Unión Europea financiará investigación chilena sobre enfermedad de Chagas
Ciencia
Dos académicos del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile dirigirán durante tres años un estudio internacional sobre la enfermedad de Chagas financiado por la Unión Europea (UE), informa
ron fuentes de la citada casa de estudios.
Los doctores Werner Apt e Inés Zulantay enfocarán su trabajo en determinar marcadores genéticos de un grupo de pacientes procedentes de zonas endémicas de Chile y Bolivia, con el objetivo de evaluar la susceptibilidad genética a la infección y su respuesta al tratamiento.
La enfermedad de Chagas, que en Chile afecta a más de 120.000 personas, es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las diez patologías "desatendidas" en el mundo.
Según la OMS, en el mundo hay entre 6 y 7 millones de infectados con el "Trypanosoma cruzi", el parásito causante de la enfermedad, que se distribuye en 21 países de América Latina, transmitida principalmente por las heces u orina del insecto conocido como vinchuca.
Unos estudios realizados en Chile por Francisco Rotthammer y Werner Apt, en 1988, evidenciaron que un grupo de personas infectadas, pertenecientes a la etnia diaguita del Valle de Elqui, en el norte del país, eran los únicos que no manifestaban compromiso cardíaco, la principal causa de mortalidad en este tipo de pacientes.
Según el doctor Apt, el estudio fue uno de los primeros a nivel internacional en que se planteó la hipótesis de que la patogenia de esta parasitosis no estaba centrada sólo en el parásito transmisor, sino también en las características genéticas de los infectados.
"En toda infección existe interacción entre agente infeccioso, hospedero y medioambiente. Si analizando el parásito no hemos demostrado por qué se produce el daño, debemos buscar la respuesta en el hombre para ver si, genéticamente, hay alguna característica que hace que ciertas personas tengan una enfermedad de Chagas más grave que otras", explicó.
"Ahora queremos estudiar si existe algún marcador genético que nos permita determinar qué personas desarrollarán cardiopatía y quiénes no", puntualizó respecto de la nueva investigación.
El apoyo europeo al estudio responde al creciente interés por patologías típicas de otros continentes, en el contexto del fenómeno migratorio de los últimos años.
La iniciativa supone un nuevo marco de vinculación para la investigación científica entre ambos continentes y para la doctora Zulantay, los esfuerzos de los países desarrollados e instituciones globales "representan un cambio fundamental en la lucha por atenuar los impactos de problemáticas sanitarias desatendidas".
"La enfermedad de Chagas se ha globalizado y esto significa que hay más recursos para enfrentarla. Para Europa es una patología importada como consecuencia de la inmigración, pero hasta ahora, lo que hemos visto es que menos del 1 % de las personas afectadas ha recibido terapia. Esperamos estas cifras se modifiquen en el corto plazo", puntualizó.
Los equipos que integran el equipo de estudio están encabezados por la Universidad de Heidelberg (Alemania), la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Italia y la Universidad Mayor de San Simón, de Bolivia.
Los doctores Apt y Zulantay se desempeñan en el Programa de Biología Molecular y Celular del ICBM, y como profesores de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, y tienen una larga experiencia estudiando la enfermedad en la Región de Coquimbo (norte).
En los últimos años se han enfocado en la búsqueda de respuestas a la interacción entre el parásito transmisor y el hospedero humano en zonas endémicas de esa parte del país.
Según el doctor Apt, la evaluación de marcadores genéticos tiene dos objetivos: "Primero, evaluar la relación de determinados genotipos con el compromiso cardíaco de la enfermedad y segundo ver si genéticamente podemos decir que hay determinados pacientes más propensos a hacer efectos secundarios o hay una mayor tolerancia a los fármacos".
"En la interacción del parásito con el ser humano hay muchos factores que influyen por ambas partes y quizás por otros que aún no conocemos. Las investigaciones iniciales de la enfermedad partieron por analizar el parásito y ahora los estudios apuntan al análisis de quienes contraen la infección", explicó.
En ese contexto, el propósito del estudio es comprender por qué algunos individuos permanecen asintomáticos de por vida, o tienen muy pocas manifestaciones clínicas, mientras que otros desarrollan las peores complicaciones, como pueden ser las cardíacas.
Los resultados del estudio permitirán orientar las futuras investigaciones hacia la búsqueda de tratamientos personalizados de la enfermedad.
"Si llegáramos a saber qué pacientes van a hacer cardiopatía, podemos intervenir con un tratamiento en la fase temprana", subrayó Apt.
