Los niños tailandeses atrapados “aún no están listos” para intentar el buceo
Los equipos de rescate han tendido una tubería para bombearles aire fresco en la cueva
Macarena Vidal Liy
Mae Sai (Tailandia), El País
Continúa la incertidumbre. Los 12 niños y el monitor atrapados en la cueva inundada de Tham Luang, en el norte de Tailandia, no están aún preparados para intentar salir buceando, según ha confirmado el coordinador de la operación de rescate y gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Ossotanakorn. Esa opción ha sufrido un revés tras la muerte de uno de los buzos voluntarios, al quedarse sin aire en el trayecto a través de los túneles. Pero sigue siendo aún la que tiene más posibilidades, por encima de la de encontrar un pasadizo en la roca, y la inevitable si, como se espera, llegan nuevas tormentas en los próximos días.
En una rueda de prensa al filo de la medianoche, Narongsak reveló que ante el temor de nuevos temporales que puedan causar una nueva subida de las aguas, se ha dado prioridad al sellado de fisuras en la montaña por las que pudiera filtrarse la lluvia. En paralelo, se ha completado el tendido de una tubería para bombear aire a la cámara donde se encuentran los 13 atrapados. A primeras horas del día, el nivel de oxígeno allí era solo del 15%.
“Iremos midiendo la calidad del aire. Si es necesario, instalaremos una segunda tubería”, indicó el gobernador, que precisó que los niños ya pueden pasear por la isleta donde se encuentran tras haber recuperado fuerzas estos días, después de que el lunes pasado dos buceadores británicos les encontraran tras nueve días extraviados. Al buen ánimo de los menores ha contribuido que se les han hecho llegar cartas que les han escrito sus familiares.
Pero la evacuación tendrá que esperar. “Los niños todavía están aprendiendo cómo bucear, y queremos el mínimo riesgo”. Un riesgo que la muerte del buceador Saman Gunan, de 38 años, anunciada a primeras horas de la mañana, ha dejado muy patente y que ha supuesto un mazazo para los participantes en la operación de rescate, que no obstante insisten en que el objetivo debe seguir siendo extraer a los atrapados en cuanto sea posible.
“Los niveles de agua se encuentran en el nivel más bajo desde que se inundó la cueva”, apuntaba horas antes el buceador finlandés Mikko Paasi, uno de los voluntarios participantes en los trabajos de rescate. La muerte de Gunan “ha sido un golpe muy duro”, pero “no hay que dejarse descorazonar”.
El bombeo de agua continúa para intentar reducir lo máximo posible los tramos en los que los niños tengan que sumergirse por completo, y que puedan simplemente nadar con la cabeza fuera. Mientras tanto, los Jabalíes Salvajes —el nombre de su equipo de fútbol— siguen recibiendo clases intensivas y ganando tiempo para fortalecerse y familiarizarse con el buceo. Pero si cayera un temporal, ha apuntado Narongsak, el rescate podría hacerse mucho más difícil, y quedarse en la cámara más tiempo podría resultar imposible, por lo que habría que replantearse la situación.
“No podemos esperar a que caiga una tormenta fuerte y la situación se agrave. Si ocurriera, habría que planteárselo de otro modo”, ha declarado. “Lo principal es la capacidad de los niños de bucear”, y todavía no están listos para un recorrido de cuatro kilómetros y en el que, en algunos puntos, los pasadizos a duras penas permiten el paso de una persona, con una abertura de 70 centímetros de ancho.
Otra posibilidad sería excavar un pasadizo a partir de algún hueco encontrado en la roca. Cerca de 30 equipos rastrean la jungla en la montaña para localizar y explorar posibles grietas. Hasta ahora se han encontrado más de un centenar, de las que 18 van a seguirse explorando. Una de ellas mide al menos 400 metros de profundidad. Aunque el coordinador de las tareas de rescate ha advertido contra un excesivo optimismo acerca de esta vía. Taladrar la roca, si se demuestra factible, llevará tiempo.
Los rescatistas van a recibir refuerzos. El millonario estadounidense Elon Musk ha anunciado este viernes que se encuentran de camino a Tailandia ingenieros de sus empresas SpaceX y The Boring Company por si pueden asistir en los trabajos. “Boring Co. cuenta con un radar de penetración de terreno y es bastante buena en excavación de agujeros”, había tuiteado previamente.
