Un Madrid a golpe de enfado
Fichó a Lopetegui en pleno Mundial, indignó a los aficionados afines a Keylor con la llegada de Courtois, trajo a Vinicius y lo mandó al Castilla pese a la ilusión de la grada y tiró abajo el plan del Sevilla con Mariano. Sin buscarlo, levantó polémica.
As.com
A falta de talonario, el Madrid está fichando a golpe de enfado. Sin pretenderlo y, sobre todo, sin cometer ninguna ilegalidad, gran parte de sus fichajes esta temporada han venido envueltos en una fuerte polémica. Unas veces dentro de su propia afición y otras, en las de los adversarios. Salvo Lunin (cedido al Leganés) y Odriozola (en la grada), con el resto de contrataciones han saltado chispas. El primer caso fue el de Lopetegui, al que Florentino fichó en pleno Mundial de Rusia. Luego llegó el turno de Vinicius, por el que el Flamengo montó en cólera y, más tarde, la afición madridista cayó en el desánimo al no entender cómo lo bajaron al Castilla con la ilusión que había despertado. A continuación apareció Courtois, cuya contratación no la entendieron los más afines a Keylor y, además, encendió a un sector de la afición del Atlético. Y ahora el Sevilla ha sido el incordiado, ya que se le escapó Mariano cuando tenía el acuerdo prácticamente cerrado.
Lopetegui: un fichaje con debate nacional
El técnico se presentó en Rusia para dirigir a la Selección en el Mundial. Y sólo unos días antes de comenzar la competición saltó la bomba. El Madrid, tras la negativa de varios entrenadores para suplir a Zidane (Pochettino, Allegri, Klopp…), contactó con Lopetegui para hacerse cargo del Madrid en cuanto acabara la cita internacional. Rubiales se enteró tarde y mal, vio aquel movimiento como una distracción insoportable y una traición tras haberle renovado y lo destituyó de inmediato para nombrar a Hierro. El país se dividió entre los que entendieron la decisión del presidente de la Federación y los que no. Pero la gran perjudicada fue la Selección, que cayó en octavos de final ante Rusia por otra maldita tanda de penaltis y debido, entre otras cosas, a un ambiente irrespirable. El Madrid presentó a Lopetegui el 14 de junio, un día antes del debut de España contra Portugal, sin haber tenido que pagar ni un un euro por él.
Vinicius: bajarlo al Castilla mató la ilusión
Con el caso del delantero hay mosqueo en España, pero también en Brasil. El madridismo, que estaba muy ilusionado con este fichaje tras verlo en los amistosos de EE UU, se ha enfriado al ver cómo Lopetegui lo envió al Castilla a estrenarse contra el filial de Las Palmas. En su país de origen, tras esta sorpresa, cuesta aún más entender por qué el Madrid decidió traerle ya este verano y no esperar un año más, como en principio parecía que iba a hacer, ya que el fichaje se produjo en mitad de la temporada sudamericana. El Flamengo, con 33 millones de aficionados, está muy molesto. Vinicius era titular y uno de sus estrellas. Cuando se fue a Madrid, era líder del Brasileirao y peleaba la Copa de Brasil y la Libertadores. Mes y medio después, el Flamengo es tercero de la liga y está al borde de la eliminación del principal torneo del continente tras perder en casa el partido de ida de los octavos ante el Cruzeiro (0-2).
Courtois: los pro-Keylor y atléticos, en contra
El fichaje de Courtois también ha tenido su miga. Florentino estaba empeñado en reforzar la portería desde hace años. Y pese a que con De Gea pinchó en hueso hace tres años, lo siguió intentando hasta hacerse con el portero del Chelsea sabedor de que su prioridad era volver a Madrid para reunirse de nuevo con su familia. Su contratación (35 millones de euros), molestó a una parte del madridismo al entender que se hace de menos a Keylor (titular en las tres Champions), aunque en mayor parte su llegada fue bien recibida. Es un portero de altura. Donde también levantó polémica de manera indirecta fue en un sector de la afición atlética. Pese a que Thibaut nunca fue un jugador de su propiedad, siempre escuece que un ídolo colchonero se vaya al Bernabéu. Su placa en los aledaños del Wanda, como leyenda del club rojiblanco que es, fue ultrajada en los últimos partidos como ya le pasó a la de Agüero. Courtois aún no ha debutado con el Madrid, por lo que al menos los pro-Keylor están más contentos.
Mariano: el Sevilla, de uñas
El último capítulo de enfados se ha vivido con el fichaje de Mariano. El delantero, como el propio presidente del Sevilla (José Castro) ha reconocido, aseguró a la entidad hispalense que “sólo quería jugar en el Sevilla”. El club llegó a un acuerdo con el hispano-dominicano y estaba dispuesto a pagar al Lyon 35 millones. Sin embargo, el Madrid aprovechó que tenía una opción de tanteo sobre el jugador firmada el año pasado, cuando dejó el Madrid por Francia, y la hizo efectiva. Pagará 22 millones de euros, ya que tenía el 35% de los derechos de una plusvalía. El Sevilla se enfadó con el Madrid (”no lo ha querido en todo el verano y ahora que el Sevilla se interesa, él también…), mientras que el sevillismo con quien se ha cebado ha sido con su directiva. Sea cual sea la dirección de las balas, lo que está claro es que este año los fichajes del Madrid han levantado astillas. En más de un club y en más de una afición.
