Qué hay detrás de los misteriosos Soldados de Franelas, los rebeldes que reivindicaron el atentado contra Nicolás Maduro
El estallido de un drone en un acto presidencial el sábado pasado fue calificado como un intento de magnicidio por el régimen venezolano. ¿Fue realmente así? ¿Es un mensaje al Gobierno o a todos los venezolanos? Por primera vez, el país fue testigo, en cadena nacional, de un episodio que cuestiona el sistema de seguridad del chavismo
Aymara Lorenzo
Desde Caracas, Venezuela
Los llamados Soldados de Franelas asumieron la responsabilidad a través de una cuenta de Twitter del estallido de un drone a unos pocos metros de la tribuna militar ubicada en la avenida Bolívar, en el centro de Caracas el último sábado. El presidente Nicolás Maduro presidía el desfile del 81.º aniversario de la Guardia Nacional, uno de los cuatro componentes militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, protagonista de los mayores hechos de represión durante las protestas contra el Gobierno chavista en los últimos cuatro años.
Aunque en Venezuela inicialmente el evento fue asumido como una treta más del Gobierno para buscar cohesión en torno a su gestión, casi dos horas después del estallido del artefacto, a las 7:18 p. m., fue difundido por la cuenta @soldadoDfranela este mensaje: "La operación era sobrevolar 2 drones cargados con C4 el objetivo el palco presidencial, francotiradores de la guardia de honor derribaron los drones antes de llegar al objetivo. Demostramos que son vulnerables, no se logró hoy, pero es cuestión de tiempo".
Una fuente vinculada a los Soldados de Franela aseguró a Infobae que "no fue un evento organizado por el Gobierno".
El grupo Soldados de Franela se identifica como "militares y civiles patriotas y leales al pueblo de Venezuela que buscan rescatar la democracia de una nación en dictadura basados en argumentos legales y constitucionales". En su página web explican que se organizaron en 2014, año en el que comenzaron las protestas contra el gobierno de Maduro, para agrupar a todos los grupos de resistencia dentro del territorio venezolano para lograr efectividad en su lucha contra la dictadura "con organización y convicción".
La apelación "soldados de franela" ha sido utilizada en Venezuela para identificar a aquellos venezolanos, en su mayoría jóvenes no mayores de 30 años, que estuvieron al frente de las protestas entre 2014 y 2017 y que enfrentaron, con la cara cubierta por franelas (camisetas), y con escudos de cualquier material, que no podían repeler la represión de los efectivos de la Guardia Nacional, del Ejército y la Policía Nacional Bolivariana.
"Son chamos (hombres y mujeres), en su mayoría muy jóvenes, y allí la falla en la acción que adelantaron", agregó la fuente que pidió no ser identificada.
El Gobierno de Maduro dice tener claro cuáles son las vinculaciones y orígenes de este supuesto atentado, y señala a la oposición en Miami y a la "oligarquía colombiana" como los responsables del hecho. Pero según la fuente, cercana a este movimiento, consultada por Infobae "lo de Santos (presidente de Colombia) es puro 'pote de humo' para tratar de darle visión internacional a una acción netamente de venezolanos".
Según un mensaje difundido por esa misma cuenta, @soldadoDfranela, entre los solicitados por las autoridades estarían Henryberth Enmanuel Rivas Vivas, José Miguel Estrada González, Yanin Fabiana Pernía Coronel, Alberto José Bracho Rozquez, Gregorio José Yaguas Monje y Yilber Alberto Escalona Torrealba, estos dos últimos señalados como presuntos explosivistas.
En cuatro días de investigación, el Gobierno confirma haber detenido a seis personas. Aunque ningún funcionario del Gobierno ha revelado sus nombres,de acuerdo con una minuta del Servicio de Tránsito Terrestre adscrito al comando de la Policía Nacional Bolivariana Región Los Llanos, Pernía Coronel habría sido detenida junto con otro joven de nombre Jesús Oropeza Ruíz, cuando se desplazaban hacia Barinas, estado fronterizo con Colombia, la madrugada del 5 de agosto.
