“Le quité cinco ceros al precio del pollo y listo, no aumenté nada”

El apagón bancario no tuvo mayor impacto porque la mayoría de los negocios estuvieron cerrados

Florantonia Singer
Caracas, El País
La reconversión monetaria entró en vigencia este lunes en un país paralizado. La mayoría de los negocios permanecieron cerrados desde el sábado en la tarde, en una adaptación que se esperaba que sería complicada para la banca y las transacciones electrónicas, pero que durante las primeras horas del lunes comenzó a fluir sin mayores contratiempos para los bancos privados más grandes, al punto que algunos telecajeros comenzaron a dispensar los nuevos billetes en las denominaciones de dos, cinco y 10 bolívares soberanos, aunque el mayor de ellos no alcanza ni para un café.


En un centro de salud, el sector donde más se recurre a las transacciones bancarias para el pago de servicios, la encargada de admisión señaló que los pacientes que ingresaron a la emergencia durante la noche tramitaron sus pagos en la mañana de este lunes a través de los bancos que ya estaban operativos. La vicepresidenta Delcy Rodríguez informó este lunes que 92% de las entidades financieras ya habían hecho la transición y que para las tres de la tarde ya estaría operativo todo el sistema bancario. Banesco, el banco privado más grande y que tiene 40% de los puntos de pago del país, fue el primero en terminar el proceso en la mañana del lunes. Otros, incluidos los estatales, tuvieron problemas para procesar operaciones durante la mañana.

José Mejías no acató el día no laborable que decretó el presidente venezolano Nicolás Maduro para facilitar la entrada en vigencia del nuevo cono monetario con cinco cifras menos. Su negocio, una venta de pollo en brasa llamada Il Camineto, cerca del Palacio de Miraflores, el palacio presidencial, era el único abierto en varias manzanas del centro de Caracas. “Le quité cinco ceros y listo, no aumenté nada”, dice el comerciante de 60 años de edad.

“Es cuestión de acostumbrarse. Los precios son como si estuviéramos en Europa, que las cosas cuestan dos, cinco u ocho con 25 céntimos. Igual antes, lo que costaba antes un millón, uno decía que costaba 1.000”, dice en un intento por explicar a un cliente confundido que pasaba la tarjeta por el punto de venta. El desayuno que hasta la semana pasada se pagaba a 3.800.000 bolívares, este lunes se pagó en 38 de los soberanos.

El quebradero de cabeza de Mejías, como el de todos los comerciantes y empresarios en este momento, es otro: cómo va a aumentar el sueldo mínimo de sus seis empleados al nuevo monto ordenado por el presidente, 35 veces superior al que tenían hasta hace un mes. Un incremento con el que un trabajador pasó de ganar un poco menos de un dólar al mes a 30 dólares mensuales o 1.800 bolívares soberanos que cobrarán a partir de septiembre. A este aumento, que abre un agujero en la estructura de costos de los negocios, se suma el aumento en los tributos que también forma parte del paquete de medidas económicas que anunció el gobierno.

“Yo todavía pienso que el presidente se ha equivocado y que va a rectificar. Todavía no lo asimilo. Si eso es así no sé cómo vamos a hacer, ¿cómo haremos para pagar los beneficios de fin de año?”, dice Mejía que regenta su negocio desde hace 30 años.

Al otro lado de la ciudad, cerca de Petare, Belkys Estrada, también espera que el gobierno se retracte sobre el aumento salarial. Esta docente sabe que en la economía venezolana una medida de este tipo se convierte en un oxígeno para la inflación. “Algo así nadie va a poder pagarlo, van a cerrar muchas empresas y va a quedar mucha gente en la calle”.

En el populoso sector de Catia, en el oeste, Leandro Méndes tenía otra preocupación. Este lunes fue a su negocio con la intención de dedicarse a hacer los nuevos carteles de precios. Tuvo una visita inesperada. “Vino un hombre que supuestamente es sargento del Sebin (servicio de inteligencia) a señalarme que había aumentado los precios del sábado a hoy y que mañana martes se van a desplegar todas las fuerzas de seguridad para evitar el remarcaje de precios. Y claro que los aumenté, porque todo va a llegar más caro y si mantengo el precio no voy a poder reponer la mercancía”, cuenta el joven comerciante.

El presidente Maduro en una transmisión el domingo en la noche a través de Facebook Live pidió a los ciudadanos defender los nuevos precios justos e insistió en que los comerciantes no pueden aumentarlos porque el Gobierno asumirá las nóminas de la pequeña y mediana industria durante tres meses. Con esta medida podrá hacer el incremento del salario mínimo, lo que implicará un enorme gasto fiscal, contraproducente para enfrentar la hiperinflación. Este lunes agregó que a partir del martes de publicarán los nuevos “precios justos acordados”. Ha sido precisamente la política de control de precios uno de los factores que ha descalabrado la economía y propiciado la escasez y la aparición de mercados negros para casi cualquier bien.

“Tenemos que garantizar que la cesta básica de los venezolanos esté por debajo del medio petro.”. El gobierno informó el pasado viernes que el petro tendría un valor de 3.600 bolívares soberanos y que sería la nueva medida para anclar la moneda, eliminando la referencia del dólar en el mercado negro que ese mismo día Maduro reconoció que estaba en seis millones de bolívares. Solo tres días después volvió a aumentar y se ubicó este lunes en 95 bolívares soberanos, o 9.500.000 de los bolívares de antes.

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