Dos buenas noticias para Bauza en su retorno a Central: el triunfo y la valla invicta
Caruzzo marcó con un cabezazo el único gol para el triunfo de los rosarinos ante Banfield en Arroyito.
Clarín
Sin descollar, Central superó ayer la primera prueba de la Superliga ante un Banfield diezmado al que pudo superar gracias al peso de sus individualidades. Aunque le costó atacar con precisión, el equipo local ratificó en la cancha la premisa de que Edgardo Bauza no quiere disgustos atrás, más allá de la talla del rival.
Con sus principales figuras lesionadas, el Taladro prácticamente no generó llegadas claras al arco de Jeremías Ledesma a lo largo del partido y corrió más de lo que jugó. Central tuvo la pelota en base a esa carencia, pero fue irregular a la hora de establecer cómo iba a atacar. Néstor Ortigoza fue quien más intentó conducir en ese sentido y es una de las apuestas del “Patón”, aunque Leonardo Gil no pareció ser el socio ideal para el ex volante San Lorenzo. Así y todo, el Gil cumplió como generador con su pegada y además de asistir a Matías Caruzzo en el gol, creó sendas chances claras para los cabezazos de Washington Camacho y Fernando Zampedri (esta última, anulada por posición adelantada).
Después de la controvertida semana por el conflicto con la dirigencia, Marco Ruben se mostró intermitente y perdió en la comparación con el ex goleador de Atlético Tucumán a la hora de repasar lo que ambos delanteros aportaron en ofensiva. El capitán de Central recién encontró una oportunidad para convertir tras una segunda jugada en el cierre, pero Iván Arboleda consiguió desviar el toque en el área chica.
El arquero visitante fue el de mejor rendimiento en Banfield, que además de inofensivo sufrió otras distracciones como la del gol de la derrota en la última línea. Ese tipo de errores también se vieron por el lado de Central, sobre todo después de que se puso en ventaja, y esas licencias que derivaron en tiros libres para el rival fueron acaso las que generaron las reacciones de fastidio más visibles por parte de Bauza.
Central había ido de menor a mayor en cuanto a la labor defensiva e incluso aprovechó algunas proyecciones de Alfonso Parot, pero en los veinte minutos posteriores al grito de Caruzzo se multiplicaron las fallas, al punto de que Diego Abal terminó cobrando más de 40 foules en el Gigante de Arroyito. No obstante, el equipo del “Patón” consiguió terminar con la valla invicta, un objetivo no menor si se considera que llevaba seis fechas sumando goles en contra en el torneo de Primera.
Clarín
Sin descollar, Central superó ayer la primera prueba de la Superliga ante un Banfield diezmado al que pudo superar gracias al peso de sus individualidades. Aunque le costó atacar con precisión, el equipo local ratificó en la cancha la premisa de que Edgardo Bauza no quiere disgustos atrás, más allá de la talla del rival.
Con sus principales figuras lesionadas, el Taladro prácticamente no generó llegadas claras al arco de Jeremías Ledesma a lo largo del partido y corrió más de lo que jugó. Central tuvo la pelota en base a esa carencia, pero fue irregular a la hora de establecer cómo iba a atacar. Néstor Ortigoza fue quien más intentó conducir en ese sentido y es una de las apuestas del “Patón”, aunque Leonardo Gil no pareció ser el socio ideal para el ex volante San Lorenzo. Así y todo, el Gil cumplió como generador con su pegada y además de asistir a Matías Caruzzo en el gol, creó sendas chances claras para los cabezazos de Washington Camacho y Fernando Zampedri (esta última, anulada por posición adelantada).
Después de la controvertida semana por el conflicto con la dirigencia, Marco Ruben se mostró intermitente y perdió en la comparación con el ex goleador de Atlético Tucumán a la hora de repasar lo que ambos delanteros aportaron en ofensiva. El capitán de Central recién encontró una oportunidad para convertir tras una segunda jugada en el cierre, pero Iván Arboleda consiguió desviar el toque en el área chica.
El arquero visitante fue el de mejor rendimiento en Banfield, que además de inofensivo sufrió otras distracciones como la del gol de la derrota en la última línea. Ese tipo de errores también se vieron por el lado de Central, sobre todo después de que se puso en ventaja, y esas licencias que derivaron en tiros libres para el rival fueron acaso las que generaron las reacciones de fastidio más visibles por parte de Bauza.
Central había ido de menor a mayor en cuanto a la labor defensiva e incluso aprovechó algunas proyecciones de Alfonso Parot, pero en los veinte minutos posteriores al grito de Caruzzo se multiplicaron las fallas, al punto de que Diego Abal terminó cobrando más de 40 foules en el Gigante de Arroyito. No obstante, el equipo del “Patón” consiguió terminar con la valla invicta, un objetivo no menor si se considera que llevaba seis fechas sumando goles en contra en el torneo de Primera.