Israel construye un nuevo muro en la frontera con Líbano para evitar la filtración de terroristas de Hezbollah

El muro se encuentra en el paso fronterizo de Rosh Hanikra. Hasta el momento fueron construidos 11 kilómetros, mientras faltan otros dos

Infobae
Sobre las colinas que dominan el Mediterráneo, con los israelíes de un lado y los libaneses del otro, Israel construye un muro entre los dos, ante los ojos de los soldados libaneses encaramados a un mirador situado justo encima de las obras.


Con el fin de evitar ataques externos, Israel cuenta con muros y barreras en buena parte de sus pasos fronterizos: contra los autores de ataques procedentes de Cisjordania, alrededor de la Franja de Gaza en manos de los terroristas palestinos de Hamas, o en la frontera egipcia para bloquear la inmigración clandestina. Este año se inició al norte una nueva construcción a lo largo de la frontera con Líbano.

Luego de diferentes conflictos, Israel y Líbano siguen técnicamente en estado de guerra. Pero este nuevo muro pretende sobre todo frenar posibles intentos de infiltración de terroristas de Hezbollah.

"Esta barrera es la respuesta a las intenciones proclamadas, a las amenazas lanzadas públicamente por Hezbollah desde 2011 para infiltrarse en Israel y atacar a las localidades israelíes situadas al sur de la Línea Azul", que delimita la frontera y fue trazada por la ONU después de la retirada israelí de Líbano en 2000, explicó el comandante Tomer Gilad.

"Nos tomamos en serio estas amenazas", agregó el oficial durante una visita a las obras organizadas para periodistas cerca de Rosh Hanikra.

En el verano de 2006, Israel lanzó una ofensiva contra Hezbollah, luego de que los extremistas secuestraran a dos soldados israelíes. La guerra de 33 días dejó miles de muertos.

Desde entonces, la frontera se mantuvo relativamente en calma. Pero Israel permanece en guardia ante una organización apoyada por su enemigo iraní y cuyos intereses ataca a menudo en Siria.

El muro en construcción, una yuxtaposición hermética de bloques grises de hormigón de nueve metros de alto y que es igual al erigido para aislar Cisjordania, prolonga una barrera edificada en 2012 alrededor de la ciudad israelí de Metula, cercana a la frontera libanesa.

Ya se construyeron 11 kilómetros y hay presupuesto para dos kilómetros más.

El objetivo a largo plazo es edificar un muro a lo largo de los 130 kilómetros de frontera. Si hay dinero, se puede terminar en dos años, sostiene el director del proyecto, el general Eran Ofir. El coste total se evalúa en 1.700 millones de shekels (406 millones de euros, 470 millones de dólares).

El muro sustituye a la alta alambrada que había hasta ahora y estará rematado por cámaras y por un entrelazado de alambres de acero. Los oficiales israelíes se abstienen de decir si el dispositivo incluye un componente subterráneo para bloquear el riesgo de túneles, como alrededor de la Franja de Gaza.

Israel asegura que el muro se situará integralmente en su lado de la Línea Azul. Líbano afirma por su parte que algunas secciones invadirán su territorio y se prepara diplomáticamente para denunciar esta construcción. Las tensiones van en aumento por las reivindicaciones antagonistas de los dos países sobre los yacimientos de hidrocarburos en el Mediterráneo.

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