El fiscal designado por la Constituyente, Tarek William Saab, precalificó como los delitos que imputarán a los detenidos: traición a la patria, homicidio intencional calificado en grado de frustración, homicidio frustrado y lesiones graves, lanzamiento de artefacto explosivo en reuniones públicas, terrorismo, asociación para delinquir y financiación al terrorismo.
Pero hasta ahora, no hay quién dé la cara por este movimiento y asuma su liderazgo.
Sin embargo, este martes, el ex preso político Salvatore Lucchese reveló a la agencia Reuters, desde Bogotá, donde se encuentra de visita, que colaboró en la planificación de la operación fallida en la que un drone estalló cerca de la tarima donde se encontraba Maduro.
"Nosotros teníamos un objetivo, y al momento no se pudo materializar en un cien por ciento", dijo Lucchese. "La lucha armada continuará".
Lucchese renunció el pasado 21 de enero al partido Voluntad Popular, liderado por Leopoldo López, con quien compartió cárcel en Ramo Verde. A través de un comunicado justificó su decisión: "Motivado por mi intención de seguir luchando por Venezuela desde otras trincheras sin pertenecer a partido político alguno".
Para agregar confusión o quizá desorientar, un rato después de que Reuters difundiera sus declaraciones, Lucchese escribió en su cuenta de Twitter que "no" se adjudicaba "ninguna acción de la RESISTENCIA VENEZOLANA" y que "simplemente" es "un soldado más de la lucha libertaria".
Soldados de Franela promovió por redes sociales las acciones de Óscar Pérez, el ex inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, asesinado el 15 de enero de 2018 luego de que fuera acorralado por efectivos de los cuerpos militares y de seguridad del Estado.
Pérez sobrevoló el Tribunal Supremo de Justicia el 27 de junio de 2017, disparando y lanzando dos granadas hacia la edificación judicial. Después de este episodio pasó a la clandestinidad, pero hizo diversas apariciones públicas, y a través de las redes sociales, acusando de "esbirro" al Gobierno de Maduro y llamando a la población "a la calle sin retorno". El 18 de diciembre del año pasado lideró la incursión a un comando de la Guardia Nacional Bolivariana en Laguneta de la Montaña, a 44 kilómetros al sureste de Caracas, en el estado Miranda, cargando con armas cortas, de precisión y municiones en un operación que fue grabada por Pérez y posteriormente difundida por las redes sociales.
El criminalista Javier Ignacio Mayorca dijo a Infobae que más allá de una acción con las características que le ha dado el Gobierno, "esto podría moverse dentro de los parámetros de una acción propagandística destinada a generar mucha atención en torno a la existencia de algún movimiento que estaría encuadrado dentro de la oposición, pero que estaría dispuesto a asumir acciones mucho más contundentes que las vistas hasta ahora y el atentado propiamente dicho".
A pesar de que las investigaciones han podido constatar que hubo dos artefactos aéreos no tripulados, expresan: "Sabemos que si hubiese la intención real de eliminar físicamente al presidente o alguna otra personalidad que estuviese allí, el dron hubiese podido ser equipado con algo más que una carga de explosivos".
En este sentido, Mayorca hace referencia directa a la inclusión, junto con el explosivo C4, adherido a los drones, de "lo que llaman metralla, que generalmente se coloca en artefactos, incluso de fabricación casera, para ocasionar un daño mayor que el que ocasionaría la simple onda de choque derivada de la deflagración del explosivo. Entonces ese es un elemento a considerar".
En Venezuela, es de exclusivo uso militar la manipulación de explosivos como el C4. En el pasado, en Venezuela se registraron dos eventos en los cuales estuvo implicado el uso de ese explosivo. El primero, con la explosión de un sobre bomba el 19 de julio de 1993, en el extinto Tribunal Supremo de Justicia, y el segundo, el 19 de agosto de ese mismo año, cuando estalló un carro bomba en un estacionamiento del centro comercial Ciudad Tamanaco, en el este de Caracas.
