Primera crisis para Mourino: el United se estrella en Brighton
Los red devils fueron incapaces de cumplir con el nivel que se les presupone prácticamente durante todas las fases del encuentro.
Alberto Muñoz
As
Sin alma, compromiso, mentalidad ni fútbol, el Manchester United de José Mourinho se hundió contra el Brighton, que tiene una de las plantillas más débiles de la Premier League, abriendo la primera crisis de una temporada que se le puede hacer muy larga al equipo de Old Trafford (3-2). Los red devils fueron incapaces de cumplir con el nivel que se les presupone prácticamente durante todas las fases del encuentro, excesivamente frágiles en defensa y sin mordiente arriba que permitiese creer que la remontada era posible.
Por el contrario el equipo de las gaviotas demostró por qué se dice que en el fútbol inglés nadie regala un solo partido, mostrando un compromiso espectacular en el juego colectivo y entendiendo muy bien cómo debía derrocar a un gigante como el que tenía enfrente. El primer gol obra de Murray a los 25 minutos fue una auténtica muestra de sutileza y calidad ante la que nada pudo hacer De Gea, que tuvo muchas menos opciones de intervenir en el gol de Duffy tan sólo dos minutos después.
El United estaba contra las cuerdas, víctima de su propia incapacidad para mejorar, pero se encontró con un gol de Lukaku de cabeza en el minuto 34 que le hizo pensar que lo que había sucedido antes podía haber sido sólo un mal sueño. Pero nada más lejos de la realidad, el Brighton siguió empujando, forzando el fallo del rival, y una tardía entrada dentro del área de Bailly sobre Gross al borde del descanso permitió que este convirtiese un penalti que a punto estuvo de detener De Gea.
Las malas sensaciones se suavizaron en la segunda mitad, donde los hombres de Mourinho tiraron de orgullo e incluso Pogba llegó a anotar un penalti en el 94, pero finalmente se vieron maniatados por el orden de los de Chris Hughton, que consiguieron administrar la ventaja y dejar los tres puntos en el Falmer Stadium, uno de los dos únicos estadios ingleses en los que el portugués no ha conseguido llevarse nunca la victoria.
Alberto Muñoz
As
Sin alma, compromiso, mentalidad ni fútbol, el Manchester United de José Mourinho se hundió contra el Brighton, que tiene una de las plantillas más débiles de la Premier League, abriendo la primera crisis de una temporada que se le puede hacer muy larga al equipo de Old Trafford (3-2). Los red devils fueron incapaces de cumplir con el nivel que se les presupone prácticamente durante todas las fases del encuentro, excesivamente frágiles en defensa y sin mordiente arriba que permitiese creer que la remontada era posible.
Por el contrario el equipo de las gaviotas demostró por qué se dice que en el fútbol inglés nadie regala un solo partido, mostrando un compromiso espectacular en el juego colectivo y entendiendo muy bien cómo debía derrocar a un gigante como el que tenía enfrente. El primer gol obra de Murray a los 25 minutos fue una auténtica muestra de sutileza y calidad ante la que nada pudo hacer De Gea, que tuvo muchas menos opciones de intervenir en el gol de Duffy tan sólo dos minutos después.
El United estaba contra las cuerdas, víctima de su propia incapacidad para mejorar, pero se encontró con un gol de Lukaku de cabeza en el minuto 34 que le hizo pensar que lo que había sucedido antes podía haber sido sólo un mal sueño. Pero nada más lejos de la realidad, el Brighton siguió empujando, forzando el fallo del rival, y una tardía entrada dentro del área de Bailly sobre Gross al borde del descanso permitió que este convirtiese un penalti que a punto estuvo de detener De Gea.
Las malas sensaciones se suavizaron en la segunda mitad, donde los hombres de Mourinho tiraron de orgullo e incluso Pogba llegó a anotar un penalti en el 94, pero finalmente se vieron maniatados por el orden de los de Chris Hughton, que consiguieron administrar la ventaja y dejar los tres puntos en el Falmer Stadium, uno de los dos únicos estadios ingleses en los que el portugués no ha conseguido llevarse nunca la victoria.