falló un centro y, sin quererlo, encontró a Icardi fuera del área. Como dicen en Italia, es el balón que busca al argentino y no al revés: el punta por fin se estrenaba en la competición que siempre deseó y marcó su primer tanto de Champions con una volea perfecta, imparable.

El Meazza enloquecía y era imposible contentarse con un punto. Lo sabía también Pochettino, que sustituyó a Kane con Rose para evitar lo inevitable. No sirvió, obviamente. En el 92’ de Vrij peinó un saque de esquina para Vecino, siempre él: el mismo hombre que tumbó al Lazio en mayo, firmó este heróico 2-1, desatando la fiesta de jugadores y tifosi. Sí, el Inter ha vuelto a la Champions a su manera. Se le echó de menos.

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