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A falta de talonario, el Madrid está fichando a golpe de enfado. Sin pretenderlo y, sobre todo, sin cometer ninguna ilegalidad, gran parte de sus fichajes esta temporada han venido envueltos en una fuerte polémica. Unas veces dentro de su propia afición y otras, en las de los adversarios. Salvo Lunin (cedido al Leganés) y Odriozola (en la grada), con el resto de contrataciones han saltado chispas. El primer caso fue el de Lopetegui, al que Florentino fichó en pleno Mundial de Rusia. Luego llegó el turno de Vinicius, por el que el Flamengo montó en cólera y, más tarde, la afición madridista cayó en el desánimo al no entender cómo lo bajaron al Castilla con la ilusión que había despertado. A continuación apareció Courtois, cuya contratación no la entendieron los más afines a Keylor y, además, encendió a un sector de la afición del Atlético. Y ahora el Sevilla ha sido el incordiado, ya que se le escapó Mariano cuando tenía el acuerdo prácticamente cerrado.
Lopetegui: un fichaje con debate nacional
El técnico se presentó en Rusia para dirigir a la Selección en el Mundial. Y sólo unos días antes de comenzar la competición saltó la bomba. El Madrid, tras la negativa de varios entrenadores para suplir a Zidane (Pochettino, Allegri, Klopp…), contactó con Lopetegui para hacerse cargo del Madrid en cuanto acabara la cita internacional. Rubiales se enteró tarde y mal, vio aquel movimiento como una distracción insoportable y una traición tras haberle renovado y lo destituyó de inmediato para nombrar a Hierro. El país se dividió entre los que entendieron la decisión del presidente de la Federación y los que no. Pero la gran perjudicada fue la Selección, que cayó en octavos de final ante Rusia por otra maldita tanda de penaltis y debido, entre otras cosas, a un ambiente irrespirable. El Madrid presentó a Lopetegui el 14 de junio, un día antes del debut de España contra Portugal, sin haber tenido que pagar ni un un euro por él.
Vinicius: bajarlo al Castilla mató la ilusión
Con el caso del delantero hay mosqueo en España, pero también en Brasil. El madridismo, que estaba muy ilusionado con este fichaje tras verlo en los amistosos de EE UU, se ha enfriado al ver cómo Lopetegui lo envió al Castilla a estrenarse contra el filial de Las Palmas. En su país de origen, tras esta sorpresa, cuesta aún más entender por qué el Madrid decidió traerle ya este verano y no esperar un año más, como en principio parecía que iba a hacer, ya que el fichaje se produjo en mitad de la temporada sudamericana. El Flamengo, con 33 millones de aficionados, está muy molesto. Vinicius era titular y uno de sus estrellas. Cuando se fue a Madrid, era líder del Brasileirao y peleaba la Copa de Brasil y la Libertadores. Mes y medio después, el Flamengo es tercero de la liga y está al borde de la eliminación del principal torneo del continente tras perder en casa el partido de ida de los octavos ante el Cruzeiro (0-2).
Courtois: los pro-Keylor y atléticos, en contra
El fichaje de Courtois también ha tenido su miga. Florentino estaba empeñado en reforzar la portería desde hace años. Y pese a que con De Gea pinchó en hueso hace tres años, lo siguió intentando hasta hacerse con el portero del Chelsea sabedor de que su prioridad era volver a Madrid para reunirse de nuevo con su familia. Su contratación (35 millones de euros), molestó a una parte del madridismo al entender que se hace de menos a Keylor (titular en las tres Champions), aunque en mayor parte su llegada fue bien recibida. Es un portero de altura. Donde también levantó polémica de manera indirecta fue en un sector de la afición atlética. Pese a que Thibaut nunca fue un jugador de su propiedad, siempre escuece que un ídolo colchonero se vaya al Bernabéu. Su placa en los aledaños del Wanda, como leyenda del club rojiblanco que es, fue ultrajada en los últimos partidos como ya le pasó a la de Agüero. Courtois aún no ha debutado con el Madrid, por lo que al menos los pro-Keylor están más contentos.
Mariano: el Sevilla, de uñas
El último capítulo de enfados se ha vivido con el fichaje de Mariano. El delantero, como el propio presidente del Sevilla (José Castro) ha reconocido, aseguró a la entidad hispalense que “sólo quería jugar en el Sevilla”. El club llegó a un acuerdo con el hispano-dominicano y estaba dispuesto a pagar al Lyon 35 millones. Sin embargo, el Madrid aprovechó que tenía una opción de tanteo sobre el jugador firmada el año pasado, cuando dejó el Madrid por Francia, y la hizo efectiva. Pagará 22 millones de euros, ya que tenía el 35% de los derechos de una plusvalía. El Sevilla se enfadó con el Madrid (”no lo ha querido en todo el verano y ahora que el Sevilla se interesa, él también…), mientras que el sevillismo con quien se ha cebado ha sido con su directiva. Sea cual sea la dirección de las balas, lo que está claro es que este año los fichajes del Madrid han levantado astillas. En más de un club y en más de una afición.