Cristiano hace todo, menos el gol
La Juve tumba al Nápoles de Ancelotti gracias a un partidazo del exmadridista, que firmó dos asistencias y provocó otro tanto. La Vecchia Signora ya suma 6 puntos más que sus rivales.
Mirko Calemme
As
A Cristiano le sigue costando marcar goles, pero la Juve, con él, se ha hecho todavía más imparable: el portugués fue decisivo también ante el Nápoles, único equipo capaz de acercarse a su ritmo y que en Turín cayó 3-1. Los de Allegri, desde la llegada de CR7, están logrando mejorar sus imbatibles registros de los últimos años. Era desde 1930 que los turineses no empezaban una temporada con ocho victorias seguidas.
Carletto prometió no conformarse con el empate, y los suyos demostraron que no mentía con un arranque de partido muy agresivo. Los sureños se plantaron en la mitad de campo rival y, con ímpetu, buscaban el gol. Lo tuvieron a pocos centímetros con un latigazo de Zielinski y, en el 10’, lo consiguieron. Allan recuperó su enésimo balón de este curso y cedió a Callejón, cuyo pase al primer toque encontró en el área chica a Mertens, que empujó entre palos sin apuros.
Ahí empezó el show de Cristiano. El exmadridista se cargó al equipo en sus hombros e hizo de todo para cambiar el rumbo del partido. Remató a puerta dos veces, encontrando los guantes de Ospina, y en el 26’ se puso al servicio de Mandžukic, que aprovechó un delicado centro del luso con un violento cabezazo para el 1-1. Una jugada que recordó las de su etapa inglesa.
Ronaldo siguió bombardeando a Ospina (él acabará el partido con ocho disparos, Mandžukic con dos y Dybala con uno), y nada más comenzar la reanudación provocó también el 2-1, con un chut que golpeó el palo y terminó otra vez entre los píes del croata, que firmó así su doblete.
El Nápoles reaccionó bien, pero en el 59’ le tocó otro mazazo: Mario Rui, por una patada a Dybala, vio su segunda amarilla y dejó a su equipo con diez. Ahí se encendió una tángana, con los napolitanos enfurecidos por la gestión de las tarjetas del colegiado Banti, que amonestó también a Insigne y Bonucci.
A pesar de la inferioridad numérica, los de Ancelotti no se rindieron y con Callejón, tras un buen pase vertical del recién entrado Milik, estuvieron a un paso del 2-2, que evitó Szczesny. Justo después del susto, la Vecchia Signora remató la faena: Cristiano, siempre él, peinó un saque de esquina para Bonucci, que celebró su primer tanto desde su regreso a Turín.
Ronaldo, antes del pitido final, tuvo dos ocasiones más para poner también su firma en el marcador, lo único que le faltó en este partido casi perfecto. Eso sí, motivos para celebrar no le faltaron ni a él, ni a sus compañeros: la Juve ya suma seis puntos más que su rival directo en la lucha por el título, y dio la sensación de haberla sentenciado cuando todavía no ha llegado octubre.
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A Cristiano le sigue costando marcar goles, pero la Juve, con él, se ha hecho todavía más imparable: el portugués fue decisivo también ante el Nápoles, único equipo capaz de acercarse a su ritmo y que en Turín cayó 3-1. Los de Allegri, desde la llegada de CR7, están logrando mejorar sus imbatibles registros de los últimos años. Era desde 1930 que los turineses no empezaban una temporada con ocho victorias seguidas.
Carletto prometió no conformarse con el empate, y los suyos demostraron que no mentía con un arranque de partido muy agresivo. Los sureños se plantaron en la mitad de campo rival y, con ímpetu, buscaban el gol. Lo tuvieron a pocos centímetros con un latigazo de Zielinski y, en el 10’, lo consiguieron. Allan recuperó su enésimo balón de este curso y cedió a Callejón, cuyo pase al primer toque encontró en el área chica a Mertens, que empujó entre palos sin apuros.
Ahí empezó el show de Cristiano. El exmadridista se cargó al equipo en sus hombros e hizo de todo para cambiar el rumbo del partido. Remató a puerta dos veces, encontrando los guantes de Ospina, y en el 26’ se puso al servicio de Mandžukic, que aprovechó un delicado centro del luso con un violento cabezazo para el 1-1. Una jugada que recordó las de su etapa inglesa.
Ronaldo siguió bombardeando a Ospina (él acabará el partido con ocho disparos, Mandžukic con dos y Dybala con uno), y nada más comenzar la reanudación provocó también el 2-1, con un chut que golpeó el palo y terminó otra vez entre los píes del croata, que firmó así su doblete.
El Nápoles reaccionó bien, pero en el 59’ le tocó otro mazazo: Mario Rui, por una patada a Dybala, vio su segunda amarilla y dejó a su equipo con diez. Ahí se encendió una tángana, con los napolitanos enfurecidos por la gestión de las tarjetas del colegiado Banti, que amonestó también a Insigne y Bonucci.
A pesar de la inferioridad numérica, los de Ancelotti no se rindieron y con Callejón, tras un buen pase vertical del recién entrado Milik, estuvieron a un paso del 2-2, que evitó Szczesny. Justo después del susto, la Vecchia Signora remató la faena: Cristiano, siempre él, peinó un saque de esquina para Bonucci, que celebró su primer tanto desde su regreso a Turín.
Ronaldo, antes del pitido final, tuvo dos ocasiones más para poner también su firma en el marcador, lo único que le faltó en este partido casi perfecto. Eso sí, motivos para celebrar no le faltaron ni a él, ni a sus compañeros: la Juve ya suma seis puntos más que su rival directo en la lucha por el título, y dio la sensación de haberla sentenciado cuando todavía no ha llegado octubre.
