El Hoffenheim se confió y el Shakhtar salvó un punto
Grillitsch y Nordtveit marcaron los goles del conjunto alemán. El Shakhtar logró igualar el marcador en dos ocasiones. Nagelsmann debutó como el técnico más joven en la Champions.
Ruby Arés
As
El Metalist Stadium disfrutó de un partido con goles y ritmo. El Hoffenheim llegaba de la mejor manera a Europa. Se plantó ante el Shakhtar y nada más empezó a rodar la pelota se hizo dueña de ella. No tardaron en ver portería. Transcurría el minuto seis de partido cuando los alemanes lograron robar el balón en el centro del campo y entre Bittencourt y Grillitsch fabricaron la jugada que terminó acabando en gol. Grillitsch picaba el balón para batir a Pyatov sin ningún problema. Los de Nagelsmann pecaron de confianza y dejaron que el Shakhtar se cansaran llevando el peso del encuentro. Las contras las jugaban rápido, al primer toque, pero sin llegar a finalizarlas. Los ucranianos se vieron fuertes, llegando con facilidad por la banda izquierda. Y así llegó el primer susto. Rakitsky colgó un balón para Stepanenko que acabó despejando Baumann. Pero Ismaily no perdonó. Se hizo con la pelota, se apoyó en un compañero y se internó por el costado del área para batir con un tiro cruzado a Baumann.
El Shakhtar se metía en el partido, pero no por mucho tiempo. Joelinton contestaba al medio minuto, se plantó ante el portero, al que batió, pero para disgusto de la afición teutona, Butko evitó que el esférico traspasase la línea de gol. Lo siguió intentado Bittencourt, penetrando en el área y lanzándose en plancha para rematar de cabeza. Acertó Pyatov y logró parar el cabezazo. Pero erró en la siguiente llegada de los alemanes. En un córner, las jugadas de estrategias son uno de los puntos fuertes de Nagelsmann, Nordveit remataba de cabeza para poner 1-2 en el marcador, Pyaton se llevaba las manos a la cabeza, había estado lento en la salida y el central del Hoffenheim había rematado a placer en el área pequeña.
El Shakhtar regresó del túnel de vestuarios enchufados, encerrando al Hoffenheim en su campo. Los de Nagelsmann volvían a dejar jugar al rival, aunque no dejaron que les dominasen como hicieron tras el 0-1. Buscaban aumentar la ventaja, no se conformaban con ir uno por encima. Kramaric lo intentó con una falta directa que se marchó lamiendo el larguero. Fonseca retocó al equipo y metió sangre fresca al partido con Kovalenko. Las áreas y los porteros continuaron siendo los protagonistas gran parte de la segunda parte. Taison e Ismaily intentaron el empate por la banda izquierda, donde lograron hacer daño en la primera parte. El cansancio se fue haciendo patente cuando quedaba menos veinte minutos de partido. El ritmo caía, el Shakhtar tenía la pelota y la tocaba, la movía por todo el ancho de campo, pero no encontraban destinatario. Nagelsmann había conseguido que la posesión del rival fuese estéril. Los ucranianos veían que las jugadas que intentaban tejer no daban los frutos deseados, hasta que un zurdazo de Maycon se coló ajustado a la cepa del poste. El acento brasileño tan característico en el Shakhtar salvó un punto, que pudieron ser tres en el arreón final de los locales
Ruby Arés
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El Metalist Stadium disfrutó de un partido con goles y ritmo. El Hoffenheim llegaba de la mejor manera a Europa. Se plantó ante el Shakhtar y nada más empezó a rodar la pelota se hizo dueña de ella. No tardaron en ver portería. Transcurría el minuto seis de partido cuando los alemanes lograron robar el balón en el centro del campo y entre Bittencourt y Grillitsch fabricaron la jugada que terminó acabando en gol. Grillitsch picaba el balón para batir a Pyatov sin ningún problema. Los de Nagelsmann pecaron de confianza y dejaron que el Shakhtar se cansaran llevando el peso del encuentro. Las contras las jugaban rápido, al primer toque, pero sin llegar a finalizarlas. Los ucranianos se vieron fuertes, llegando con facilidad por la banda izquierda. Y así llegó el primer susto. Rakitsky colgó un balón para Stepanenko que acabó despejando Baumann. Pero Ismaily no perdonó. Se hizo con la pelota, se apoyó en un compañero y se internó por el costado del área para batir con un tiro cruzado a Baumann.
El Shakhtar se metía en el partido, pero no por mucho tiempo. Joelinton contestaba al medio minuto, se plantó ante el portero, al que batió, pero para disgusto de la afición teutona, Butko evitó que el esférico traspasase la línea de gol. Lo siguió intentado Bittencourt, penetrando en el área y lanzándose en plancha para rematar de cabeza. Acertó Pyatov y logró parar el cabezazo. Pero erró en la siguiente llegada de los alemanes. En un córner, las jugadas de estrategias son uno de los puntos fuertes de Nagelsmann, Nordveit remataba de cabeza para poner 1-2 en el marcador, Pyaton se llevaba las manos a la cabeza, había estado lento en la salida y el central del Hoffenheim había rematado a placer en el área pequeña.
El Shakhtar regresó del túnel de vestuarios enchufados, encerrando al Hoffenheim en su campo. Los de Nagelsmann volvían a dejar jugar al rival, aunque no dejaron que les dominasen como hicieron tras el 0-1. Buscaban aumentar la ventaja, no se conformaban con ir uno por encima. Kramaric lo intentó con una falta directa que se marchó lamiendo el larguero. Fonseca retocó al equipo y metió sangre fresca al partido con Kovalenko. Las áreas y los porteros continuaron siendo los protagonistas gran parte de la segunda parte. Taison e Ismaily intentaron el empate por la banda izquierda, donde lograron hacer daño en la primera parte. El cansancio se fue haciendo patente cuando quedaba menos veinte minutos de partido. El ritmo caía, el Shakhtar tenía la pelota y la tocaba, la movía por todo el ancho de campo, pero no encontraban destinatario. Nagelsmann había conseguido que la posesión del rival fuese estéril. Los ucranianos veían que las jugadas que intentaban tejer no daban los frutos deseados, hasta que un zurdazo de Maycon se coló ajustado a la cepa del poste. El acento brasileño tan característico en el Shakhtar salvó un punto, que pudieron ser tres en el arreón final de los locales