Kylian Mbappé ya ha entrado en otra dimensión futbolística
París, AS
Su brillante actuación en el Mundial y su implicación en la consecución del título por parte de los Bleus le han hecho cambiar de dimensión.
Ocurrió el pasado sábado en Guingamp. El PSG iba perdiendo por 1-0 en esta segunda jornada de liga y Thomas Tuchel, el nuevo entrenador, decidió hacer entrar a Mbappé justo después del descanso. Y el joven delantero revolucionó el partido, dio dolores de cabeza a sus rivales, marcó dos goles y permitió a su equipo llevarse una victoria que parecía muy comprometida. Sólo eran sus primeros minutos de la temporada pero su actuación fue ya tan brillante que, al día siguiente, L’Equipe le dedicó su portada con un titular con doble sentido. “Comme un messie” (como un Mesías), dijo el periódico deportivo francés con esta admiración que comparten todos los amantes del fútbol que viven al otro lado de los Pirineos.
Es que Mbappé se ha convertido en la gran estrella de la Ligue 1 y del fútbol francés en general. Su brillante actuación en el Mundial de Rusia y su implicación directa en la consecución del título por parte de los Bleus le han hecho cambiar de dimensión.
Hace todavía unos meses el chaval era una bonita esperanza, pero ya se puede considerar como una realidad inamovible. Y su corta edad (19 años), y por consecuente su notable margen de mejora, hacen que nadie en Francia sea capaz hoy en día de poner cualquier límite a su carrera. Incluso algunos opinan que puede convertirse en el mejor futbolista francés de la historia. Por todo ello, el delantero del PSG aparece como un patrimonio nacional, un bien preciado que hay que proteger. Un nuevo estatus que no le perturba para nada. Así, el pasado sábado, cuando todo el mundo le alababa por su increíble partido, Mbappé supo demostrar humildad y encontrar las palabras adecuadas para no herir al gran ego del vestuario. “Neymar es nuestro líder e intentamos todos ayudarle”, explicó. Este tema no es cualquiera y existe en el PSG algún que otro temor a que el brasileño se sienta molesto por la popularidad de su joven compañero. “Pobre Neymar, ha abandonado el Barça para dejar de estar a la sombra de Messi y ahora puede que tenga que estar a la sombra de Mbappé…” se está comentando en círculos de la capital francesa.
En cualquier caso y a la espera de lo que dictamine el Fair Play Financiero la próxima semana, no hay ninguna duda de que el PSG vendería antes a Neymar que al jugador más querido por toda Francia. Y es Mbappé. Que nadie lo dude.
Su brillante actuación en el Mundial y su implicación en la consecución del título por parte de los Bleus le han hecho cambiar de dimensión.
Ocurrió el pasado sábado en Guingamp. El PSG iba perdiendo por 1-0 en esta segunda jornada de liga y Thomas Tuchel, el nuevo entrenador, decidió hacer entrar a Mbappé justo después del descanso. Y el joven delantero revolucionó el partido, dio dolores de cabeza a sus rivales, marcó dos goles y permitió a su equipo llevarse una victoria que parecía muy comprometida. Sólo eran sus primeros minutos de la temporada pero su actuación fue ya tan brillante que, al día siguiente, L’Equipe le dedicó su portada con un titular con doble sentido. “Comme un messie” (como un Mesías), dijo el periódico deportivo francés con esta admiración que comparten todos los amantes del fútbol que viven al otro lado de los Pirineos.
Es que Mbappé se ha convertido en la gran estrella de la Ligue 1 y del fútbol francés en general. Su brillante actuación en el Mundial de Rusia y su implicación directa en la consecución del título por parte de los Bleus le han hecho cambiar de dimensión.
Hace todavía unos meses el chaval era una bonita esperanza, pero ya se puede considerar como una realidad inamovible. Y su corta edad (19 años), y por consecuente su notable margen de mejora, hacen que nadie en Francia sea capaz hoy en día de poner cualquier límite a su carrera. Incluso algunos opinan que puede convertirse en el mejor futbolista francés de la historia. Por todo ello, el delantero del PSG aparece como un patrimonio nacional, un bien preciado que hay que proteger. Un nuevo estatus que no le perturba para nada. Así, el pasado sábado, cuando todo el mundo le alababa por su increíble partido, Mbappé supo demostrar humildad y encontrar las palabras adecuadas para no herir al gran ego del vestuario. “Neymar es nuestro líder e intentamos todos ayudarle”, explicó. Este tema no es cualquiera y existe en el PSG algún que otro temor a que el brasileño se sienta molesto por la popularidad de su joven compañero. “Pobre Neymar, ha abandonado el Barça para dejar de estar a la sombra de Messi y ahora puede que tenga que estar a la sombra de Mbappé…” se está comentando en círculos de la capital francesa.
En cualquier caso y a la espera de lo que dictamine el Fair Play Financiero la próxima semana, no hay ninguna duda de que el PSG vendería antes a Neymar que al jugador más querido por toda Francia. Y es Mbappé. Que nadie lo dude.