¿Quién documenta las víctimas de la coalición internacional en Siria?
Distintas ONG responsabilizan a EE UU y sus aliados de la muerte de entre 1.754 y 3.225 civiles
Natalia Sancha
Beirut, El País
Tras más de siete años de guerra, las cifras de muertos siguen aumentando en Siria. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), son ya más de 500.000 las vidas segadas por el conflicto, un tercio de ellas civiles. Un puñado de ONG se esfuerzan por rescatar los nombres y apellidos de las víctimas, para que no queden relegadas a un mero dígito. Entre los responsables de las muertes de civiles sirios se encuentra la coalición internacional liderada por EE UU, de la que España forma parte aunque no interviene en los bombardeos. La coalición, que también ha bombardeado territorio iraquí, admite haber matado involuntariamente a 331 civiles en Siria desde que lanzó los primeros ataques aéreos en septiembre de 2014 para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Las ONG discrepan, al responsabilizar a la coalición una cifra de muertes hasta 10 veces mayor.
“Al menos 939 civiles han muerto por error desde el inicio de la Operación Resolución Inherente, 331 en Siria”, asegura en una entrevista vía correo electrónico un responsable del departamento de prensa de la coalición. El balance de muertes representa el primer dato en discordia. La organización Airwars eleva el número a 3.008 solo en Siria. “Se trata de una cifra muy conservadora, ya que hemos registrado unas 26.000 denuncias de muertes en Siria e Irak desde 2014, de las cuales estimamos que se han producido un mínimo de entre 6.321 y 9.712", matiza Chris Woods, fundador de Airwars.
El Observatorio, con sede en Londres, se ha impuesto como organización de referencia y contador oficial de las muertes en Siria para los medios de comunicación occidentales. Este eleva a 3.225 el número de víctimas civiles bajo la coalición, que incluye a 796 niños y 596 mujeres. Por su parte, la Red Siria para los Derechos Humanos (RSDH), segunda entidad de referencia, contabiliza en 1.754 las víctimas civiles caídas en el país bajo los bombardeos de la coalición. Entre ellos, 521 menores y 332 mujeres. En clave local, el grupo de activistas Raqa está Siendo Masacrada Silenciosamente ha supuesto una fuente importante para denunciar los abusos cometidos contra los civiles en la que fuera la capital de facto del autoproclamado Estado Islámico (ISIS). Abu Mohamed, uno de los cofundadores de la organización, eleva a 2.064 el número de civiles muertos por los bombardeos de la coalición solo durante 2017.
“La información está en la Red y en un 99% en árabe. Solo hay que recolectarla y cotejarla”, resume en una entrevista telefónica Woods, cuya organización se encarga de descartar los casos duplicados antes de insertarlos en una base de datos. Para Woods, las cifras de la coalición “no son creíbles”. “La coalición ha lanzado 21.000 rondas de munición en los cuatro meses y medio de ofensiva en Raqa, más que en toda la guerra de Afganistán, y, sin embargo, tan sólo admite haber matado a 26 civiles en ese periodo”.
Si bien las tres organizaciones sirias comparten el objetivo de documentar los abusos contra civiles, mantienen tensas relaciones entre sí. Raqqa SL acusa al Observatorio de difundir informaciones erróneas sobre Raqa; el director del Observatorio acusa a la RSDH de trabajar al servicio de “la agenda política dictada por Qatar y Turquía” y “omitir los crímenes perpetrados por las tropas turcas contra los kurdos y las matanzas de la filial de Al Qaeda en Siria”. En cuanto al Gobierno de Damasco, las considera "agentes al servicio de las monarquías del Golfo y de EE UU".
Según los cálculos de las ONG, entre el 60% y el 75% de los entre 1.754 y 3.225 civiles muertos por ataques de la coalición perecieron en la ofensiva para expulsar al ISIS de Raqa, entre junio y octubre de 2017. En marzo de ese año, la organización Human Rights Watch denunció en un informe la muerte de 84 civiles en dos bombardeos perpetrados por la coalición contra un mercado de la ciudad de Tabqa y un colegio convertido en refugio en la localidad de Mansurah. A raíz del informe, la coalición reabrió la investigación, tras la que asumió la muerte de 62 civiles que en un primer momento no había contabilizado.
“No hay voluntad política”, destaca al teléfono y desde Londres Donatella Rovira, investigadora de Amnistía Internacional (AI) con 20 años de experiencia a sus espaldas. Hace referencia a los 75 países que forman parte de la coalición —la mayoría prestando apoyo logístico o de formación a las fuerzas de seguridad iraquíes—. “Si matan en mi nombre tendré que saber en qué situación matan”, cuestiona Rovira antes de jerarquizar las responsabilidades de los países miembros entre los que bombardean (EE UU realiza el 90% de los ataques, en los que también participan Francia, Reino Unido y, anteriormente, Holanda, Australia o Canadá) y los que dan apoyo logístico como abastecimiento en combustible.