Macarena Vidal Liy
Mae Sai (Tailandia), El País
Continúa la incertidumbre. Los 12 niños y el monitor atrapados en la cueva inundada de Tham Luang, en el norte de Tailandia, no están aún preparados para intentar salir buceando, según ha confirmado el coordinador de la operación de rescate y gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Ossotanakorn. Esa opción ha sufrido un revés tras la muerte de uno de los buzos voluntarios, al quedarse sin aire en el trayecto a través de los túneles. Pero sigue siendo aún la que tiene más posibilidades, por encima de la de encontrar un pasadizo en la roca, y la inevitable si, como se espera, llegan nuevas tormentas en los próximos días.
En una rueda de prensa al filo de la medianoche, Narongsak reveló que ante el temor de nuevos temporales que puedan causar una nueva subida de las aguas, se ha dado prioridad al sellado de fisuras en la montaña por las que pudiera filtrarse la lluvia. En paralelo, se ha completado el tendido de una tubería para bombear aire a la cámara donde se encuentran los 13 atrapados. A primeras horas del día, el nivel de oxígeno allí era solo del 15%.
“Iremos midiendo la calidad del aire. Si es necesario, instalaremos una segunda tubería”, indicó el gobernador, que precisó que los niños ya pueden pasear por la isleta donde se encuentran tras haber recuperado fuerzas estos días, después de que el lunes pasado dos buceadores británicos les encontraran tras nueve días extraviados. Al buen ánimo de los menores ha contribuido que se les han hecho llegar cartas que les han escrito sus familiares.
Pero la evacuación tendrá que esperar. “Los niños todavía están aprendiendo cómo bucear, y queremos el mínimo riesgo”. Un riesgo que la muerte del buceador Saman Gunan, de 38 años, anunciada a primeras horas de la mañana, ha dejado muy patente y que ha supuesto un mazazo para los participantes en la operación de rescate, que no obstante insisten en que el objetivo debe seguir siendo extraer a los atrapados en cuanto sea posible.
“Los niveles de agua se encuentran en el nivel más bajo desde que se inundó la cueva”, apuntaba horas antes el buceador finlandés Mikko Paasi, uno de los voluntarios participantes en los trabajos de rescate. La muerte de Gunan “ha sido un golpe muy duro”, pero “no hay que dejarse descorazonar”.
El bombeo de agua continúa para intentar reducir lo máximo posible los tramos en los que los niños tengan que sumergirse por completo, y que puedan simplemente nadar con la cabeza fuera. Mientras tanto, los Jabalíes Salvajes —el nombre de su equipo de fútbol— siguen recibiendo clases intensivas y ganando tiempo para fortalecerse y familiarizarse con el buceo. Pero si cayera un temporal, ha apuntado Narongsak, el rescate podría hacerse mucho más difícil, y quedarse en la cámara más tiempo podría resultar imposible, por lo que habría que replantearse la situación.
“No podemos esperar a que caiga una tormenta fuerte y la situación se agrave. Si ocurriera, habría que planteárselo de otro modo”, ha declarado. “Lo principal es la capacidad de los niños de bucear”, y todavía no están listos para un recorrido de cuatro kilómetros y en el que, en algunos puntos, los pasadizos a duras penas permiten el paso de una persona, con una abertura de 70 centímetros de ancho.
Otra posibilidad sería excavar un pasadizo a partir de algún hueco encontrado en la roca. Cerca de 30 equipos rastrean la jungla en la montaña para localizar y explorar posibles grietas. Hasta ahora se han encontrado más de un centenar, de las que 18 van a seguirse explorando. Una de ellas mide al menos 400 metros de profundidad. Aunque el coordinador de las tareas de rescate ha advertido contra un excesivo optimismo acerca de esta vía. Taladrar la roca, si se demuestra factible, llevará tiempo.
Los rescatistas van a recibir refuerzos. El millonario estadounidense Elon Musk ha anunciado este viernes que se encuentran de camino a Tailandia ingenieros de sus empresas SpaceX y The Boring Company por si pueden asistir en los trabajos. “Boring Co. cuenta con un radar de penetración de terreno y es bastante buena en excavación de agujeros”, había tuiteado previamente.