"En ambos casos —prosigue Mayorca— estaban vinculadas personas que se conocen como explosivistas y que pertenecían tanto a la policía política, entonces llamada Disip, ahora Sebin, y las unidades de operaciones especiales de las entonces Fuerzas Armadas Nacionales. Allí está el conocimiento sobre el uso del C4. Entonces no extrañaría que este sea el caso también, en lo que respecta a la avenida Bolívar el sábado pasado".
Operación Fénix
Este mismo sábado 4 de agosto, fue leído desde Miami por la periodista Patricia Poleo, y luego difundido por redes sociales, un comunicado titulado Operación Fénix. Del texto se presume que está respaldado por militares, activos y en situación de retiro, y asegura que los objetivos que persiguen son "la vuelta a la paz, a la prosperidad y al progreso".
El comunicado divulgado por Poleo a las 8:30 de la noche en un video grabado para su canal de YouTube lo presentó como "el texto de los oficiales que están adjudicándose hechos ocurridos en día de hoy en la avenida Bolívar de Caracas".
"Para el logro de esa aspiración anunciamos que nuestras ACCIONES MILITARES tienen como objetivo el respeto a la soberanía popular encarnada en la Asamblea Nacional, la ruptura de cualquier relación de dependencia y sumisión a un Gobierno extranjero y la convocatoria, en el plazo más corto posible, a unas elecciones verdaderas y libres en las que el pueblo de Venezuela pueda expresar su voluntad y ella sea reconocida y respetada; en fin, el restablecimiento inmediato del orden constitucional", explica el comunicado.
Pero su contenido no hace referencia directa a alguna acción durante la parada militar, cuyo lugar fue cambiado a última hora del tradicional patio de las Academias en Fuerte Tiuna en Caracas, hacia esa céntrica avenida, que en el pasado fue el sitio preferido de Chávez para demostrar poder de convocatoria durante sus mítines políticos.
"No habla de ningún detalle sobre la operación que se realizaría en la avenida Bolívar. Entonces diera la impresión de que ese comunicado fue elaborado mucho antes de que se planificara esta operación específicamente", apuntó Mayorca.
Aunque los llamados Soldados de Franela desde el mismo día del hecho se atribuyeron la irrupción del artefacto volador, el ministro del Interior y Justicia Néstor Reverol dijo que uno de los detenidos "tenía orden de aprehensión por su participación en la toma del Fuerte Paramacay".
La toma del Fuerte Paramacay se registró el 6 de agosto de 2017. Un grupo de militares del autodenominado Frente de Reserva Moral ejecutó la Operación David Carabobo, liderada por el capitán retirado Juan Carlos Caguaripano. Con el asalto a esa instalación militar al noroeste de Caracas fueron sustraídas armas de guerra, posteriormente recuperadas, y Caguaripano y otro militar, detenidos en Caracas.
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El capitán retirado Juan Carlos Caguariapano junto con los militares rebeldes que participaron en la toma del fuerte Paramacay
Después de casi un año de su detención, este miércoles 8 de agosto continúa la audiencia preliminar de Caguaripano, que debió celebrarse en un lapso de 45 días después de su detención, para determinar si es llevado a juicio.
Los eventos que se han registrado en el lapso de un poco más de un año, y los que la figura de Óscar Pérez satelita en torno a ellos, ponen de manifiesto un descontento que ha materializado acciones colectivas de grupos, no solo conformado por militares. Más allá de los señalamientos que hacen voceros del gobierno, todavía no hay elementos probatorios que permitan establecer una conexión cierta en la supuesta participación de Soldados de Franela, en el evento calificado por el régimen como un intento de magnicidio, los autores de la llamada Operación Fénix, o la Operación David en 2017. Pero sí son evidencia de que existe un descontento en los venezolanos, que algunos de ellos se ha organizado y ejecutado acciones al margen de la ley para promover una salida a la crisis que vive Venezuela con la salida de Maduro del poder.