Documentar hoy para juzgar mañana
“Hay evidencias que apuntan a que la coalición ha cometido crímenes de guerra”, prosigue Rovira citando un informe reciente de AI donde se acusa a la coalición de haber atacado objetivos sin cotejar previamente las coordenadas y empleado municiones poco precisas en barriadas densamente pobladas por civiles. En un intercambio de correos, la coalición desmiente estas acusaciones haciéndose eco de las palabras que empleó al término de la operación el teniente Stephen Townsend: “No ha habido nunca una campaña aérea más precisa en la historia de los conflictos armados”. La comisión de investigación abierta por la ONU discrepa al lamentar “pérdidas de vidas civiles que podían haber sido evitadas”, así como la destrucción “del 80% de las infraestructuras de Raqa” por los bombardeos de la coalición que, según su mando, han acabado con la casi totalidad de los 45.000 yihadistas extranjeros con los que llegó a contar el ISIS.
“No hay combates hoy en Raqa, y por lo tanto es seguro enviar a equipos para investigar en una zona donde [EE UU ya] tiene tropas. Pero no lo hace”, protesta Rovira, para quien la prevención en nuevos ataques y la investigación de los previos es una responsabilidad que la coalición elude. “Se han hecho compensaciones de forma directa y a la persona agraviada según el criterio y decisión de los comandantes”, puntualiza la coalición al ser preguntada sobre la suerte de los familiares de las 939 víctimas admitidas. Para ajusticiar mañana hay que documentar hoy, es el lema que defienden los activistas. En una Raqa convertida en ciudad fantasma, son las organizaciones locales las que se esmeran en la era post-ISIS en extraer de entre toneladas de escombros los cuerpos de más de 1.300 civiles. Para que, a falta de justicia, sus familiares puedan al menos darles una sepultura digna.
Cuatro organizaciones documentan los muertos de la coalición
N.S- Beirut
Airwars, fundada en 2014, mantiene su sede en la Universidad de Londres. Se financia gracias a las donaciones de organizaciones filantrópicas como Open Society Foundations y cuenta con con un equipo de 30 personas entre investigadores y voluntarios, varios de ellos sobre el terreno. Se ocupa de recolectar denuncias, cotejar los casos duplicados y elaborar una base de datos con dosieres sobre las víctimas tanto de la coalición internacional como de la aviación rusa. Su fundador, Chris Woods, asegura que la sociedad civil siria es mucho más activa en las redes a la hora de documentar la muerte de civiles que la iraquí, en una situación de post-conflicto.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) es la organización de referencia para los medios de comunicación occidentales. “Contamos con 236 informantes en Siria que a su vez mantienen más de 5.000 fuentes en todo el país en las zonas bajo control del régimen, de rebeldes, yihadistas y de kurdos”, asegura al teléfono y desde Inglaterra su director, Rami Abdulrahman, a quien sus opositores califican de hombre orquesta del Observatorio. Abdulrahman ha pasado tres veces por los centros de detención sirios antes de autoexiliarse y fundar en 2006 el OSDH que, asegura, se nutre de las contribuciones que hacen distintas ONG europeas.
La Red Siria para los Derechos Humanos (RSDH) es la segunda organización de referencia entre los medios de comunicación de masas a la hora cuantificar las víctimas en la contienda siria. Su consejo administrativo tiene cinco personas y está liderado por el ingeniero sirio exiliado Fadel Abdul Ghani. La RSDH ha declinado responder a este diario sobre sus fuentes de financiación y la metodología de sus informes. En su página web, asegura recibir financiación de “individuos, entidades y Estados a través de sus proyectos humanitarios”. Mantiene una sede compartida entre EE UU y Reino Unido.
El grupo de activistas Raqa está Siendo Masacrada Silenciosamente (Raqqa SL) ha supuesto una fuente de información clave para dar a conocer los abusos contra los civiles cometidos en Raqa. Abu Mohamed, uno de sus cofundadores, explica vía Skype desde Alemania que la organización se fundó para denunciar tanto “los abusos cometidos por el régimen sirio como los perpetrados por los yihadistas”. Hoy también dan a conocer “los cometidos por las milicias kurdas” que controlan la ciudad. Al principio de 2014 contaban con una veintena de informadores en la localidad que se jugaron la vida diariamente para publicar imágenes o informaciones sobre los abusos de los yihadistas gracias a teléfonos satelitales introducidos de contrabando. Cuatro de sus componentes fueron asesinados por los secuaces del ISIS, varios de ellos en Turquía, por lo que la mayoría de sus miembros ha buscado refugio en Europa.
