Dos muertes por un escape de gas en una escuela llevan a la huelga a miles de maestros en Buenos Aires
Una explosión mata a la vicedirectora y a un auxiliar minutos antes del ingreso de los alumnos
Federico Rivas Molina
Buenos Aires, El País
Primero fue un estallido, luego el estruendo de ladrillos y, por fin, un cuerpo de mujer que vuela sobre una pared y cae a más de 60 metros de distancia, en el patio de una casa al otro lado de la calle. La víctima se llamaba Sandra Calamano, tenía 48 años y era vicedirectora de la escuela primaria número 49 en un barrio humilde de Moreno, al oeste de Buenos Aires, en Argentina. La explosión, registrada el jueves por la mañana, mató también a un auxiliar del colegio público y se anticipó apenas por unos minutos al ingreso de los niños. La causa fue un escape de gas denunciado ocho veces durante el último año. Todas las miradas apuntan a la desidia de las autoridades, en medio de un conflicto por el salario de los maestros que iniciará ahora una nueva escalada con una huelga general que ha sido masiva.
Calamano llegaba cada día bien temprano para encender las estufas de las aulas y preparar el desayuno a los alumnos, la primera de las tres comidas que la escuela da cada día. En la mañana fatídica contó con la ayuda de Rubén Rodríguez, un exalumno que llevaba 15 años trabajando como auxiliar. El olor a gas era persistente desde hacía semanas y el miércoles por la noche Calamano esperó en vano la llegada del gasista oficial.
El jueves hacía mucho frío y encender el calefactor fue imperioso. “Ella quería arreglarlo porque [el aula] estaba helada. Ya ayer se sentía la pérdida [de gas] en una de las aulas, el aula de cambio de funciones. Sandra estaba preocupada porque no teníamos ni mate caliente para darles a los chicos. Y los chicos pasan acá 8 horas. Desayunan, almuerzan y meriendan. Ella dijo ‘vamos a ver qué podemos hacer’ y ahí fue que intentaron hacer algo y explotó”, dijo la auxiliar María Elena Carrizo, testigo de la explosión, ante las cámaras de televisión que se agolparon frente a la escuela.
La escuela 49 de Moreno está en un barrio de casas humildes y sirve las veces de comedor y refugio diario a los hijos de familias pobres. No tiene gas de red y se las arregla con bombonas para abastecer el comedor y calentar las aulas. Las deficiencias edilicias de las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires están al tope de los reclamos de los sindicatos de maestros, que hoy llamaron a una huelga general.
El secretario general de Suteba, Roberto Baradel, cara visible del sector más combativo de los docentes, acusó a la gobernadora María Eugenia Vidal por el estado de los edificios. Una instalación de gas realizada con seriedad habría evitado la precariedad de una conexión irregular que provocó el estallido. "Veníamos diciendo que había una situación de abandono, de desidia y hasta de corrupción en las escuelas, pero esto es un desastre. Esto no pasaría si los hijos de la gobernadora y el presidente [Mauricio Macri] y otros funcionarios asistieran a escuelas públicas", dijo Baradel.
Desde el Gobierno provincial admitieron que no detectaron la gravedad del problema, pese a las denuncias del colegio. “Da la sensación de que se fueron resolviendo problemas parciales, pero que acá había un problema mayor que no se atendió. Evidentemente hubo una serie de irregularidades que estamos investigando", dijo el subsecretario de Educación, Sergio Sciliano, al portal de noticias Infobae. La vicedirectora había llamado una vez más al gasista minutos antes de la explosión. Este viernes, la huelga de maestros coincidió con su velatorio, al que acudieron cientos de personas, entre maestros, alumnos y padres de la escuela.
“Sandra era mi compañera, con ella nos pusimos la escuela al hombro. Hablan de salarios, que somos vagos, que no queremos dar clases. En 30 años de servicio prácticamente no falté nunca. Los docentes de esta escuela faltan muy poco. Y tenemos mínimas condiciones de trabajo”, dijo el director del colegio, Héctor Vicio, a los medios. Vicio se encuentra de licencia médica desde abril porque recibió dos disparos en un intento de robo. La tragedia no es una buena noticia para Macri. El conflicto por los salarios de los maestros está lejos de resolverse y se reactiva ante la evidencia de que la inflación no cederá este año, como había prometido el Gobierno. La huelga de hoy se extendió a la ciudad de Buenos Aires y alcanzó incluso a los colegios privados y preuniversitarios, que decidieron plegarse en señal de luto.
