Golpe de mano de Luis Enrique

El nuevo seleccionador empezó a lo grande en Wembley y en la Liga de Naciones. Saúl, el mejor, igualó el gol de Rashford. Rodrigo selló la remontada. De Gea se reivindicó.

Joaquín Maroto
As
Luis Enrique ha empezado a lo grande. Con una victoria en Wembley. Un triunfo que abre la Liga de Naciones y cierra la pesadilla del Mundial. La Roja tiene buena pinta. Más en la fase ofensiva que en la defensiva, pero mejor después de lo que pasó en Moscú. Nos vamos a divertir con esta nueva Selección, porque no va a marear la perdiz. Es un equipo que presiona más arriba y que va más vertical, un equipo más ambicioso y con más remate. Todo lo bueno que condensa Saúl, el mejor frente a Inglaterra. Un jugador que ha pasado de no jugar un sólo minuto en el Mundial a reunir todo lo que tiene la fórmula Luis Enrique: despliegue, llegada de área a área, remate y presencia. Él hizo lo mejor del partido, amén de un paradón de De Gea, que se reivindicó volando a la escuadra para sacar a una mano un remate precioso de Rashford, el más incisivo y rápido de los ingleses.


El rojiblanco fue el que marcó el gol más importante de la noche. Inglaterra se adelantó antes del cuarto de hora con una contra perfecta que dejó retratados a Nacho y Sergio Ramos y Saúl empató un minuto después tras una gran jugada de Carvajal por su banda, un control orientado precioso de Rodrigo y un remate, ¡con la derecha!, de Ñíguez ajustadísimo al palo. Ese gol dio confianza a España, que se serenó y se vino arriba. En esa racha llegó el gol de Rodrigo, tanto de buen delantero. Aprovechó una falta botada por Thiago. Una jugada de pizarra entre dos futbolistas que llevan juntos desde niños, desde que fueron compañeros en el colegio inglés de Barra de Tijuca, en Brasil.

Inglaterra, más allá de un par de contras, sólo apretó muy al final, en un partido que se prolongó nueve minutos por la conmoción que sufrió Shaw tras un golpazo con Carvajal. En ese tiempo marcaron un gol los ingleses, que fue anulado por falta a De Gea dentro del área pequeña.

Pero la España de Luis Enrique, mucho más directa que la que hemos visto en los últimos grandes torneos, tiene también cosas que mejorar. Sobre todo a la hora de replegarse tras las pérdidas de balón en campo contrario. Como la vocación es claramente ofensiva, lo que el técnico ya dejó claro con la alineación, casi nadie mira hacia atrás. Se evidenció en varias jugadas de Inglaterra, que a falta de combatividad puso velocidad. También hay que resolver el papel de Isco. Marcos Alonso tiene tanta presencia, y es tan vertical, en esa zona que el madridista se sintió fuera de cacho. No logró conectar hasta que empezó a trazar diagonales, pero sin continuidad.

En todo caso, segunda victoria de España en toda la historia en Wembley en el primer partido de Luis Enrique, que inicia su etapa a lo grande y sumando tres puntos a domicilio frente a una ‘top ten’ de la FIFA en la Liga de Naciones, un botín que en el Mundial sólo consiguió frente a Irán. Y gracias.

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