Natalia Sancha
Beirut, El País
Tras más de siete años de guerra, las cifras de muertos siguen aumentando en Siria. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), son ya más de 500.000 las vidas segadas por el conflicto, un tercio de ellas civiles. Un puñado de ONG se esfuerzan por rescatar los nombres y apellidos de las víctimas, para que no queden relegadas a un mero dígito. Entre los responsables de las muertes de civiles sirios se encuentra la coalición internacional liderada por EE UU, de la que España forma parte aunque no interviene en los bombardeos. La coalición, que también ha bombardeado territorio iraquí, admite haber matado involuntariamente a 331 civiles en Siria desde que lanzó los primeros ataques aéreos en septiembre de 2014 para expulsar a los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Las ONG discrepan, al responsabilizar a la coalición una cifra de muertes hasta 10 veces mayor.
“Al menos 939 civiles han muerto por error desde el inicio de la Operación Resolución Inherente, 331 en Siria”, asegura en una entrevista vía correo electrónico un responsable del departamento de prensa de la coalición. El balance de muertes representa el primer dato en discordia. La organización Airwars eleva el número a 3.008 solo en Siria. “Se trata de una cifra muy conservadora, ya que hemos registrado unas 26.000 denuncias de muertes en Siria e Irak desde 2014, de las cuales estimamos que se han producido un mínimo de entre 6.321 y 9.712", matiza Chris Woods, fundador de Airwars.
El Observatorio, con sede en Londres, se ha impuesto como organización de referencia y contador oficial de las muertes en Siria para los medios de comunicación occidentales. Este eleva a 3.225 el número de víctimas civiles bajo la coalición, que incluye a 796 niños y 596 mujeres. Por su parte, la Red Siria para los Derechos Humanos (RSDH), segunda entidad de referencia, contabiliza en 1.754 las víctimas civiles caídas en el país bajo los bombardeos de la coalición. Entre ellos, 521 menores y 332 mujeres. En clave local, el grupo de activistas Raqa está Siendo Masacrada Silenciosamente ha supuesto una fuente importante para denunciar los abusos cometidos contra los civiles en la que fuera la capital de facto del autoproclamado Estado Islámico (ISIS). Abu Mohamed, uno de los cofundadores de la organización, eleva a 2.064 el número de civiles muertos por los bombardeos de la coalición solo durante 2017.
“La información está en la Red y en un 99% en árabe. Solo hay que recolectarla y cotejarla”, resume en una entrevista telefónica Woods, cuya organización se encarga de descartar los casos duplicados antes de insertarlos en una base de datos. Para Woods, las cifras de la coalición “no son creíbles”. “La coalición ha lanzado 21.000 rondas de munición en los cuatro meses y medio de ofensiva en Raqa, más que en toda la guerra de Afganistán, y, sin embargo, tan sólo admite haber matado a 26 civiles en ese periodo”.
Si bien las tres organizaciones sirias comparten el objetivo de documentar los abusos contra civiles, mantienen tensas relaciones entre sí. Raqqa SL acusa al Observatorio de difundir informaciones erróneas sobre Raqa; el director del Observatorio acusa a la RSDH de trabajar al servicio de “la agenda política dictada por Qatar y Turquía” y “omitir los crímenes perpetrados por las tropas turcas contra los kurdos y las matanzas de la filial de Al Qaeda en Siria”. En cuanto al Gobierno de Damasco, las considera "agentes al servicio de las monarquías del Golfo y de EE UU".
Según los cálculos de las ONG, entre el 60% y el 75% de los entre 1.754 y 3.225 civiles muertos por ataques de la coalición perecieron en la ofensiva para expulsar al ISIS de Raqa, entre junio y octubre de 2017. En marzo de ese año, la organización Human Rights Watch denunció en un informe la muerte de 84 civiles en dos bombardeos perpetrados por la coalición contra un mercado de la ciudad de Tabqa y un colegio convertido en refugio en la localidad de Mansurah. A raíz del informe, la coalición reabrió la investigación, tras la que asumió la muerte de 62 civiles que en un primer momento no había contabilizado.
“No hay voluntad política”, destaca al teléfono y desde Londres Donatella Rovira, investigadora de Amnistía Internacional (AI) con 20 años de experiencia a sus espaldas. Hace referencia a los 75 países que forman parte de la coalición —la mayoría prestando apoyo logístico o de formación a las fuerzas de seguridad iraquíes—. “Si matan en mi nombre tendré que saber en qué situación matan”, cuestiona Rovira antes de jerarquizar las responsabilidades de los países miembros entre los que bombardean (EE UU realiza el 90% de los ataques, en los que también participan Francia, Reino Unido y, anteriormente, Holanda, Australia o Canadá) y los que dan apoyo logístico como abastecimiento en combustible.
