Descubren más lunas en Júpiter, que ahora suma 79

Se estima que aún restan hallarse muchas más en torno al planeta.

KENNETH CHANG
Clarín
Hace 12 años, los astrónomos debatían: “¿qué es un planeta?” Pronto quizás tengan que lidiar con otro interrogante respecto de la clasificación del sistema solar: “¿qué es una luna?”.


En julio, científicos encabezados por Scott S. Sheppard, de la Institución Carnegie para la Ciencia, anunciaron el descubrimiento de una docena de lunas alrededor de Júpiter, lo que lleva su total a 79. Junto a las lunas que Galileo divisó a través de su telescopio en 1610 —Ganimedes (más grande que Mercurio), Calisto (la de los múltiples cráteres), Io (volcánica) y Europa (gélida)— las nuevas son pequeñas. Miden desde menos de un kilómetro a más de 3 kilómetros de ancho y orbitan a millones de kilómetros del planeta.

Los astrónomos seguramente encontrarán más lunas. Cuando la cuenta alcance los cientos o quizás miles, los científicos quizás empezarán a preguntarse si vale la pena llevar un seguimiento. “Quizás tengamos que llamar ‘lunas enanas’ a las que tengan menos de un kilómetro de ancho”, dijo Sheppard.

Una luna es simplemente una roca que orbita a un planeta, y en la actualidad no hay un tamaño mínimo. Sin embargo, en la práctica, los astrónomos sólo cuentan los objetos cuyas órbitas pueden determinar.

Las lunas de mayor tamaño, como Europa y Ganimedes típicamente orbitando en la misma dirección en la que gira su planeta, pertenecen a lo que los astrónomos llaman el grupo prógrado de lunas. Sin embargo, la gravedad de Júpiter también podría atrapar a otros objetos que pasan, y esos en ocasiones terminan orbitando en el sentido contrario, en un movimiento retrógrado.

Dos de las lunas nuevas tienen órbitas en prógrado, igual que un grupo interior de lunas. Otras nueve caen entre tres racimos de lunas más distantes con movimiento retrógrado, probablemente remanentes de tres lunas capturadas. La doceava es una curiosidad. Se mueve entre las lunas retrógradas, y sin embargo orbita en una dirección de prógrado.

Los astrónomos aún no han propuesto nombres para 11 de las lunas. Pero para la luna curiosa, Sheppard ha propuesto Valetudo, tataranieta del dios romano Júpiter.

Fue el descubrimiento en 2005 de otro mundo gélido del tamaño de Plutón, ahora llamado Eris, lo que obligó a los astrónomos a determinar qué querían decir con “planeta”. A final de cuentas, la Unión Astronómica Internacional concibió una definición torpe de planeta, como aquel que orbita al sol y es lo suficientemente grande como para que la gravedad lo atraiga en una forma redonda, lo que lo convierte en el ‘matón’ gravitacional de su órbita.

Este último requerimiento colocó a Plutón y a Eris en una categoría nueva: planetas enanos.

Para las lunas no hay un límite claro. Pero Gareth V. Williams, director asociado del Centro de Planetas Menores, cree que los astrónomos no tienen que preocuparse aún.

“No estamos ni remotamente cerca de obtener suficientes observaciones para determinar órbitas, ni siquiera desde las naves espaciales”, dijo. “Creo que es una interrogante para una generación futura”.

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