Ejecutivo eligió financiar la sede de Unasur y no esperar aportes
“Como nuestra economía va creciendo, decidimos, por responsabilidad, con nuestros recursos construir esta sede”, afirmó el Presidente el 12 de septiembre.
María Carballo / La Paz
El Gobierno decidió financiar la construcción de la sede del parlamento de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y no esperar que los países miembros del organismo aporten para la edificación de la obra, reveló el presidente Evo Morales el 12 de septiembre.
“Inicialmente se pensó que todos los países de Suramérica aporten para la sede del Parlamento suramericano. Pero... con el hermano Vicepresidente, con mucha inteligencia, pero también con mucha fuerza y compromiso dijimos: ‘Para qué vamos a estar esperando que todos los países de Suramérica aporten’. Como nuestra economía va creciendo, decidimos nosotros, por responsabilidad, con nuestros recursos económicos, debemos construir esta sede”, afirmó Morales, el pasado miércoles, cuando se inauguró la obra.
La sede del parlamento de Unasur le costó al país 433.258.229,38 bolivianos (62,2 millones de dólares), según el Informe de Gestión 2017 del Ministerio de Obras Públicas.
El analista José Rafael Vilar recordó que en abril, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú y Paraguay suspendieron su participación en la Unasur “hasta tanto no se produzca una normalización” en la organización. Una de las cosas que están pendientes en el organismo es el nombramiento del secretario general, en reemplazo del colombiano Ernesto Samper, quien terminó el cargo en 2017.
“Seis países se declararon en licencia indefinida (Colombia ya inició su salida); y del presupuesto aprobado de 9.786.876 dólares, estos países debían aportar el 83,1%; de los restantes, Guyana y Surinam tienen deudas y Venezuela no aporta nada desde el año pasado, lo que da una deuda acumulada, desde 2014, de más de 23 millones”, detalló el analista.
Con esas cifras, explicó Vilar, se entiende por qué Unasur -nacida con marcado sesgo ideológico “durante el boom del petróleo, pero después víctima de ese sesgo y de la caída de precios”- necesitó que Ecuador le regalara la sede (43,6 millones) y Bolivia, la del parlamento nonato (más de 60)”.
La sede de la Secretaría General de Unasur se edificó en Quito (Ecuador). No obstante, en julio, el presidente Lenín Moreno solicitó la devolución de la obra. “Es absurdo que un edificio que cuesta varias decenas de millones de dólares esté sin ninguna utilidad”, afirmó.
El analista Jorge Dulon, explicó que no hay reglas fijas para definir quién tiene mayor responsabilidad para construir el edificio de Unasur, aunque “normalmente es el país sede el que asume los costos”.
“La construcción institucional no se hizo tan rápida como la construcción en infraestructura. Nunca hubo elecciones de parlamentarios de la Unasur; por lo tanto, nunca se reunieron. El Gobierno debió prever esta situación y priorizar el gasto público en otras necesidades urgentes del país”, acotó.
María Carballo / La Paz
El Gobierno decidió financiar la construcción de la sede del parlamento de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y no esperar que los países miembros del organismo aporten para la edificación de la obra, reveló el presidente Evo Morales el 12 de septiembre.
“Inicialmente se pensó que todos los países de Suramérica aporten para la sede del Parlamento suramericano. Pero... con el hermano Vicepresidente, con mucha inteligencia, pero también con mucha fuerza y compromiso dijimos: ‘Para qué vamos a estar esperando que todos los países de Suramérica aporten’. Como nuestra economía va creciendo, decidimos nosotros, por responsabilidad, con nuestros recursos económicos, debemos construir esta sede”, afirmó Morales, el pasado miércoles, cuando se inauguró la obra.
La sede del parlamento de Unasur le costó al país 433.258.229,38 bolivianos (62,2 millones de dólares), según el Informe de Gestión 2017 del Ministerio de Obras Públicas.
El analista José Rafael Vilar recordó que en abril, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú y Paraguay suspendieron su participación en la Unasur “hasta tanto no se produzca una normalización” en la organización. Una de las cosas que están pendientes en el organismo es el nombramiento del secretario general, en reemplazo del colombiano Ernesto Samper, quien terminó el cargo en 2017.
“Seis países se declararon en licencia indefinida (Colombia ya inició su salida); y del presupuesto aprobado de 9.786.876 dólares, estos países debían aportar el 83,1%; de los restantes, Guyana y Surinam tienen deudas y Venezuela no aporta nada desde el año pasado, lo que da una deuda acumulada, desde 2014, de más de 23 millones”, detalló el analista.
Con esas cifras, explicó Vilar, se entiende por qué Unasur -nacida con marcado sesgo ideológico “durante el boom del petróleo, pero después víctima de ese sesgo y de la caída de precios”- necesitó que Ecuador le regalara la sede (43,6 millones) y Bolivia, la del parlamento nonato (más de 60)”.
La sede de la Secretaría General de Unasur se edificó en Quito (Ecuador). No obstante, en julio, el presidente Lenín Moreno solicitó la devolución de la obra. “Es absurdo que un edificio que cuesta varias decenas de millones de dólares esté sin ninguna utilidad”, afirmó.
El analista Jorge Dulon, explicó que no hay reglas fijas para definir quién tiene mayor responsabilidad para construir el edificio de Unasur, aunque “normalmente es el país sede el que asume los costos”.
“La construcción institucional no se hizo tan rápida como la construcción en infraestructura. Nunca hubo elecciones de parlamentarios de la Unasur; por lo tanto, nunca se reunieron. El Gobierno debió prever esta situación y priorizar el gasto público en otras necesidades urgentes del país”, acotó.