Umtiti lleva a Francia a otra final


Rusia, AS
Francia jugará la final del Mundial tras imponerse a Bélgica en un partidazo al que solo le faltaron más goles. A los galos les bastó el tanto de Umtiti a la salida de un córner para sacarse el billete a Moscú (domingo 15, 18 horas) y acabar con el sueño mundialista de los belgas, probablemente los que mejor han jugado en Rusia, pero para los que las semifinales siguen siendo un muro.


La valiente propuesta del español Roberto Martínez y el talento de Hazard y De Bruyne no fueron suficiente ante el oficio del equipo francés, una pesadilla para sus vecinos. Les tienen comida la moral. Sigue si ganar en un Mundial Bélgica a Francia (tres de tres), abonada a pelear por las grandes competiciones en los últimos 20 años.

Casi nunca parte en el grupo de las grandes favoritas, pero desde 1998 se han colado en cinco finales, tres de Mundial (98, 2006 y 2018) y dos de Eurocopa (2000 y 2016). El domingo, esta generación que lidera Lloris con el brazalete de capitán pero que tiene a un genial Kilyan Mbappé (¡¡¡qué jugador!!!) como principal exponente, intentará emular a los héroes del 98 y bordar su segunda estrella en la camiseta.

La semifinal no defraudó en nada salvo en lo ambiental. Que el Arena de San Petersburgo es no estuviera lleno es una de esas cosas que nadie entiende y que la FIFA, venga a presumir en sus redes de los millones y millones de entradas que han vendido, sigue sin querer explicar. ¿Dónde está toda esa gente que falta? Por lo demás, como decíamos, el partido no defraudó.

Fue espectacular desde el minuto 1. Sí, desde el 1. Francia y Bélgica no se dieron ni los clásicos segundos de cortesía y empezaron el partido a toda velocidad. Mbappé, a los 8 segundos, ya estaba dejando atrás a Vertonghen en una espectacular galopada que terminó con un centro que no acertó a controlar Griezmann de milagro.

La respuesta de Bélgica fue la de quedarse la pelota. Viendo cómo se las gastaba Mbappé, cuanto menos viera el balón, mejor. Así que De Bruyne y Hazard empezaron a apoderarse del juego. Y lo bordaron. Los dos genios belgas se hicieron dueños del partido y machacaron al centro del campo y a la defensa de Deschamps con su calidad y movilidad. Les volvieron locos.

Hazard arrancando desde la izquierda. De Bruyne jugando de 6, de 8, de 10, de falso 9... Vamos, jugando de todo, siendo indetectable para los centrales de Francia y para Kanté y Pogba. Entre los dos generaron todas las ocasiones de Bélgica en la primera parte. De Bruyne jugaba y siempre encontraba a Hazard, que es puro veneno. Imparable en el uno a uno, hizo con Pavard lo que quiso en la primera parte. A los 15 minutos rozó el 0-1 con un zurdazo que se fue fuera por milímetros.

Y en el 18' fue Varane con la cabeza el que evitó que su disparo con la derecha no acabara en la red. Estaba desatado el belga, que crearía también la jugada que acabaría con Lloris volando para evitar el gol de Alderweireld. Jugaba como los ángeles Bélgica, sufría Francia, que se agarró a Griezmann y Mbappé para sacudirse el agobio.

Fue el francés del atlético el que empezó a montar contragolpes recibiendo de espaldas y encontrando a un toque a Pogba, que en una de esas salidas metió un balón en profundidad a Mbappé que el 10 no cazó de milagro. Su carrera fue de velocista, ganando metros en cada zancada a Kompany.

No fue gol porque por milímetros se adelantó Courtois, pero la carrera metió el miedo en el cuerpo a Bélgica, que dio un pasito atrás y permitió que Francia se animara a seguir atacando. Giroud en el 33' y Pavard en el 39' tendrían en en sus botas el primer gol del partido a pases, ambos de Mbappé, asistiendo desde la derecha. El crack del PSG lo hace todo bien cuando recibe. Sabe jugar con y sin espacios, tiene potencia, habilidad en el uno contra uno y un pase maravilloso.

Asiste hasta haciendo ruletas y de tacón. Con este repertorio encontró socios en el área. Giroud falló un gol cantado rematando con el tobillo y Pavard, al escorado a la derecha, falló en el mano a mano ante Courtois, que en directo parece imbatible. Ocupa toda la portería. Pero no, Courtois no es imbatible y a los cinco minutos de la reanudación Francia se adelantaba gracias a un cabezazo de Umtiti, que se anticipada a Fellaini en un córner sacado por Griezmann. 1-0 y como ante Japón, a Bélgica le tocaba remar contracorriente. Movió ficha enseguida Roberto Martínez revolucionando el equipo. Quitó a Dembele para dar entrada a Mertens, mucho más ofensivo, puso una defensa de tres y sacó a Hazard de la izquierda.

Todo con un cambio y con media hora por delante. Y le empezó a dar resultado. A los cinco minutos Bélgica ya había provocado dos córners y Fellaini no empató con un remate de cabeza de milagro. Empujó hasta el final Bélgica, siempre siendo fiel a su estilo, sin pelotazos, buscando a Hazard y de Bruyne a ras de césped, intentando penetrar en el área francesa. El problema es que se encontraron con dos gigantes como Varane y Umtiti, que lo despejaron todo. Y lo que no, lo sacó Lloris.

Un cañonazo de Witsel que despejó de puños el portero del Tottenham y un mal control de Lukaku, desaparecido todo el partido, fueron los últimos intentos de una selección, la belga, que acabó en el campo con cinco delanteros y concediendo contragolpes a Mbappé y compañía, pero resistiéndose a dejar escapar la mejor oportunidad de su historia, la que fabricaron un técnico español y se generación de oro. La gloria, otra vez, fue para Francia.

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