Aymara Lorenzo
Desde Caracas, Venezuela
Los llamados Soldados de Franelas asumieron la responsabilidad a través de una cuenta de Twitter del estallido de un drone a unos pocos metros de la tribuna militar ubicada en la avenida Bolívar, en el centro de Caracas el último sábado. El presidente Nicolás Maduro presidía el desfile del 81.º aniversario de la Guardia Nacional, uno de los cuatro componentes militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, protagonista de los mayores hechos de represión durante las protestas contra el Gobierno chavista en los últimos cuatro años.
Aunque en Venezuela inicialmente el evento fue asumido como una treta más del Gobierno para buscar cohesión en torno a su gestión, casi dos horas después del estallido del artefacto, a las 7:18 p. m., fue difundido por la cuenta @soldadoDfranela este mensaje: "La operación era sobrevolar 2 drones cargados con C4 el objetivo el palco presidencial, francotiradores de la guardia de honor derribaron los drones antes de llegar al objetivo. Demostramos que son vulnerables, no se logró hoy, pero es cuestión de tiempo".
Una fuente vinculada a los Soldados de Franela aseguró a Infobae que "no fue un evento organizado por el Gobierno".
El grupo Soldados de Franela se identifica como "militares y civiles patriotas y leales al pueblo de Venezuela que buscan rescatar la democracia de una nación en dictadura basados en argumentos legales y constitucionales". En su página web explican que se organizaron en 2014, año en el que comenzaron las protestas contra el gobierno de Maduro, para agrupar a todos los grupos de resistencia dentro del territorio venezolano para lograr efectividad en su lucha contra la dictadura "con organización y convicción".
La apelación "soldados de franela" ha sido utilizada en Venezuela para identificar a aquellos venezolanos, en su mayoría jóvenes no mayores de 30 años, que estuvieron al frente de las protestas entre 2014 y 2017 y que enfrentaron, con la cara cubierta por franelas (camisetas), y con escudos de cualquier material, que no podían repeler la represión de los efectivos de la Guardia Nacional, del Ejército y la Policía Nacional Bolivariana.
"Son chamos (hombres y mujeres), en su mayoría muy jóvenes, y allí la falla en la acción que adelantaron", agregó la fuente que pidió no ser identificada.
El Gobierno de Maduro dice tener claro cuáles son las vinculaciones y orígenes de este supuesto atentado, y señala a la oposición en Miami y a la "oligarquía colombiana" como los responsables del hecho. Pero según la fuente, cercana a este movimiento, consultada por Infobae "lo de Santos (presidente de Colombia) es puro 'pote de humo' para tratar de darle visión internacional a una acción netamente de venezolanos".
Según un mensaje difundido por esa misma cuenta, @soldadoDfranela, entre los solicitados por las autoridades estarían Henryberth Enmanuel Rivas Vivas, José Miguel Estrada González, Yanin Fabiana Pernía Coronel, Alberto José Bracho Rozquez, Gregorio José Yaguas Monje y Yilber Alberto Escalona Torrealba, estos dos últimos señalados como presuntos explosivistas.
En cuatro días de investigación, el Gobierno confirma haber detenido a seis personas. Aunque ningún funcionario del Gobierno ha revelado sus nombres,de acuerdo con una minuta del Servicio de Tránsito Terrestre adscrito al comando de la Policía Nacional Bolivariana Región Los Llanos, Pernía Coronel habría sido detenida junto con otro joven de nombre Jesús Oropeza Ruíz, cuando se desplazaban hacia Barinas, estado fronterizo con Colombia, la madrugada del 5 de agosto.
