Mané y Milner aseguran una victoria complicada del Liverpool

Los 'reds' se llevan los tres puntos, en un partido de ida y vuelta, en el que brilló Salah. El egipcio cerró su actuación con un penalti y una roja provocados y una asistencia.

Alberto Muñoz
As
El Liverpool consiguió imponerse al Crystal Palace por 0-2 con goles de Milner de penalti y Sadio Mané. A pesar de que el senegalés maquilló el resultado en el último minuto cuando los eagles ya estaban con uno menos el partido no fue ni mucho menos un trámite para los hombres de Jürgen Klopp, que se encontraron con una gran oposición por parte de los locales.


Y es que los reds apenas habían creado nada durante toda la primera mitad, con Salah desaparecido y el Crystal Palace imponiendo un ritmo tremendo que no dejaba opción a que los rivales llegasen con algún tipo de peligro a la meta de Hennessey. Pero cuando se tiene a un jugador como el egipcio, cualquier cosa puede suceder.

Y pasó justo al borde del descanso que, cuando el africano se estaba revolviendo dentro del área, un ex del Liverpool, Mamadou Sakho, se puso tan nervioso que terminó trabando al extremo en una sucesión de pequeñas patadas que pararon cuando Salah cayó al suelo y Michael Oliver decidió pitar penalti. Los jugadores reds le jaleaban, conscientes de que había encontrado oro en un partido de lo más comprometido, y Milner se encargó de convertir la pena máxima en el primer gol del partido.

El gol provocó una pequeña desconexión del Crystal Palace, que no consiguió encontrar en Zaha al desequilibrante jugador que suele ser, pero aun así tuvo sus ocasiones para haber conseguido un empate que claramente mereció durante todo el encuentro. Eso sí, las buenas intervenciones de Alisson, muy seguro bajo palos, confirmaron la subida de nivel del Liverpool a nivel defensivo, que con las nuevas incorporaciones promete ser un equipo más completo y fiable que la temporada pasada. Ya en los minutos finales una de las ya tradicionales contras del Liverpool terminó con que Wan-Bissaka se vio obligado a frustrar un mano a mano de Salah contra Hennessey, por lo que terminó siendo expulsado y acabó con cualquier opción de que el Crystal Palace empatase el encuentro.

Ya en los últimos minutos Mané, que protagonizó una de las ya temibles contras del tridente del Liverpool, consiguió dar el gol de la tranquilidad que confirmaba que los tres puntos viajaban rumbo al norte de Inglaterra.

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