Documentar hoy para juzgar mañana
“Hay evidencias que apuntan a que la coalición ha cometido crímenes de guerra”, prosigue Rovira citando un informe reciente de AI donde se acusa a la coalición de haber atacado objetivos sin cotejar previamente las coordenadas y empleado municiones poco precisas en barriadas densamente pobladas por civiles. En un intercambio de correos, la coalición desmiente estas acusaciones haciéndose eco de las palabras que empleó al término de la operación el teniente Stephen Townsend: “No ha habido nunca una campaña aérea más precisa en la historia de los conflictos armados”. La comisión de investigación abierta por la ONU discrepa al lamentar “pérdidas de vidas civiles que podían haber sido evitadas”, así como la destrucción “del 80% de las infraestructuras de Raqa” por los bombardeos de la coalición que, según su mando, han acabado con la casi totalidad de los 45.000 yihadistas extranjeros con los que llegó a contar el ISIS.
“No hay combates hoy en Raqa, y por lo tanto es seguro enviar a equipos para investigar en una zona donde [EE UU ya] tiene tropas. Pero no lo hace”, protesta Rovira, para quien la prevención en nuevos ataques y la investigación de los previos es una responsabilidad que la coalición elude. “Se han hecho compensaciones de forma directa y a la persona agraviada según el criterio y decisión de los comandantes”, puntualiza la coalición al ser preguntada sobre la suerte de los familiares de las 939 víctimas admitidas. Para ajusticiar mañana hay que documentar hoy, es el lema que defienden los activistas. En una Raqa convertida en ciudad fantasma, son las organizaciones locales las que se esmeran en la era post-ISIS en extraer de entre toneladas de escombros los cuerpos de más de 1.300 civiles. Para que, a falta de justicia, sus familiares puedan al menos darles una sepultura digna.
Cuatro organizaciones documentan los muertos de la coalición
N.S- Beirut
Airwars, fundada en 2014, mantiene su sede en la Universidad de Londres. Se financia gracias a las donaciones de organizaciones filantrópicas como Open Society Foundations y cuenta con con un equipo de 30 personas entre investigadores y voluntarios, varios de ellos sobre el terreno. Se ocupa de recolectar denuncias, cotejar los casos duplicados y elaborar una base de datos con dosieres sobre las víctimas tanto de la coalición internacional como de la aviación rusa. Su fundador, Chris Woods, asegura que la sociedad civil siria es mucho más activa en las redes a la hora de documentar la muerte de civiles que la iraquí, en una situación de post-conflicto.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) es la organización de referencia para los medios de comunicación occidentales. “Contamos con 236 informantes en Siria que a su vez mantienen más de 5.000 fuentes en todo el país en las zonas bajo control del régimen, de rebeldes, yihadistas y de kurdos”, asegura al teléfono y desde Inglaterra su director, Rami Abdulrahman, a quien sus opositores califican de hombre orquesta del Observatorio. Abdulrahman ha pasado tres veces por los centros de detención sirios antes de autoexiliarse y fundar en 2006 el OSDH que, asegura, se nutre de las contribuciones que hacen distintas ONG europeas.
La Red Siria para los Derechos Humanos (RSDH) es la segunda organización de referencia entre los medios de comunicación de masas a la hora cuantificar las víctimas en la contienda siria. Su consejo administrativo tiene cinco personas y está liderado por el ingeniero sirio exiliado Fadel Abdul Ghani. La RSDH ha declinado responder a este diario sobre sus fuentes de financiación y la metodología de sus informes. En su página web, asegura recibir financiación de “individuos, entidades y Estados a través de sus proyectos humanitarios”. Mantiene una sede compartida entre EE UU y Reino Unido.
El grupo de activistas Raqa está Siendo Masacrada Silenciosamente (Raqqa SL) ha supuesto una fuente de información clave para dar a conocer los abusos contra los civiles cometidos en Raqa. Abu Mohamed, uno de sus cofundadores, explica vía Skype desde Alemania que la organización se fundó para denunciar tanto “los abusos cometidos por el régimen sirio como los perpetrados por los yihadistas”. Hoy también dan a conocer “los cometidos por las milicias kurdas” que controlan la ciudad. Al principio de 2014 contaban con una veintena de informadores en la localidad que se jugaron la vida diariamente para publicar imágenes o informaciones sobre los abusos de los yihadistas gracias a teléfonos satelitales introducidos de contrabando. Cuatro de sus componentes fueron asesinados por los secuaces del ISIS, varios de ellos en Turquía, por lo que la mayoría de sus miembros ha buscado refugio en Europa.