Un Mundial esperanzador para Inglaterra

Miguel Ángel Moreno
San Petersburgo, EFE
Inglaterra se marcha del Mundial de Rusia 2018 con motivos para la esperanza, tras lograr un cuarto puesto con una selección muy joven en la que pocos confiaban aunque con el punto amargo de no haber logrado la medalla de bronce, que habría sido su mejor resultado desde Inglaterra 1966.


La selección dirigida por Gareth Southgate ha ofrecido en Rusia un rendimiento muy superior al esperado por sus seguidores, ha conseguido conectar con el público que ha vuelto a entonar el 'It's coming home' como prueba de su esperanza por obtener el título, y se ha reconciliado con el fútbol de selecciones.

Inglaterra, además, ha logrado superar la barrera de los octavos de final, que no conseguía desde Alemania 2006, cuando la generación de los David Beckham, Frank Lampard, Rio Ferdinand, Steven Gerrard y Wayne Rooney se impuso a Ecuador en esa instancia, aunque se quedó después en cuartos contra Portugal, eliminada por los penaltis.

Al superar a Colombia desde los lanzamientos de pena máxima (3-4, tras el 1-1 de los 120 minutos de juego), los 'Tres Leones' de Southgate establecieron un hito en su historia en los Mundiales.

Nunca Inglaterra había superado una tanda de penaltis en una Copa del Mundo, algo que solo había logrado una vez en un gran torneo: los cuartos de final de la Eurocopa de Inglaterra 1996 contra España.

El mérito es destacado para una selección muy joven, la tercera por media de edad entre las 32 participantes tras Nigeria y Francia, que ha ofrecido una buena estabilidad defensiva con un esquema de tres centrales y dos carrileros, y que ha hecho de las jugadas de estrategia uno de sus fuertes, fuente de nueve goles en el torneo.

Una selección que, según recordó Soutghate tras la derrota por 2-0 ante Bélgica en el partido por el tercer puesto en San Petersburgo, estuvo "a 20 minutos de una final de un Mundial", los que le faltaban al partido en el Luzhniki de Moscú cuando marcó el empate Ivan Perisic.

Sin embargo, tanto en ese partido como en el del sábado contra Bélgica, como en general durante toda la fase eliminatoria, se pudo comprobar como Inglaterra tiene dificultades para generar fútbol en situaciones de juego estático, con el rival colocado y cuando no cuenta con el recurso del balón parado.

En esas circunstancias, Inglaterra sufre si no cuenta con una genialidad de Dele Alli o Jesse Lingard, o si no suben sus laterales. Tampoco contó en Rusia con el mejor Raheem Sterling, que lo intentó todo, pero no tuvo la brillantez y el acierto que acostumbra en el Manchester City.

Lo sabe Soutghate, que ha insistido durante los últimos días que el puesto entre los cuatro mejores del mundo no es, por el momento, el que realmente corresponde a Inglaterra, a la que sitúa entre las diez mejores -llegó a Rusia 2018 como decimotercera del ránking FIFA, empatada con Dinamarca-, pero con capacidad de pelear.

"Terminamos entre los cuatro primeros, entre los mejores equipos, fue una aventura maravillosa. Este grupo de jugadores está en un gran lugar para el futuro. No puedo pedir nada más a mis jugadores", ratificó Southgate tras el partido en una comparecencia de prensa en la que dijo en varias ocasiones que sabe lo que tienen que mejorar.

En ese margen de mejora pueden situarse por su edad muchos de los jugadores clave de su esquema en este Mundial, como el portero Jordan Pickford (24 años), los defensores John Stones (24), Harry Maguire (25), Kieran Trippier (27), los centrocampistas Eric Dier (24), Jesse Lingard (25), Dele Alli (22) o los delanteros Harry Kane (24), Raheem Sterling (23) y Marcus Rashford (20).

De ellos, hay varios nombres propios. El primero es Harry Kane, probable máximo goleador del Mundial con seis goles -a no ser que Antoine Griezmann o Kylian Mbappé marquen tres goles en la final-, que ha liderado al equipo marcando y como capitán, aunque en las eliminatorias no ha marcado más que de penalti ante Colombia.

Sorprendiendo a propios y extraños, Jordan Pickford, se reveló como un guardameta de futuro para Inglaterra, en un puesto que no tenía un dueño fijo desde hace una década. El guardameta del Everton, escogido por Soutghate por su buen juego de pies, fundamental para el portero moderno, también demostró unos grandes reflejos, como quedó patente en el penalti que paró ante Colombia.

El lateral Kieran Trippier, con su magnífico golpeo en situaciones de balón parado que le ha granjeado comparaciones con David Beckham; el central Harry Maguire con su potente juego aéreo; los mediapuntas Jesse Lingard y Dele Alli, son otros de los nombres propios que deberían construir la Inglaterra del futuro.

Una Inglaterra que, tras Rusia 2018, volverá a mirar con esperanza a los grandes torneos internacionales y tarareará mentalmente el 'It's coming home' cuando se acerquen las grandes citas. En 2020 la Eurocopa tendrá sus semifinales y final en Londres, ¿por qué no con los 'Tres Leones' en ellas?.

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