¿Amante o encuentro casual?: quién es la mexicana que estuvo con Lee Harvey Oswald poco antes del asesinato de John Kennedy
La mujer y toda su familia fueron interrogados horas después del magnicidio que conmovió al mundo
Juliana Fregoso
Desde Ciudad de México
En 1963, la joven Silvia Tirado Bazán de Durán tenía 26 años, trabajaba como secretaria del embajador de Cuba en México. Ahí conoció a un personaje que poco tiempo después adquiriría fama mundial tras asesinar el presidente estadounidense John Fiztgerald Kennedy: Lee Harvey Oswald.
Aunque su historia era conocida por algunos miembros del gobierno mexicano y de la inteligencia estadounidense de la época, su nombre se hizo público en 2013, cuando el periodista Philip Shenon, autor del libro JFK. Caso Abierto, habló brevemente con ella en Ciudad de México.
El documento con el folio 104-10102-10145 de los archivos reservados sobre el asesinato del ex presidente hechos públicos el año pasado por el gobierno de EEUU permite saber más detalles sobre su vida y la relación con Oswald.
Silvia pertenecía a un círculo privilegiado, no sólo porque trabajaba en la diplomacia sino porque estaba casada con un primo de la escritora Elena Garro, la primera esposa del nobel de Literatura mexicano Octavio Paz.
El 27 de septiembre de 1963, dos meses antes del asesinato del presidente, Oswald llegó a la capital mexicana con la intención de obtener una visa cubana para poder viajar a la entonces Unión Soviética a través del país caribeño.
Durán y él se conocieron cuando acudió a la sede diplomática de Cuba en la capital, ese mismo día.
Horas después del asesinato de Kennedy, el 23 de noviembre de 1963, el jefe de la CIA en México, Winston Scott, pidió a las autoridades mexicanas que detuvieran a la joven y la mantuvieran incomunicada hasta que revelara algo sobre el magnicidio.
Según la primera versión que persistió durante años, Silvia señaló entonces que toda su relación con el acusado de haber asesinado a Kennedy había transcurrido en la embajada, donde le entregó un papel con su nombre, el teléfono del lugar y le dio un trámite normal a su visita. Así habría conseguido ser liberada.
Las contradicciones
El 27 de noviembre de 1963, Silvia fue arrestada nuevamente, interrogada por integrantes del gobierno mexicano, de la CIA y del FBI.
La página 41 del informe sobre el asesinato señala una versión distinta a la del primer interrogatorio: "A ella le gustó desde el principio y salieron en distintas ocasiones. Admitió que tuvieron relaciones sexuales distintas veces, pero que ella no tenía conocimiento de sus planes (el asesinato de Kennedy)".
En la misma página se señala que después del magnicidio fue arrestada por la inteligencia mexicana, interrogada y golpeada hasta que admitió que había tenido relaciones sexuales con el estadounidense.
Según los documentos, ya había dejado su empleo en la embajada cubana y suspendido todo contacto con Oswald, ya que su esposo, Horacio Durán, se había enterado del affair y le había prohibido tener contacto con ese grupo, ya que existen testimonios, entre ellos el de la misma Garro (que después lo negó), de que el estadounidense y Durán estuvieron en una fiesta con intelectuales y empleados de la sede cubana.
Sospechaba que su teléfono estaba pinchado por la CIA, por ser la única empleada no cubana en tener acceso a información importante sobre la sede diplomática.
El 28 de septiembre de 1963 habría sido visitada por segunda vez en su trabajo por el insistente estadounidense que buscaba una visa de tránsito a Cuba. Según la página 6 del documento, ese día se comunicó con dos personas de la Embajada Soviética y una de ellas accedió a reunirse con Oswald, a pesar de que ya había estado en la representación sin conseguir su objetivo.
En octubre del año pasado, el ex subdirector de la KGB Nikolái Leónov aseguró que se reunió con Lee Harvey Oswald en México antes del asesinato de John F. Kennedy y consideró "imposible" que "ese demente" fuera el autor del magnicidio.
