El Inter gana con lo justo a la Fiorentina.
La Fiorentina fue mejor en San Siro, pero los de Spalletti gracias a un penalti de Icardi, pitado con el VAR, y a D’Ambrosio ganaron. Marcó Chiesa.
Mirko Calemme
As
El Inter cerró una semana perfecta, con tres victorias en siete días, derrotando en San Siro a una gran Fiorentina. Lo hizo sufriendo, como ante Tottenham y Sampdoria, o quizás incluso más. El triunfo, probablemente, fue inmerecido, pero los nerazzurri esta noche fueron tan feos como efectivos. Y ahora suman 10 puntos.
Las últimas seis veces que los conjuntos se cruzaron en la Serie A siempre regalaron espectáculo y muchos goles (hasta 29). En la primera parte de esta noche tampoco defraudaron: los de Spalletti se hicieron con el mando del partido, la Viola daba miedo con sus improvisas llegadas. Es un equipo joven el de Pioli. De hecho, es el que tiene la menor edad media del campeonato. Una de las excepciones es Kevin Mirallas, que salió de inicio en el Meazza y después de apenas cuatro minutos golpeó el poste con un derechazo, recibiendo un pase de Benassi. Más adelante, Chiesa aprovechó una pérdida de Brozovic cediendo a Simeone, al que Handanovic le negó el gol con un paradón.
Mientras, los nerazzurri tocaban, buscando el hueco, pero acercándose poco a Lafont que, por su parte, les ayudó con un par de atrevidos malos pases (en uno de esos, Candreva desperdició una buena oportunidad chutando alto). Al filo del descanso, un centro del extremo italiano encontró las yemas de los dedos de Vitor Hugo: el contacto fue mínimo, pero el VAR no se lo perdió y Mazzoleni, viendo las imágenes, no tuvo dudas. Fue penalti, que Icardi convirtió para su primera firma del campeonato.
Los descarados chicos viola no se rindieron y empezaron la segunda parte con la clara intención de poner las tablas. Tardaron menos de diez minutos en conseguirlo gracias a un disparo de Federico Chiesa, el mejor de los suyos, desviado por Skriniar en la portería. La Fiore, con Gerson y Pjaca en lugar de Fernandes y Simeone, seguía jugando sin presiones, se gustaba en el campo y no se contentó con el empate. Pero en su mejor momento, justo mientras pedía un penalti por una falta de Politano sobre el endemoniado Chiesa (que también pudo haber forzado la expulsión de Asamoah, 'indultado' por el árbitro), encajó el 2-1 sin casi darse cuenta.
En una jugada que comenzó desde un saque de banda, D'Ambrosio combinó con Icardi y se presentó ante Lafont, batiéndolo como si fuera un experimentado punta. Los milaneses, a pesar del tanto, siguieron sufriendo hasta el pitido final, pero ya se acostumbraron a eso, casi están cómodos en las adversidades. Y se llevaron otra fundamental victoria.
Mirko Calemme
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El Inter cerró una semana perfecta, con tres victorias en siete días, derrotando en San Siro a una gran Fiorentina. Lo hizo sufriendo, como ante Tottenham y Sampdoria, o quizás incluso más. El triunfo, probablemente, fue inmerecido, pero los nerazzurri esta noche fueron tan feos como efectivos. Y ahora suman 10 puntos.
Las últimas seis veces que los conjuntos se cruzaron en la Serie A siempre regalaron espectáculo y muchos goles (hasta 29). En la primera parte de esta noche tampoco defraudaron: los de Spalletti se hicieron con el mando del partido, la Viola daba miedo con sus improvisas llegadas. Es un equipo joven el de Pioli. De hecho, es el que tiene la menor edad media del campeonato. Una de las excepciones es Kevin Mirallas, que salió de inicio en el Meazza y después de apenas cuatro minutos golpeó el poste con un derechazo, recibiendo un pase de Benassi. Más adelante, Chiesa aprovechó una pérdida de Brozovic cediendo a Simeone, al que Handanovic le negó el gol con un paradón.
Mientras, los nerazzurri tocaban, buscando el hueco, pero acercándose poco a Lafont que, por su parte, les ayudó con un par de atrevidos malos pases (en uno de esos, Candreva desperdició una buena oportunidad chutando alto). Al filo del descanso, un centro del extremo italiano encontró las yemas de los dedos de Vitor Hugo: el contacto fue mínimo, pero el VAR no se lo perdió y Mazzoleni, viendo las imágenes, no tuvo dudas. Fue penalti, que Icardi convirtió para su primera firma del campeonato.
Los descarados chicos viola no se rindieron y empezaron la segunda parte con la clara intención de poner las tablas. Tardaron menos de diez minutos en conseguirlo gracias a un disparo de Federico Chiesa, el mejor de los suyos, desviado por Skriniar en la portería. La Fiore, con Gerson y Pjaca en lugar de Fernandes y Simeone, seguía jugando sin presiones, se gustaba en el campo y no se contentó con el empate. Pero en su mejor momento, justo mientras pedía un penalti por una falta de Politano sobre el endemoniado Chiesa (que también pudo haber forzado la expulsión de Asamoah, 'indultado' por el árbitro), encajó el 2-1 sin casi darse cuenta.
En una jugada que comenzó desde un saque de banda, D'Ambrosio combinó con Icardi y se presentó ante Lafont, batiéndolo como si fuera un experimentado punta. Los milaneses, a pesar del tanto, siguieron sufriendo hasta el pitido final, pero ya se acostumbraron a eso, casi están cómodos en las adversidades. Y se llevaron otra fundamental victoria.