El gran salto de Rodrigo
En el Bolton promedió un gol cada 309 minutos. En Valencia, en la 17-18, cada 158. Lopetegui, que pide su fichaje, y Marcelino han sacado su mejor versión.
Mario Cortegana
As
Para el Madrid en este mercado se empezó hablando de Neymar, luego se pasó de puntillas por Mbappé y se acabó con Hazard. Cada nombre fue desapareciendo de la mesa, llevándose consigo el ánimo del madridismo, que tiene pinta de que tendrá que conformarse con Vinicius, el adolescente de los 45 millones que ha desaparecido del mapa tras agradar en pretemporada, y Alex Hunter, la estrella del FIFA pregonada por el club. Al final de ese viaje que ha ido de la ilusión a la resignación ya sólo asoma Rodrigo Moreno, en quien, como ha contado As, insiste Lopetegui. A estas alturas, el fichaje del delantero del Valencia, cuya cláusula es de 120 millones de euros, es la principal alternativa para cerrar la moderada reacción del Madrid a la salida de Cristiano, el mayor goleador de su historia.
La aparición de Rodrigo como opción real es responsabilidad de Lopetegui, un convencido de su potencial. A sus 27 años, la trayectoria de Moreno no es la de un futbolista de cumbre. Sin embargo, en la última temporada, guiado por Marcelino, ha pegado el salto que necesitaba su carrera: cuando el Benfica le cedió al Bolton, en la 2010-2011, jugó 24 partidos en los que marcó tres goles, de promedio uno cada 309,33 minutos; en la 2017-2018 disputó 44 e hizo 19 goles, de media uno cada 157,7. En esa evolución influyó su paso por el Benfica, donde después de tres cursos promedió un tanto cada 194,42 minutos. Esta discreta estadística le bastó para firmar por el Valencia, una incorporación criticada inicialmente por su coste (30 millones) por la afición, que lo consideró una argucia de su agente, Jorge Mendes, estrecho colaborador de Peter Lim. No le faltaron detractores en sus tres primeros años, en los que de media empleó 329,11 minutos para ver puerta.
En ese tiempo hizo 18 goles, uno menos que en la 2017-2018, ya con Marcelino, liberado de lesiones y como delantero centro. El técnico asturiano acertó al reubicarle, alejándole de la banda para acercarle al gol, una medida que le ha funcionado de maravilla: la última temporada ha sido la mejor de siempre, muy por encima de lo anterior. Esa versión y ese aire de intentar cualquier cosa, de poderlo todo, ha recordado al Rodrigo de Lopetegui, aquel que llegó a pichichi de las inferiores de la Selección y formó parte de la Sub-21 campeona del Europeo 2013, cuya versión implementada enfiló el Mundial de Rusia de la mano del propio Julen. Ahora, de vuelta ambos en el Bernabéu, podrían reencontrarse.
Mario Cortegana
As
Para el Madrid en este mercado se empezó hablando de Neymar, luego se pasó de puntillas por Mbappé y se acabó con Hazard. Cada nombre fue desapareciendo de la mesa, llevándose consigo el ánimo del madridismo, que tiene pinta de que tendrá que conformarse con Vinicius, el adolescente de los 45 millones que ha desaparecido del mapa tras agradar en pretemporada, y Alex Hunter, la estrella del FIFA pregonada por el club. Al final de ese viaje que ha ido de la ilusión a la resignación ya sólo asoma Rodrigo Moreno, en quien, como ha contado As, insiste Lopetegui. A estas alturas, el fichaje del delantero del Valencia, cuya cláusula es de 120 millones de euros, es la principal alternativa para cerrar la moderada reacción del Madrid a la salida de Cristiano, el mayor goleador de su historia.
La aparición de Rodrigo como opción real es responsabilidad de Lopetegui, un convencido de su potencial. A sus 27 años, la trayectoria de Moreno no es la de un futbolista de cumbre. Sin embargo, en la última temporada, guiado por Marcelino, ha pegado el salto que necesitaba su carrera: cuando el Benfica le cedió al Bolton, en la 2010-2011, jugó 24 partidos en los que marcó tres goles, de promedio uno cada 309,33 minutos; en la 2017-2018 disputó 44 e hizo 19 goles, de media uno cada 157,7. En esa evolución influyó su paso por el Benfica, donde después de tres cursos promedió un tanto cada 194,42 minutos. Esta discreta estadística le bastó para firmar por el Valencia, una incorporación criticada inicialmente por su coste (30 millones) por la afición, que lo consideró una argucia de su agente, Jorge Mendes, estrecho colaborador de Peter Lim. No le faltaron detractores en sus tres primeros años, en los que de media empleó 329,11 minutos para ver puerta.
En ese tiempo hizo 18 goles, uno menos que en la 2017-2018, ya con Marcelino, liberado de lesiones y como delantero centro. El técnico asturiano acertó al reubicarle, alejándole de la banda para acercarle al gol, una medida que le ha funcionado de maravilla: la última temporada ha sido la mejor de siempre, muy por encima de lo anterior. Esa versión y ese aire de intentar cualquier cosa, de poderlo todo, ha recordado al Rodrigo de Lopetegui, aquel que llegó a pichichi de las inferiores de la Selección y formó parte de la Sub-21 campeona del Europeo 2013, cuya versión implementada enfiló el Mundial de Rusia de la mano del propio Julen. Ahora, de vuelta ambos en el Bernabéu, podrían reencontrarse.