El fiscal designado por la Constituyente, Tarek William Saab, precalificó como los delitos que imputarán a los detenidos: traición a la patria, homicidio intencional calificado en grado de frustración, homicidio frustrado y lesiones graves, lanzamiento de artefacto explosivo en reuniones públicas, terrorismo, asociación para delinquir y financiación al terrorismo.
Pero hasta ahora, no hay quién dé la cara por este movimiento y asuma su liderazgo.
Sin embargo, este martes, el ex preso político Salvatore Lucchese reveló a la agencia Reuters, desde Bogotá, donde se encuentra de visita, que colaboró en la planificación de la operación fallida en la que un drone estalló cerca de la tarima donde se encontraba Maduro.
"Nosotros teníamos un objetivo, y al momento no se pudo materializar en un cien por ciento", dijo Lucchese. "La lucha armada continuará".
Lucchese renunció el pasado 21 de enero al partido Voluntad Popular, liderado por Leopoldo López, con quien compartió cárcel en Ramo Verde. A través de un comunicado justificó su decisión: "Motivado por mi intención de seguir luchando por Venezuela desde otras trincheras sin pertenecer a partido político alguno".
Para agregar confusión o quizá desorientar, un rato después de que Reuters difundiera sus declaraciones, Lucchese escribió en su cuenta de Twitter que "no" se adjudicaba "ninguna acción de la RESISTENCIA VENEZOLANA" y que "simplemente" es "un soldado más de la lucha libertaria".
Soldados de Franela promovió por redes sociales las acciones de Óscar Pérez, el ex inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, asesinado el 15 de enero de 2018 luego de que fuera acorralado por efectivos de los cuerpos militares y de seguridad del Estado.
Pérez sobrevoló el Tribunal Supremo de Justicia el 27 de junio de 2017, disparando y lanzando dos granadas hacia la edificación judicial. Después de este episodio pasó a la clandestinidad, pero hizo diversas apariciones públicas, y a través de las redes sociales, acusando de "esbirro" al Gobierno de Maduro y llamando a la población "a la calle sin retorno". El 18 de diciembre del año pasado lideró la incursión a un comando de la Guardia Nacional Bolivariana en Laguneta de la Montaña, a 44 kilómetros al sureste de Caracas, en el estado Miranda, cargando con armas cortas, de precisión y municiones en un operación que fue grabada por Pérez y posteriormente difundida por las redes sociales.
El criminalista Javier Ignacio Mayorca dijo a Infobae que más allá de una acción con las características que le ha dado el Gobierno, "esto podría moverse dentro de los parámetros de una acción propagandística destinada a generar mucha atención en torno a la existencia de algún movimiento que estaría encuadrado dentro de la oposición, pero que estaría dispuesto a asumir acciones mucho más contundentes que las vistas hasta ahora y el atentado propiamente dicho".
A pesar de que las investigaciones han podido constatar que hubo dos artefactos aéreos no tripulados, expresan: "Sabemos que si hubiese la intención real de eliminar físicamente al presidente o alguna otra personalidad que estuviese allí, el dron hubiese podido ser equipado con algo más que una carga de explosivos".
En este sentido, Mayorca hace referencia directa a la inclusión, junto con el explosivo C4, adherido a los drones, de "lo que llaman metralla, que generalmente se coloca en artefactos, incluso de fabricación casera, para ocasionar un daño mayor que el que ocasionaría la simple onda de choque derivada de la deflagración del explosivo. Entonces ese es un elemento a considerar".
En Venezuela, es de exclusivo uso militar la manipulación de explosivos como el C4. En el pasado, en Venezuela se registraron dos eventos en los cuales estuvo implicado el uso de ese explosivo. El primero, con la explosión de un sobre bomba el 19 de julio de 1993, en el extinto Tribunal Supremo de Justicia, y el segundo, el 19 de agosto de ese mismo año, cuando estalló un carro bomba en un estacionamiento del centro comercial Ciudad Tamanaco, en el este de Caracas.
