El relato de los cuadernos y todas las pruebas que complican a Cristina Kirchner
En el expediente hay evidencias de que la ex presidenta era parte de la maniobra de recaudación de dinero ilegal. Los K insisten con que no sabía nada.
La cantidad de pruebas que comprometen a la ex presidenta se multiplican. En los cuadernos de Centeno ya hay evidencias del rol central de la ex presidenta en la maniobra. El 6 de mayo de 2013, el ex chofer de Baratta deja asentado en una de sus libretas que había dejado de escribir por temor a que lo descubran y agrega que volvió a hacerlo "porque en una reunión que tuvo el ministro de Vido, Baratta y la Sra. Presidenta Cristina F. De Kirchner en la cual los instruyó para que sigan recaudando de las empresas para las próximas campañas electorales".
Además, aseguró que tras la muerte de Kirchner la recaudación no se detuvo y que la plata negra la llevaban a Olivos donde vivía la ex presidenta. E incluso reveló que un secretario de la actual senadora era quien los habilitaba a entrar a la residencia.
También la comprometió el empresario Carlos Wagner. En su declaración como arrepentido la ubicó como protagonista clave en la trama de los sobornos con la obra pública.
Abal Medina, el ex jefe de Gabinete, declaró que recibió pagos ilegales de empresarios. Dijo, ante la Justicia, que eran para la campaña de 2013 y admitió que todo sucedía en la Casa Rosada. El despacho del jefe de Gabinete está pegado al del Presidente. Es más, en los pendrives que allanaron en la casa de Martín Larraburu, mano derecha de Abal Medina, hay una serie de planillas con anotaciones en código sobre el destino de la recaudación ilegal. Dos siglas llamaron la atención de los investigadores: CFK y JDV.
Este lunes, cuando se presente en Comodoro Py, la ex presidenta entregará un escrito y negará haber estado al tanto de la maniobra que recolectaba y entregaba dinero ilegal al kirchnerismo. Para la Justicia ya hay pruebas de que ella y Néstor Kirchner "comandaban" la banda.
Clarín
La ex presidenta Cristina Kirchner nunca imaginó que iba a llegar tan comprometida a declarar ante el juez federal Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli en la causa de las coimas. Cuando arrancó el caso, hace 12 días atrás con la detención de Roberto Baratta tras las revelaciones escritas en los 8 cuadernos de Oscar Centeno, la ex presidenta imaginaba que le alcanzaría con una defensa política para salir airosa. En esas primeras horas, sus asesores legales intentaban convencerla en insistir sobre la supuesta "falsedad" de esas detalladas anotaciones. Argumentaban que el juez solo contaba con fotocopias de las libretas y que podían intentar invalidar la prueba. Pero el escándalo se potenció y ya no alcanza con esa estrategia. Hoy hay nueve arrepentidos (entre ellos Centeno y ocho empresarios) y además nutren el expediente los testimonios de varios ex funcionarios y directivos de empresas que aceptaron haber entregado dinero ilegal para el kirchnerismo a través de coimas o aportes de campaña.
Además, aseguró que tras la muerte de Kirchner la recaudación no se detuvo y que la plata negra la llevaban a Olivos donde vivía la ex presidenta. E incluso reveló que un secretario de la actual senadora era quien los habilitaba a entrar a la residencia.
También la comprometió el empresario Carlos Wagner. En su declaración como arrepentido la ubicó como protagonista clave en la trama de los sobornos con la obra pública.
Abal Medina, el ex jefe de Gabinete, declaró que recibió pagos ilegales de empresarios. Dijo, ante la Justicia, que eran para la campaña de 2013 y admitió que todo sucedía en la Casa Rosada. El despacho del jefe de Gabinete está pegado al del Presidente. Es más, en los pendrives que allanaron en la casa de Martín Larraburu, mano derecha de Abal Medina, hay una serie de planillas con anotaciones en código sobre el destino de la recaudación ilegal. Dos siglas llamaron la atención de los investigadores: CFK y JDV.
Este lunes, cuando se presente en Comodoro Py, la ex presidenta entregará un escrito y negará haber estado al tanto de la maniobra que recolectaba y entregaba dinero ilegal al kirchnerismo. Para la Justicia ya hay pruebas de que ella y Néstor Kirchner "comandaban" la banda.