Suben a 23 los muertos y 107 heridos tras el ataque contra el vicepresidente afgano
Afganistán, AFP
El número de muertos en el atentado suicida ocurrido el domingo cerca del aeropuerto internacional de Kabul minutos después de que abandonara la zona el convoy del vicepresidente afgano y antiguo señor de la guerra, Abdul Rashid Dostum, se elevó hoy a 23 y el de heridos a 107.
“El balance de muertos aumentó a 23 fallecidos y el de heridos a 107, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad y civiles”, indicó a Efe una fuente del equipo de prensa del Ministerio de Salud Pública afgano, que pidió el anonimato.
La fuente puntualizó que el departamento todavía está tratando de contabilizar cuántas de las víctimas son civiles y cuántas efectivos de las fuerzas de seguridad.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado, que según detalló fue perpetrado por un insurgente que detonó los explosivos que portaba, y aseguró que el objetivo del mismo era el vicepresidente afgano y sus seguidores.
Dostum, que se había exiliado en Turquía el pasado año cuando era investigado por supuestas torturas de sus guardaespaldas a un rival político, había sido recibido minutos antes del ataque en el aeropuerto internacional por decenas de seguidores y autoridades locales.
El viaje de Dostum a Turquía se produjo tras semanas de especulaciones en los medios afganos sobre su posible huida después de que la Fiscalía General abriera tres meses antes una investigación contra nueve de sus escoltas por presuntamente torturar y violar a un rival político suyo.
Dostum es uno de los caudillos afganos más poderosos, con fama de sanguinario y un historial de constantes cambios de bando durante las guerras ocurridas en Afganistán desde la invasión soviética (1979-89) hasta la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en 2001.
Como miembro de la Alianza del Norte combatió con ayuda estadounidense a los talibanes que resistían en el norte del país y, según algunas denuncias, es responsable de la muerte por asfixia de cientos de ellos tomados prisioneros, durante su traslado a una prisión en contenedores prácticamente sellados.
El número de muertos en el atentado suicida ocurrido el domingo cerca del aeropuerto internacional de Kabul minutos después de que abandonara la zona el convoy del vicepresidente afgano y antiguo señor de la guerra, Abdul Rashid Dostum, se elevó hoy a 23 y el de heridos a 107.
“El balance de muertos aumentó a 23 fallecidos y el de heridos a 107, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad y civiles”, indicó a Efe una fuente del equipo de prensa del Ministerio de Salud Pública afgano, que pidió el anonimato.
La fuente puntualizó que el departamento todavía está tratando de contabilizar cuántas de las víctimas son civiles y cuántas efectivos de las fuerzas de seguridad.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado, que según detalló fue perpetrado por un insurgente que detonó los explosivos que portaba, y aseguró que el objetivo del mismo era el vicepresidente afgano y sus seguidores.
Dostum, que se había exiliado en Turquía el pasado año cuando era investigado por supuestas torturas de sus guardaespaldas a un rival político, había sido recibido minutos antes del ataque en el aeropuerto internacional por decenas de seguidores y autoridades locales.
El viaje de Dostum a Turquía se produjo tras semanas de especulaciones en los medios afganos sobre su posible huida después de que la Fiscalía General abriera tres meses antes una investigación contra nueve de sus escoltas por presuntamente torturar y violar a un rival político suyo.
Dostum es uno de los caudillos afganos más poderosos, con fama de sanguinario y un historial de constantes cambios de bando durante las guerras ocurridas en Afganistán desde la invasión soviética (1979-89) hasta la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en 2001.
Como miembro de la Alianza del Norte combatió con ayuda estadounidense a los talibanes que resistían en el norte del país y, según algunas denuncias, es responsable de la muerte por asfixia de cientos de ellos tomados prisioneros, durante su traslado a una prisión en contenedores prácticamente sellados.