"Me reuní con Oswald en México antes del asesinato de Kennedy. Vino a la embajada a buscar la forma de salir urgentemente con destino a la URSS. Me dijo que lo estaban persiguiendo y que quería regresar (a la Unión Soviética), donde ya había vivido antes, para salvar su vida", explicó.
"Era un hombre desgastado, extremadamente flaco y pobremente vestido. Estaba muy nervioso. Le temblaba todo, de las manos a los pies. Ni siquiera le pude estrechar la mano. Su estado era horrible", declaró en una conversación telefónica con la agencia EFE.
Leónov, que trabajaba entonces como agente del KGB en México y tenía una estrecha relación con los hermanos Fidel y Raúl Castro, destacó que Oswald insistía constantemente en que "estaba siendo presionado por fuerzas oscuras que no podía explicar".
"Estaba tan nervioso que fue incapaz de escribir la solicitud", añadió Leónov, al rememorar una visita a la embajada soviética de la que estaba al tanto la CIA estadounidense.
"No lo encontraba atractivo"
En los documentos se señala que al día siguiente de su llegada, Silvia también llevó a Oswald a un restaurante donde se habrían encontrado con un oficial de Embajada de Cuba. La reunión se habría realizado en un lugar llamado "El Caballo Blanco", pero los investigadores sólo encontraron uno con ese nombre, ubicado en la calle Bernardino de Sahagún, en la popular colonia Buenavista y a unos pasos del hotel Comercio, donde se hospedaba.
La dueña del lugar, Dolores Rodríguez de Barreiro, admitió haber visto a Oswald varias veces en el lugar, pero comiendo solo.
Durante su entrevista con el periodista estadounidense Shenon, Durán negó que hubiera sido amante de Oswald porque simplemente "no lo encontraba atractivo".
También negó que en algún momento de su vida haya sido espía de algún gobierno comunista.
Todas las personas cercanas al círculo de Silvia que fueron interrogadas en algún momento negaron conocer a Oswald o notaron alguna diferencia entre el hombre que habían visto en la capital mexicana y el que se presentaba como asesino de Kennedy, a quien notaban un poco más alto.
De los más de 2.800 documentos revelados sobre el asesinato de John F. Kennedy, 600 contienen detalles sobre el viaje de Lee Harvey Oswald a México y sus contactos en el país.
Juliana Fregoso
Desde Ciudad de México
En 1963, la joven Silvia Tirado Bazán de Durán tenía 26 años, trabajaba como secretaria del embajador de Cuba en México. Ahí conoció a un personaje que poco tiempo después adquiriría fama mundial tras asesinar el presidente estadounidense John Fiztgerald Kennedy: Lee Harvey Oswald.
Aunque su historia era conocida por algunos miembros del gobierno mexicano y de la inteligencia estadounidense de la época, su nombre se hizo público en 2013, cuando el periodista Philip Shenon, autor del libro JFK. Caso Abierto, habló brevemente con ella en Ciudad de México.
El documento con el folio 104-10102-10145 de los archivos reservados sobre el asesinato del ex presidente hechos públicos el año pasado por el gobierno de EEUU permite saber más detalles sobre su vida y la relación con Oswald.
Silvia pertenecía a un círculo privilegiado, no sólo porque trabajaba en la diplomacia sino porque estaba casada con un primo de la escritora Elena Garro, la primera esposa del nobel de Literatura mexicano Octavio Paz.
El 27 de septiembre de 1963, dos meses antes del asesinato del presidente, Oswald llegó a la capital mexicana con la intención de obtener una visa cubana para poder viajar a la entonces Unión Soviética a través del país caribeño.
Durán y él se conocieron cuando acudió a la sede diplomática de Cuba en la capital, ese mismo día.
Horas después del asesinato de Kennedy, el 23 de noviembre de 1963, el jefe de la CIA en México, Winston Scott, pidió a las autoridades mexicanas que detuvieran a la joven y la mantuvieran incomunicada hasta que revelara algo sobre el magnicidio.
Según la primera versión que persistió durante años, Silvia señaló entonces que toda su relación con el acusado de haber asesinado a Kennedy había transcurrido en la embajada, donde le entregó un papel con su nombre, el teléfono del lugar y le dio un trámite normal a su visita. Así habría conseguido ser liberada.
