Evo Morales concede la amnistía a los expresidentes bolivianos Quiroga y Mesa
La decisión busca afianzar la causa contra Chile por el acceso al mar, a punto de resolverse
Fernando Molina
La Paz, El País
En la línea de partida de la campaña para las elecciones del próximo año, el presidente boliviano y controvertido aspirante a un cuarto mandato consecutivo, Evo Morales, hizo otro movimiento que trastocó las circunstancias políticas del país: concedió una “amnistía” a los expresidentes Jorge Quiroga y Carlos Mesa, acusados en sendos procesos judiciales por hechos ocurridos durante sus respectivos Gobiernos a principios de siglo.
“Tomo esta decisión de manera personal apoyándome en la autoridad legal que la Constitución me confiere y lo hago sin solicitar a los expresidentes nada personal a cambio, solo que defiendan […] nuestro derecho a una salida soberana al océano Pacífico con todas sus energías, con todo su corazón y capacidad intelectual”, leyó el presidente ante la prensa, presentando la amnistía como una medida derivada de la lectura el próximo 1 de octubre del fallo de la Corte Internacional de La Haya, en la causa que Bolivia sigue para obligar a Chile a dialogar sobre un acceso marítimo soberano.
Morales no quiere que Quiroga y Mesa tengan “procesos judiciales pendientes que entorpezcan las nuevas actividades internas y externas de defensa y negociación de nuestro derecho marítimo”, subraya el presidente. De esta forma, parece que el Ejecutivo boliviano les encargará cumplir tareas diplomáticas el fallo, que sostiene será favorable a Bolivia. Hasta ahora, Carlos Mesa se ha desempeñado como el portavoz internacional de la causa marítima boliviana.
La derivada electoral de esta decisión reside en el hecho de que Mesa es el político mejor situado por las encuestas para enfrentar e incluso para vencer a Morales en las elecciones del año que viene, aunque él mismo ha asegurado que no está interesado en concurrir a los comicios. Sin embargo, la decisión de Mesa de no participar pareció debilitarse desde hace un par de meses, cuando una institución estatal le inició el mismo proceso judicial del que ahora lo librará la amnistía gubernamental. El expresidente ha reaccionado tuiteando que aprecia el gesto del mandatario, pero no acepta la “presunción de culpabilidad” que, según él, entraña la concesión de amnistía. También ha insinuado que su compromiso con la causa marítima iba a mantenerse aunque el juicio en su contra continuara.
Las principales voces de la oposición no han querido pronunciarse abiertamente sobre si la decisión presidencial tiene intereses disimulados o no. Tanto ellas como los líderes de oficialismo se hallan a la espera de que dirá Mesa finalmente sobre su futuro político, lo que debe ocurrir necesariamente en las próximas dos o tres semanas.
Fernando Molina
La Paz, El País
En la línea de partida de la campaña para las elecciones del próximo año, el presidente boliviano y controvertido aspirante a un cuarto mandato consecutivo, Evo Morales, hizo otro movimiento que trastocó las circunstancias políticas del país: concedió una “amnistía” a los expresidentes Jorge Quiroga y Carlos Mesa, acusados en sendos procesos judiciales por hechos ocurridos durante sus respectivos Gobiernos a principios de siglo.
“Tomo esta decisión de manera personal apoyándome en la autoridad legal que la Constitución me confiere y lo hago sin solicitar a los expresidentes nada personal a cambio, solo que defiendan […] nuestro derecho a una salida soberana al océano Pacífico con todas sus energías, con todo su corazón y capacidad intelectual”, leyó el presidente ante la prensa, presentando la amnistía como una medida derivada de la lectura el próximo 1 de octubre del fallo de la Corte Internacional de La Haya, en la causa que Bolivia sigue para obligar a Chile a dialogar sobre un acceso marítimo soberano.
Morales no quiere que Quiroga y Mesa tengan “procesos judiciales pendientes que entorpezcan las nuevas actividades internas y externas de defensa y negociación de nuestro derecho marítimo”, subraya el presidente. De esta forma, parece que el Ejecutivo boliviano les encargará cumplir tareas diplomáticas el fallo, que sostiene será favorable a Bolivia. Hasta ahora, Carlos Mesa se ha desempeñado como el portavoz internacional de la causa marítima boliviana.
La derivada electoral de esta decisión reside en el hecho de que Mesa es el político mejor situado por las encuestas para enfrentar e incluso para vencer a Morales en las elecciones del año que viene, aunque él mismo ha asegurado que no está interesado en concurrir a los comicios. Sin embargo, la decisión de Mesa de no participar pareció debilitarse desde hace un par de meses, cuando una institución estatal le inició el mismo proceso judicial del que ahora lo librará la amnistía gubernamental. El expresidente ha reaccionado tuiteando que aprecia el gesto del mandatario, pero no acepta la “presunción de culpabilidad” que, según él, entraña la concesión de amnistía. También ha insinuado que su compromiso con la causa marítima iba a mantenerse aunque el juicio en su contra continuara.
Las principales voces de la oposición no han querido pronunciarse abiertamente sobre si la decisión presidencial tiene intereses disimulados o no. Tanto ellas como los líderes de oficialismo se hallan a la espera de que dirá Mesa finalmente sobre su futuro político, lo que debe ocurrir necesariamente en las próximas dos o tres semanas.