"En ambos casos —prosigue Mayorca— estaban vinculadas personas que se conocen como explosivistas y que pertenecían tanto a la policía política, entonces llamada Disip, ahora Sebin, y las unidades de operaciones especiales de las entonces Fuerzas Armadas Nacionales. Allí está el conocimiento sobre el uso del C4. Entonces no extrañaría que este sea el caso también, en lo que respecta a la avenida Bolívar el sábado pasado".
Operación Fénix
Este mismo sábado 4 de agosto, fue leído desde Miami por la periodista Patricia Poleo, y luego difundido por redes sociales, un comunicado titulado Operación Fénix. Del texto se presume que está respaldado por militares, activos y en situación de retiro, y asegura que los objetivos que persiguen son "la vuelta a la paz, a la prosperidad y al progreso".
El comunicado divulgado por Poleo a las 8:30 de la noche en un video grabado para su canal de YouTube lo presentó como "el texto de los oficiales que están adjudicándose hechos ocurridos en día de hoy en la avenida Bolívar de Caracas".
"Para el logro de esa aspiración anunciamos que nuestras ACCIONES MILITARES tienen como objetivo el respeto a la soberanía popular encarnada en la Asamblea Nacional, la ruptura de cualquier relación de dependencia y sumisión a un Gobierno extranjero y la convocatoria, en el plazo más corto posible, a unas elecciones verdaderas y libres en las que el pueblo de Venezuela pueda expresar su voluntad y ella sea reconocida y respetada; en fin, el restablecimiento inmediato del orden constitucional", explica el comunicado.
Pero su contenido no hace referencia directa a alguna acción durante la parada militar, cuyo lugar fue cambiado a última hora del tradicional patio de las Academias en Fuerte Tiuna en Caracas, hacia esa céntrica avenida, que en el pasado fue el sitio preferido de Chávez para demostrar poder de convocatoria durante sus mítines políticos.
"No habla de ningún detalle sobre la operación que se realizaría en la avenida Bolívar. Entonces diera la impresión de que ese comunicado fue elaborado mucho antes de que se planificara esta operación específicamente", apuntó Mayorca.
Aunque los llamados Soldados de Franela desde el mismo día del hecho se atribuyeron la irrupción del artefacto volador, el ministro del Interior y Justicia Néstor Reverol dijo que uno de los detenidos "tenía orden de aprehensión por su participación en la toma del Fuerte Paramacay".
La toma del Fuerte Paramacay se registró el 6 de agosto de 2017. Un grupo de militares del autodenominado Frente de Reserva Moral ejecutó la Operación David Carabobo, liderada por el capitán retirado Juan Carlos Caguaripano. Con el asalto a esa instalación militar al noroeste de Caracas fueron sustraídas armas de guerra, posteriormente recuperadas, y Caguaripano y otro militar, detenidos en Caracas.
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El capitán retirado Juan Carlos Caguariapano junto con los militares rebeldes que participaron en la toma del fuerte Paramacay
Después de casi un año de su detención, este miércoles 8 de agosto continúa la audiencia preliminar de Caguaripano, que debió celebrarse en un lapso de 45 días después de su detención, para determinar si es llevado a juicio.
Los eventos que se han registrado en el lapso de un poco más de un año, y los que la figura de Óscar Pérez satelita en torno a ellos, ponen de manifiesto un descontento que ha materializado acciones colectivas de grupos, no solo conformado por militares. Más allá de los señalamientos que hacen voceros del gobierno, todavía no hay elementos probatorios que permitan establecer una conexión cierta en la supuesta participación de Soldados de Franela, en el evento calificado por el régimen como un intento de magnicidio, los autores de la llamada Operación Fénix, o la Operación David en 2017. Pero sí son evidencia de que existe un descontento en los venezolanos, que algunos de ellos se ha organizado y ejecutado acciones al margen de la ley para promover una salida a la crisis que vive Venezuela con la salida de Maduro del poder.