Federico Rivas Molina
Buenos Aires, El País
Primero fue un estallido, luego el estruendo de ladrillos y, por fin, un cuerpo de mujer que vuela sobre una pared y cae a más de 60 metros de distancia, en el patio de una casa al otro lado de la calle. La víctima se llamaba Sandra Calamano, tenía 48 años y era vicedirectora de la escuela primaria número 49 en un barrio humilde de Moreno, al oeste de Buenos Aires, en Argentina. La explosión, registrada el jueves por la mañana, mató también a un auxiliar del colegio público y se anticipó apenas por unos minutos al ingreso de los niños. La causa fue un escape de gas denunciado ocho veces durante el último año. Todas las miradas apuntan a la desidia de las autoridades, en medio de un conflicto por el salario de los maestros que iniciará ahora una nueva escalada con una huelga general que ha sido masiva.
Calamano llegaba cada día bien temprano para encender las estufas de las aulas y preparar el desayuno a los alumnos, la primera de las tres comidas que la escuela da cada día. En la mañana fatídica contó con la ayuda de Rubén Rodríguez, un exalumno que llevaba 15 años trabajando como auxiliar. El olor a gas era persistente desde hacía semanas y el miércoles por la noche Calamano esperó en vano la llegada del gasista oficial.
El jueves hacía mucho frío y encender el calefactor fue imperioso. “Ella quería arreglarlo porque [el aula] estaba helada. Ya ayer se sentía la pérdida [de gas] en una de las aulas, el aula de cambio de funciones. Sandra estaba preocupada porque no teníamos ni mate caliente para darles a los chicos. Y los chicos pasan acá 8 horas. Desayunan, almuerzan y meriendan. Ella dijo ‘vamos a ver qué podemos hacer’ y ahí fue que intentaron hacer algo y explotó”, dijo la auxiliar María Elena Carrizo, testigo de la explosión, ante las cámaras de televisión que se agolparon frente a la escuela.
La escuela 49 de Moreno está en un barrio de casas humildes y sirve las veces de comedor y refugio diario a los hijos de familias pobres. No tiene gas de red y se las arregla con bombonas para abastecer el comedor y calentar las aulas. Las deficiencias edilicias de las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires están al tope de los reclamos de los sindicatos de maestros, que hoy llamaron a una huelga general.
El secretario general de Suteba, Roberto Baradel, cara visible del sector más combativo de los docentes, acusó a la gobernadora María Eugenia Vidal por el estado de los edificios. Una instalación de gas realizada con seriedad habría evitado la precariedad de una conexión irregular que provocó el estallido. "Veníamos diciendo que había una situación de abandono, de desidia y hasta de corrupción en las escuelas, pero esto es un desastre. Esto no pasaría si los hijos de la gobernadora y el presidente [Mauricio Macri] y otros funcionarios asistieran a escuelas públicas", dijo Baradel.
Desde el Gobierno provincial admitieron que no detectaron la gravedad del problema, pese a las denuncias del colegio. “Da la sensación de que se fueron resolviendo problemas parciales, pero que acá había un problema mayor que no se atendió. Evidentemente hubo una serie de irregularidades que estamos investigando", dijo el subsecretario de Educación, Sergio Sciliano, al portal de noticias Infobae. La vicedirectora había llamado una vez más al gasista minutos antes de la explosión. Este viernes, la huelga de maestros coincidió con su velatorio, al que acudieron cientos de personas, entre maestros, alumnos y padres de la escuela.
“Sandra era mi compañera, con ella nos pusimos la escuela al hombro. Hablan de salarios, que somos vagos, que no queremos dar clases. En 30 años de servicio prácticamente no falté nunca. Los docentes de esta escuela faltan muy poco. Y tenemos mínimas condiciones de trabajo”, dijo el director del colegio, Héctor Vicio, a los medios. Vicio se encuentra de licencia médica desde abril porque recibió dos disparos en un intento de robo. La tragedia no es una buena noticia para Macri. El conflicto por los salarios de los maestros está lejos de resolverse y se reactiva ante la evidencia de que la inflación no cederá este año, como había prometido el Gobierno. La huelga de hoy se extendió a la ciudad de Buenos Aires y alcanzó incluso a los colegios privados y preuniversitarios, que decidieron plegarse en señal de luto.