Dos académicos del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile dirigirán durante tres años un estudio internacional sobre la enfermedad de Chagas financiado por la Unión Europea (UE), informa
ron fuentes de la citada casa de estudios.
Los doctores Werner Apt e Inés Zulantay enfocarán su trabajo en determinar marcadores genéticos de un grupo de pacientes procedentes de zonas endémicas de Chile y Bolivia, con el objetivo de evaluar la susceptibilidad genética a la infección y su respuesta al tratamiento.
La enfermedad de Chagas, que en Chile afecta a más de 120.000 personas, es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las diez patologías "desatendidas" en el mundo.
Según la OMS, en el mundo hay entre 6 y 7 millones de infectados con el "Trypanosoma cruzi", el parásito causante de la enfermedad, que se distribuye en 21 países de América Latina, transmitida principalmente por las heces u orina del insecto conocido como vinchuca.
Unos estudios realizados en Chile por Francisco Rotthammer y Werner Apt, en 1988, evidenciaron que un grupo de personas infectadas, pertenecientes a la etnia diaguita del Valle de Elqui, en el norte del país, eran los únicos que no manifestaban compromiso cardíaco, la principal causa de mortalidad en este tipo de pacientes.
Según el doctor Apt, el estudio fue uno de los primeros a nivel internacional en que se planteó la hipótesis de que la patogenia de esta parasitosis no estaba centrada sólo en el parásito transmisor, sino también en las características genéticas de los infectados.
"En toda infección existe interacción entre agente infeccioso, hospedero y medioambiente. Si analizando el parásito no hemos demostrado por qué se produce el daño, debemos buscar la respuesta en el hombre para ver si, genéticamente, hay alguna característica que hace que ciertas personas tengan una enfermedad de Chagas más grave que otras", explicó.
"Ahora queremos estudiar si existe algún marcador genético que nos permita determinar qué personas desarrollarán cardiopatía y quiénes no", puntualizó respecto de la nueva investigación.
El apoyo europeo al estudio responde al creciente interés por patologías típicas de otros continentes, en el contexto del fenómeno migratorio de los últimos años.
La iniciativa supone un nuevo marco de vinculación para la investigación científica entre ambos continentes y para la doctora Zulantay, los esfuerzos de los países desarrollados e instituciones globales "representan un cambio fundamental en la lucha por atenuar los impactos de problemáticas sanitarias desatendidas".
"La enfermedad de Chagas se ha globalizado y esto significa que hay más recursos para enfrentarla. Para Europa es una patología importada como consecuencia de la inmigración, pero hasta ahora, lo que hemos visto es que menos del 1 % de las personas afectadas ha recibido terapia. Esperamos estas cifras se modifiquen en el corto plazo", puntualizó.
Los equipos que integran el equipo de estudio están encabezados por la Universidad de Heidelberg (Alemania), la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Italia y la Universidad Mayor de San Simón, de Bolivia.
Los doctores Apt y Zulantay se desempeñan en el Programa de Biología Molecular y Celular del ICBM, y como profesores de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, y tienen una larga experiencia estudiando la enfermedad en la Región de Coquimbo (norte).
En los últimos años se han enfocado en la búsqueda de respuestas a la interacción entre el parásito transmisor y el hospedero humano en zonas endémicas de esa parte del país.
Según el doctor Apt, la evaluación de marcadores genéticos tiene dos objetivos: "Primero, evaluar la relación de determinados genotipos con el compromiso cardíaco de la enfermedad y segundo ver si genéticamente podemos decir que hay determinados pacientes más propensos a hacer efectos secundarios o hay una mayor tolerancia a los fármacos".
"En la interacción del parásito con el ser humano hay muchos factores que influyen por ambas partes y quizás por otros que aún no conocemos. Las investigaciones iniciales de la enfermedad partieron por analizar el parásito y ahora los estudios apuntan al análisis de quienes contraen la infección", explicó.
En ese contexto, el propósito del estudio es comprender por qué algunos individuos permanecen asintomáticos de por vida, o tienen muy pocas manifestaciones clínicas, mientras que otros desarrollan las peores complicaciones, como pueden ser las cardíacas.
Los resultados del estudio permitirán orientar las futuras investigaciones hacia la búsqueda de tratamientos personalizados de la enfermedad.
"Si llegáramos a saber qué pacientes van a hacer cardiopatía, podemos intervenir con un tratamiento en la fase temprana", subrayó Apt.