Macron rompe su silencio y asume la responsabilidad del ‘caso Benalla’

La oposición ha amenazado con una moción de censura al Gobierno para reclamar explicaciones

Silvia Ayuso
París, El País
Tras seis días de hermético silencio en torno a la peor crisis de su gobierno, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha hablado. Y lo ha hecho, en medio de amenazas de moción de censura de la oposición, para asegurar que asume la responsabilidad por el caso de Alexandre Benalla, el que fuera su jefe de seguridad y que fue filmado golpeando a manifestantes haciéndose pasar por policía el 1 de mayo. Pero ha dejado claro que no piensa ceder a las presiones políticas porque solo responde, ha subrayado, “ante el pueblo francés”.


“Si se busca un responsable, el único responsable soy yo, y nadie más. Soy yo quien confió en Alexandre Benalla. Soy yo quien confirmó su sanción”, ha dicho Macron durante un acto con diputados de su partido, La República en Marcha (LRM), la noche del martes en París, en el que su presencia no estaba anunciada.

“Esto no es una república de fusibles, una república del odio”, ha agregado en referencia a los que reclamaban dimisiones de su gabinete, un "cambio de fusibles", desde que el diario Le Monde revelara el caso, hace casi una semana. Además de una investigación judicial y una administrativa en el seno de la policía, desde el lunes una comisión parlamentaria busca depurar responsabilidades y ha llamado a varios miembros de su equipo, entre ellos su ministro de Interior, Gérard Collomb, y el director de gabinete del Elíseo, Patrick Strzoda. Este, que declaró este mismo martes, había asumido la “plena responsabilidad” por la actuación ante Benalla. Fue él el que decidió sancionarlo con solo 15 días de suspensión de empleo y sueldo y una “degradación” de sus funciones y no informar a la justicia. “Los elementos de los que disponía el 2 de mayo me llevaron a tomar esa sanción que consideré adaptada, proporcional al comportamiento individual indebido. Comprendo que se pueda considerar que no era adecuada, en todo caso, asumo mi decisión”, subrayó quien ha sido señalado como el más probable cabeza de turco en este caso y que insistió en eximir de responsabilidades a Macron, que en ese momento estaba “a 10.000 kilómetros”, de visita en Australia.

Apenas unas horas después, Macron ha querido sin embargo dejar claro que no rehúye el caso, como le ha acusado la oposición.

“Si quieren un responsable, este está delante de vosotros. Que vengan a buscarlo. Yo respondo al pueblo francés”, ha retado el presidente, quien ha reconocido pese a todo que el caso le ha marcado porque lo considera una “decepción” y una “traición” de parte de alguien muy próximo como era Benalla, responsable de su seguridad desde los tiempos de la campaña electoral y a quien se ha visto siempre a escasa distancia de Macron tanto en actos públicos como en momentos privados.

Sus declaraciones se producen en el sexto día de una crisis que ha paralizado la vida política del país. La Asamblea Nacional suspendió todo debate político reclamando insistentemente explicaciones del gobierno ante lo que consideran muchos una falta de coherencia con la promesa de ejemplaridad, transparencia e irreprochabilidad que prometió Macron al asumir el poder hace algo más de un año.

El partido conservador Los Republicanos anunció este martes su intención de presentar una moción de censura para obligar al Gobierno “que se explique”. La medida podría ser apoyada por diputados de izquierda como los miembros de Francia Insumisa, que también ha amenazado con una moción de censura propia pero que, a diferencia de Los Republicanos, carece de votos suficientes para registrarla.

No solo los diputados consideran insuficientes las explicaciones oficiales dadas hasta el momento. Según una encuesta publicada este martes, ocho de cada diez franceses se declaran escandalizado con este caso y tres de cada cuatro quieren oír las explicaciones del jefe de Estado, que ahora ha empezado a darlas.

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