Las contradicciones
El 27 de noviembre de 1963, Silvia fue arrestada nuevamente, interrogada por integrantes del gobierno mexicano, de la CIA y del FBI.
La página 41 del informe sobre el asesinato señala una versión distinta a la del primer interrogatorio: "A ella le gustó desde el principio y salieron en distintas ocasiones. Admitió que tuvieron relaciones sexuales distintas veces, pero que ella no tenía conocimiento de sus planes (el asesinato de Kennedy)".
En la misma página se señala que después del magnicidio fue arrestada por la inteligencia mexicana, interrogada y golpeada hasta que admitió que había tenido relaciones sexuales con el estadounidense.
Según los documentos, ya había dejado su empleo en la embajada cubana y suspendido todo contacto con Oswald, ya que su esposo, Horacio Durán, se había enterado del affair y le había prohibido tener contacto con ese grupo, ya que existen testimonios, entre ellos el de la misma Garro (que después lo negó), de que el estadounidense y Durán estuvieron en una fiesta con intelectuales y empleados de la sede cubana.
Sospechaba que su teléfono estaba pinchado por la CIA, por ser la única empleada no cubana en tener acceso a información importante sobre la sede diplomática.
El 28 de septiembre de 1963 habría sido visitada por segunda vez en su trabajo por el insistente estadounidense que buscaba una visa de tránsito a Cuba. Según la página 6 del documento, ese día se comunicó con dos personas de la Embajada Soviética y una de ellas accedió a reunirse con Oswald, a pesar de que ya había estado en la representación sin conseguir su objetivo.
En octubre del año pasado, el ex subdirector de la KGB Nikolái Leónov aseguró que se reunió con Lee Harvey Oswald en México antes del asesinato de John F. Kennedy y consideró "imposible" que "ese demente" fuera el autor del magnicidio.
"Me reuní con Oswald en México antes del asesinato de Kennedy. Vino a la embajada a buscar la forma de salir urgentemente con destino a la URSS. Me dijo que lo estaban persiguiendo y que quería regresar (a la Unión Soviética), donde ya había vivido antes, para salvar su vida", explicó.
"Era un hombre desgastado, extremadamente flaco y pobremente vestido. Estaba muy nervioso. Le temblaba todo, de las manos a los pies. Ni siquiera le pude estrechar la mano. Su estado era horrible", declaró en una conversación telefónica con la agencia EFE.
Leónov, que trabajaba entonces como agente del KGB en México y tenía una estrecha relación con los hermanos Fidel y Raúl Castro, destacó que Oswald insistía constantemente en que "estaba siendo presionado por fuerzas oscuras que no podía explicar".
"Estaba tan nervioso que fue incapaz de escribir la solicitud", añadió Leónov, al rememorar una visita a la embajada soviética de la que estaba al tanto la CIA estadounidense.
"No lo encontraba atractivo"
En los documentos se señala que al día siguiente de su llegada, Silvia también llevó a Oswald a un restaurante donde se habrían encontrado con un oficial de Embajada de Cuba. La reunión se habría realizado en un lugar llamado "El Caballo Blanco", pero los investigadores sólo encontraron uno con ese nombre, ubicado en la calle Bernardino de Sahagún, en la popular colonia Buenavista y a unos pasos del hotel Comercio, donde se hospedaba.
La dueña del lugar, Dolores Rodríguez de Barreiro, admitió haber visto a Oswald varias veces en el lugar, pero comiendo solo.
Durante su entrevista con el periodista estadounidense Shenon, Durán negó que hubiera sido amante de Oswald porque simplemente "no lo encontraba atractivo".
También negó que en algún momento de su vida haya sido espía de algún gobierno comunista.
Todas las personas cercanas al círculo de Silvia que fueron interrogadas en algún momento negaron conocer a Oswald o notaron alguna diferencia entre el hombre que habían visto en la capital mexicana y el que se presentaba como asesino de Kennedy, a quien notaban un poco más alto.
De los más de 2.800 documentos revelados sobre el asesinato de John F. Kennedy, 600 contienen detalles sobre el viaje de Lee Harvey Oswald a México y sus contactos en el país.