El Madrid de Lopetegui empieza a enseñar sus rasgos
Los blancos se llevan el trofeo Santiago Bernabéu ante un buen Milan. Modric, ovacionado por la grada
Alejandro Prado
Madrid, El País
El Santiago Bernabéu celebraba el trofeo homónimo en el verano madridista más extraño de los últimos años. La parroquia debe empezar a acostumbrarse a no ver a Cristiano Ronaldo sobre el césped. También a la ausencia de Zinedine Zidane en el banquillo. Ahí se estrenó Julen Lopetegui ante su público, aunque en estos partidos el ambiente festivo prima casi sobre el fútbol. El Real Madrid despachó a un buen Milan (3-1) para llevarse el trofeo Bernabéu y enseñar algunas cosas para la temporada que empieza, el miércoles sin ir más lejos.
Para empezar los blancos metieron ritmo. Un gol de Benzema nada más empezar que sirvió al francés para postularse como el delantero depredador que no es pero que su equipo necesita que sea este curso. Buen cabezazo tras un buen centro de Carvajal, la fiesta prometía. Pero el Milan no quiso ser ese simple equipo comparsa que a veces aparece en los partidos estivales. Menos Higuaín, que no tardó ni dos minutos en contestar con un tirazo desde fuera del área. Primer tanto del Pipa de rossonero, eso que se llevó del Bernabéu, además de una ovación del que una vez fue su público.
Había curiosidad por ver qué pinta tiene este Madrid de Lopetegui, y enseñó cosas. Como la presión intensa que quiere imponer el exseleccionador. También había que comprobar cómo luce un ataque sin los (muchos) goles de CR. De momento, a Bale y Benzema se suma Asensio. Los tres lucieron movilidad y frescura, dada la altura del curso en la que estamos. El galés volvió a enchufar su gol, aunque esta vez se permitió que no fuera un golazo. El 11 recogió un rechace tras un córner para fusilar con la derecha. A los tres de arriba se sumó Isco, que con Casemiro y Kroos jugó liberado en la mediapunta. El malagueño empezó a destapar su esencia en gotitas, muestra de que va cogiendo la forma poco a poco.
Las ocasiones se sucedían ante Donnarumma, pero también ante Keylor Navas. Primer partido que el costarricense juega con la sombra de Courtois y alternó buenas paradas con algunas dudas en salidas. Se vio un buen Suso en la banda derecha del Milan, siempre acechando con el cañón que tiene en su zurda.
Mucho ritmo tenía el partido, quizá demasiado para el mes de agosto, y eso se pagó en la segunda parte. Los primeros 20 minutos fue el peor tramo del Madrid, embotellado por el Milan, achicando balones como podía.La gasolina se agotaba en unos jugadores con mucho trabajo físico en las piernas y una gira americana reciente.
Lopetegui movió el banquillo a lo bestia, múltiples cambios a la vez que revitalizaron al equipo. Entre ellos el de Modric, que volvía tras el Mundial y fue recibido con una estruendosa ovación, por si sirve para apagar los rumores o no rumores sobre su salida. En 15 minutos el croata mostró un estado de forma impropio para un recién incorporado de vacaciones, estuvo en todas las acciones de ataque del Madrid, incluida la del último gol, que marcó Mayoral tras un chut del 10. Rumboso estuvo también Vinicius, el chaval se ganó a la grada con un par de florituras y varias muestras de su enorme potencia.
Con buenas sensaciones se van los blancos a Tallín, a por el primer título oficial, ante el Atlético en algo mucho más que un amistoso veraniego. Será la primera prueba seria de este Madrid post-CR.
Alejandro Prado
Madrid, El País
El Santiago Bernabéu celebraba el trofeo homónimo en el verano madridista más extraño de los últimos años. La parroquia debe empezar a acostumbrarse a no ver a Cristiano Ronaldo sobre el césped. También a la ausencia de Zinedine Zidane en el banquillo. Ahí se estrenó Julen Lopetegui ante su público, aunque en estos partidos el ambiente festivo prima casi sobre el fútbol. El Real Madrid despachó a un buen Milan (3-1) para llevarse el trofeo Bernabéu y enseñar algunas cosas para la temporada que empieza, el miércoles sin ir más lejos.
Para empezar los blancos metieron ritmo. Un gol de Benzema nada más empezar que sirvió al francés para postularse como el delantero depredador que no es pero que su equipo necesita que sea este curso. Buen cabezazo tras un buen centro de Carvajal, la fiesta prometía. Pero el Milan no quiso ser ese simple equipo comparsa que a veces aparece en los partidos estivales. Menos Higuaín, que no tardó ni dos minutos en contestar con un tirazo desde fuera del área. Primer tanto del Pipa de rossonero, eso que se llevó del Bernabéu, además de una ovación del que una vez fue su público.
Había curiosidad por ver qué pinta tiene este Madrid de Lopetegui, y enseñó cosas. Como la presión intensa que quiere imponer el exseleccionador. También había que comprobar cómo luce un ataque sin los (muchos) goles de CR. De momento, a Bale y Benzema se suma Asensio. Los tres lucieron movilidad y frescura, dada la altura del curso en la que estamos. El galés volvió a enchufar su gol, aunque esta vez se permitió que no fuera un golazo. El 11 recogió un rechace tras un córner para fusilar con la derecha. A los tres de arriba se sumó Isco, que con Casemiro y Kroos jugó liberado en la mediapunta. El malagueño empezó a destapar su esencia en gotitas, muestra de que va cogiendo la forma poco a poco.
Las ocasiones se sucedían ante Donnarumma, pero también ante Keylor Navas. Primer partido que el costarricense juega con la sombra de Courtois y alternó buenas paradas con algunas dudas en salidas. Se vio un buen Suso en la banda derecha del Milan, siempre acechando con el cañón que tiene en su zurda.
Mucho ritmo tenía el partido, quizá demasiado para el mes de agosto, y eso se pagó en la segunda parte. Los primeros 20 minutos fue el peor tramo del Madrid, embotellado por el Milan, achicando balones como podía.La gasolina se agotaba en unos jugadores con mucho trabajo físico en las piernas y una gira americana reciente.
Lopetegui movió el banquillo a lo bestia, múltiples cambios a la vez que revitalizaron al equipo. Entre ellos el de Modric, que volvía tras el Mundial y fue recibido con una estruendosa ovación, por si sirve para apagar los rumores o no rumores sobre su salida. En 15 minutos el croata mostró un estado de forma impropio para un recién incorporado de vacaciones, estuvo en todas las acciones de ataque del Madrid, incluida la del último gol, que marcó Mayoral tras un chut del 10. Rumboso estuvo también Vinicius, el chaval se ganó a la grada con un par de florituras y varias muestras de su enorme potencia.
Con buenas sensaciones se van los blancos a Tallín, a por el primer título oficial, ante el Atlético en algo mucho más que un amistoso veraniego. Será la primera prueba seria de este Madrid post-CR.