La ola de calor permite descubrir tesoros arqueológicos enterrados en Inglaterra
La sequía define en el suelo las marcas de vestigios neolíticos, asentamientos de la Edad de Hierro o una granja romana
Patricia Tubella
Londres, El País
Difícil de soportar para algunos ciudadanos, la reciente ola de calor registrada en el Reino Unido ha supuesto, sin embargo, un regalo para los arqueólogos, con el descubrimiento en sus incursiones aéreas de rastros escondidos de antiguas civilizaciones. Vestigios de monumentos ceremoniales neolíticos, asentamientos de la Edad de Hierro o una granja de la época romana son algunos de los tesoros escondidos bajo el suelo y la vegetación pero cuyas marcas aparecen ahora bien definidas gracias a las condiciones de sequía.
"El clima excepcional ha abierto áreas enteras de una vez, en lugar de solo uno o dos campos", ha explicado Duncan Wilson, director ejecutivo de Historic England, un organismo que trabaja para la preservación del patrimonio histórico. En plena canícula y con los termómetros marcando por encima de los 30 grados centígrados, los arqueólogos de su equipo tomaron el aire para, en palabras de Wilson, "ver por debajo del suelo", es decir, identificar esos patrones que están mucho mejor definidos cuando la superficie tiene menos humedad.
Entre los principales hallazgos destacan dos grandes rectángulos datados entre el 3600 y el 3000 antes de Cristo y que corresponden probablemente a sendos monumentos del neolítico. Sus imágenes fueron capturadas por las fotografías aéreas y escáners láser en Milton Keynes (al este de Inglaterra). Más difícil de desenmarañar sigue siendo para los expertos la coincidencia en el mismo campo de Cornualles (en el sudoeste del país) de sendas estructuras de antiguos asentamientos, la primera con forma circular y posiblemente de la Edad de Hierro, y la segunda a modo de rectángulos atribuida a la Edad de Bronce.
Vestigios históricos diseminados por toda la geografía inglesa, de norte a sur, desde sepulcros cuadrados de la Edad de Hierro en las colinas de Yorkshire hasta túmulos del mismo periodo en Cornualles, pasando por una granja romana en Devon integran el catálogo expuesto por Historic England. En este último caso, por ejemplo, el examen de los planos aéreos permitió identificar un recinto central rodeado de otros vestigios que se asemejan al típico asentamiento del periodo romano, por lo que los expertos apuntan a que la granja es una reliquia de aquel tiempo.
Los estragos de la sequía sobre el terreno también han dado como resultado el descubrimiento de un círculo de hoyos entre los restos de un enclave ceremonial prehistórico, en el condado de Oxfordshire (sudeste). Además, y remitiéndonos a un pasado mucho menos lejano, han desvelado más detalles sobre una de las grandes y ya desaparecidas mansiones de la época isabelina (Tixall Hall, construida en 1555), ubicada en Stratffordshire, en el centro occidental del país.
Las atípicamente altas temperaturas en las islas británicas, desde finales de junio hasta principios de agosto, se han aliado en definitiva con el equipo de arqueólogos y sus aviones de reconocimiento para, en palabras de Duncan Wilson, “revelarnos gráficamente los trazos de nuestro pasado”.
Patricia Tubella
Londres, El País
Difícil de soportar para algunos ciudadanos, la reciente ola de calor registrada en el Reino Unido ha supuesto, sin embargo, un regalo para los arqueólogos, con el descubrimiento en sus incursiones aéreas de rastros escondidos de antiguas civilizaciones. Vestigios de monumentos ceremoniales neolíticos, asentamientos de la Edad de Hierro o una granja de la época romana son algunos de los tesoros escondidos bajo el suelo y la vegetación pero cuyas marcas aparecen ahora bien definidas gracias a las condiciones de sequía.
"El clima excepcional ha abierto áreas enteras de una vez, en lugar de solo uno o dos campos", ha explicado Duncan Wilson, director ejecutivo de Historic England, un organismo que trabaja para la preservación del patrimonio histórico. En plena canícula y con los termómetros marcando por encima de los 30 grados centígrados, los arqueólogos de su equipo tomaron el aire para, en palabras de Wilson, "ver por debajo del suelo", es decir, identificar esos patrones que están mucho mejor definidos cuando la superficie tiene menos humedad.
Entre los principales hallazgos destacan dos grandes rectángulos datados entre el 3600 y el 3000 antes de Cristo y que corresponden probablemente a sendos monumentos del neolítico. Sus imágenes fueron capturadas por las fotografías aéreas y escáners láser en Milton Keynes (al este de Inglaterra). Más difícil de desenmarañar sigue siendo para los expertos la coincidencia en el mismo campo de Cornualles (en el sudoeste del país) de sendas estructuras de antiguos asentamientos, la primera con forma circular y posiblemente de la Edad de Hierro, y la segunda a modo de rectángulos atribuida a la Edad de Bronce.
Vestigios históricos diseminados por toda la geografía inglesa, de norte a sur, desde sepulcros cuadrados de la Edad de Hierro en las colinas de Yorkshire hasta túmulos del mismo periodo en Cornualles, pasando por una granja romana en Devon integran el catálogo expuesto por Historic England. En este último caso, por ejemplo, el examen de los planos aéreos permitió identificar un recinto central rodeado de otros vestigios que se asemejan al típico asentamiento del periodo romano, por lo que los expertos apuntan a que la granja es una reliquia de aquel tiempo.
Los estragos de la sequía sobre el terreno también han dado como resultado el descubrimiento de un círculo de hoyos entre los restos de un enclave ceremonial prehistórico, en el condado de Oxfordshire (sudeste). Además, y remitiéndonos a un pasado mucho menos lejano, han desvelado más detalles sobre una de las grandes y ya desaparecidas mansiones de la época isabelina (Tixall Hall, construida en 1555), ubicada en Stratffordshire, en el centro occidental del país.
Las atípicamente altas temperaturas en las islas británicas, desde finales de junio hasta principios de agosto, se han aliado en definitiva con el equipo de arqueólogos y sus aviones de reconocimiento para, en palabras de Duncan Wilson, “revelarnos gráficamente los trazos de nuestro pasado”.