NÁPOLES 3 - MILÁN 2 / Ancelotti se estrena en San Paolo con una inolvidable remontada

Bonaventura y Calabria adelantaron a los visitantes que en el minuto 49 ganaban por 0-2. Los goles de Zielinski, un doblete, y Hamsik, voltearon el resultado.

Mirko Calemme
As
“Más que mi entrenador, Ancelotti ha sido mi amigo, mi hermano, mi padre”. Las palabras de Rino Gattuso en la víspera resumían uno de los cruces del destino que ofrecía este Nápoles-Milán: Carletto se estrenaba en San Paolo ante el equipo de sus amores, con uno de sus históricos guerreros en el banquillo rival, Pepe Reina (ovacionado) volvió a la que fue su ciudad hasta hace tres meses, Higuaín (pitado, pero menos que de bianconero), regresaba en el que fue su primer campo italiano. El partido prometía, y no defraudó: 3-2, con una inolvidable remontada.


Los azzurri empezaron mejor que en Roma hace una semana, pero les costaba darle trabajo a Donnarumma. Estuvieron constantemente cerca de su portería, aunque en toda la primera mitad sólo crearon dos ocasiones, ambas con Callejón protagonista (asistió para Allan y chutó fuera). ‘Ringhio’, en su estreno de este curso (el Milán no disputó la primera jornada debido a la tragedia de Génova), pareció haberse estudiado bien las dificultades defensivas de sus rivales y los suyos hicieron daño tras apenas un cuarto de hora: Borini apoyó atrás con la cabeza un centro de Suso y Bonaventura, con una espectacular tijera, batió al recién llegado Ospina.

Nada más empezar la reanudación, los rossoneri hasta lograron el 2-0 con una jugada muy parecida: esta vez el pase largo fue de Biglia y Suso cedió atrás para Calabria, que con un derechazo cruzado no falló. El 0-2 era un castigo demasiado duro para los sureños, y un premio muy grande para el Milán, que había rematado a puerta solo esas dos veces.

El equipo de Ancelotti, junto con todo el San Paolo, se despertó, y un gran Zielinski capitaneó la remontada. En el 53’ recuperó un balón y recibió la precisa asistencia de Callejón para el 1-2; un cuarto de hora después, tras un saque de esquina del mismo español, aprovechó el rechace de la zaga milanista y batió a Donnarumma desde fuera del área.

Carletto no se conformó con el empate: quitó a Hamsik y lo sustituyó con Mertens, pasando del 4-3-3 a un ofensivísimo 4-2-3-1. Su valentía tuvo premio: Diawara verticalizó para un incontenible Allan y el centro del brasileño encontró en el área chica el belga, que empujó entre palos. Quedaban diez minutos, pero la reacción rossonera se resume en un disparo alto de Higuaín, esta vez inofensivo ante sus extifosi. El marcador no volvió a moverse: tras haber tumbado al Lazio a domicilio, el Nápoles dio otro golpe sobre la mesa derrotando a un Milán que este año dará mucha más guerra para los puestos de Champions. La Juve sigue teniendo a un gran rival. También sin Sarri.

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