El Barça equilibra con las ventas (124,2) los 125,90M€ de fichajes

Barcelona, AS
Acostumbrado como estaba a comprar caro y vender barato, el mercado de verano le ha dado varias sorpresas inesperadas a Barcelona. Cuando todo parecía reducirse al dinero que pudiese obtener de las ventas de André Gomes y Alcácer, los tiros han ido por otro lado en el supermercado azulgrana, que ya ha ingresado 124,20 millones y aún podría ingresar más de cinco millones por la venta de Arnáiz al Leganés más los posibles traspasos de Marlon y Alcácer o Munir.



Además de Deulofeu, que salió pronto rumbo al Watford por 13 millones de euros ya sin opción de compra, la primera gran sorpresa se llamó Lucas Digne. El Everton se encaprichó del suplente de Alba pese a las pobres cifras en partidos del lateral izquierdo francés y ha pagado 20,20 millones por él. También se concretó, por fin el interés del Sevilla en Aleix Vidal, que hace un año quería volver a su ex equipo. Los blanquirrojos han pagado 8,5 millones por él.

Las dos grandes sorpresas se han producido gracias al Mundial. Paulinho, titular y destacado en Brasil, vuelve al Guangzhou. Aunque no se pueden contabilizar aún los 50 millones de euros por los fichajes, el presidente, Josep Maria Bartomeu, los ha garantizado y podrían estar en la caja azulgrana antes incluso del mes de enero de 2019. La última ha sido la venta de Yerry Mina. Se da la extraña circunstancias de que el Barça ha vendido a todos los jugadores por más de lo que le costaron, una rareza en el club azulgrana. A los 30,25 millones por Mina se unen los 2,25 de la cesión de André Gomes. Quedan por resolver los casos de Marlon y Alcácer o Munir. Uno de los dos podrían salir traspasados.

El Barça ha utilizado los 124,2 millones en ventas para hacer sus cuatro fichajes: Arthur, 31 millones de euros al Gremio, fue el primero en hacerse oficial. Por Lenglet tuvo que pagar la cláusula, 35,9 millones al Sevilla y por Malcom, 41 al Girondins. Arturo Vidal ha sido una oportunidad de mercado: 18 millones de euros al Bayern. Pese a los 31 años del chileno, no da la sensación de ser una operación cara. Las ventas han podido respirar en cierto modo al Barça, que se ha sacado de encima en el último año las altísimas fichas de Neymar e Iniesta y ha podido parar un poco el golpe de los carísimos traspasos pagados por Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé.

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