El valor de Modric

La salida del volante croata, pretendido por el Inter de Milán, generaría a Lopetegui un preocupante vacío futbolístico

Pablo Pérez
Madrid, El País
Meses antes de conquistar la decimotercera Champions League, la directiva del Real Madrid se reunió periódicamente para confeccionar la planificación deportiva del equipo a corto y medio plazo. Uno de los protagonistas en los encuentros programados por la dirigencia era Luka Modric. El croata conformaba junto a Sergio Ramos y Cristiano lo que consideraban como la columna vertebral de la plantilla. El club quería estudiar detalladamente el relevo generacional de esos tres pilares. En el caso del croata, el jugador más veterano del Madrid —cumplirá 33 años en septiembre—, hablaban de rastrear el mercado con cierta urgencia en busca de un recambio a su altura. Creían que dosificarle este año sería obligatorio y especulaban incluso que tendría que reducir su participación en unos 15 o 20 partidos. Vendido Cristiano, el estado de tranquilidad y confianza en torno a la figura de Modric lo ha puesto en suspenso el supuesto interés del Inter de Milán por el croata.


La respuesta del Madrid es contundente: 750 millones de euros. Pero los rumores no cesan. La Gazzeta aseguraba que el jugador había dado el sí al Inter. También que Modric había pactado con el Madrid que le facilitarían su salida en el caso de que llegara una oferta interesante. Ayer, Il Giornale daba las cifras de una hipotética oferta del Inter al Madrid y al jugador: 15 millones de euros por una cesión con una opción de compra de otros 25 y un contrato de cuatro años a razón de 10 millones por cada uno de ellos.

En Chamartín nadie se plantea la marcha de Modric. Primero, porque le consideran un jugador capital, más aún tras la marcha de Cristiano; segundo, porque el Inter no tiene la capacidad económica para contratar al croata. La solución parece abocada a una renovación con una mejora salarial para el futbolista, cuya figura se ha visto potencialmente reforzada tras el Mundial. Modric comandó a Croacia hasta una histórica final y fue nombrado mejor jugador del torneo. Su trascendencia tiene en estos momentos más fuerza y dimensión que nunca en su carrera.

Una hipotética venta de Modric generaría un impacto comparable al de la salida Cristiano Ronaldo. Las consecuencias futbolísticas y sociales podrían ser incluso mayores. El traspaso del croata agitaría todavía más a la masa social, uno de los aspectos que más preocupa al dirigente Florentino Pérez, muy identificada con el jugador y ya confusa por la ausencia de un fichaje estrella que remplace a CR.
Incertidumbre con Kovacic

Para Lopetegui supondría desprenderse del jugador más determinante en el juego. Su influencia en el rendimiento del equipo ha sido mayúscula. Desde el club todavía recuerdan cómo sus lesiones en 2015 fueron el causante principal del desplome del Madrid de Carlo Ancelotti. Su incidencia ahora es todavía mayor y su importancia en el equipo se coloca en los dos últimos años a la altura de Cristiano. Uno marcaba, el otro jugaba y hacia jugar. Modric es el director de fútbol de este Madrid, el encargado de romper la monotonía, la pieza que hace que el resto funcione. Si él está bien, el Madrid responde; si su rendimiento baja, el Madrid sufre. No hay nadie en la plantilla con una ascendencia tan directa en el estado del equipo.

La incertidumbre generada por Modric se suma a la petición de Mateo Kovacic de abandonar el club. Pese a la negativa del Madrid a dejarle marchar, el volante de 24 años insiste en que quiere marcharse a un equipo que le garantice ser titular. Mientras, Kroos y Ceballos se mantienen como los otros dos mediocentros creativos de una plantilla que también cuenta con la presencia de Casemiro, Llorente e Isco en esa zona.

De todos ellos, ninguno tiene el peso y las características de Modric. Tampoco existe un jugador similar en el mercado. El croata es el mejor centrocampista del mundo y reemplazarlo hoy en día es tarea imposible. Él es consciente y el Madrid también. Por eso, su valor es incalculable y su continuidad, obligatoria.

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