La explosión de la quinta de oro

Santiago Aparicio
Moscú, EFE
Rusia 2018 ha contemplado la explosión de su generación de oro con un esperado golpe de mano que le ha situado a orillas de un éxito sin precedentes, como clara aspirante a la conquista del título mundial.


Forjado por un sinnúmero de talentos que alientan el panorama de las grandes competiciones del fútbol continental, han encontrado el punto adecuado en el tramo último de su madurez y de la mano de un técnico apasionado por el juego de ataque.

El español Roberto Martínez ha conseguido entender las condiciones de los miembros de esta camada y aunar las virtudes de sus integrantes hasta conseguir que todo ello fructifique como una máquina completa.

La quinta de oro del fútbol belga se hizo notar definitivamente en Kazan tras vencer a Brasil. Cuentan por victorias sus partidos en Rusia 2018 los "diablos rojos", empezados a ser puestos en cuestión con su irrupción en Brasil 2014 y en la Eurocopa de Francia 2016, momentos cargados de expectativas y estancados a medio camino.

Bélgica dio sensación entonces de ser un equipo nacional prometedor pero frágil en los momentos clave. No pasó de los cuartos de final en el Mundial de hace cuatro años, cuando advertía como una de las grandes sensaciones del cartel competitivo. Fue superado por Argentina en Brasilia, incapaz de sobreponerse al gol de Gonzalo Higuaín a los ocho minutos.

Más dolorosa fue la experiencia dos años después, en el torneo continental de Francia, cuando descarriló ante un rival menor, la selección de Gales que lideraba Gareth Bale y que fue el equipo revelación del torneo. El combinado belga, con un gol de Naingolan tomó ventaja. Pero luego fue rebasado por el entusiasmo de un adversario inferior pero en estado de gracia.

Aquél revés fue asumido como un fracaso que terminó con el ciclo de su entrenador, Marc Wilmots. Bélgica no estaba dispuesta a asumir con resignación el ocaso de esta promoción de futbolistas en plenitud.

Thibaut Courtois o Eden Hazard, del Chelsea, Vincent Kompany o Kevin De Bruyne con el Manchester City, Romelu Lukaku o Marouanne Fellaini del Manchester United, Jan Vertonghen, Toby Alderweireld o Mousa Dembele, del Tottenham, consolidados en la Premier...Dries Martens líder del Nápoles en Italia, o Thomas Vermaelen, del Barcelona y Adnan Januzai, en España, reputados integrantes de la Bélgica actual.

La llegada de Roberto Martínez tras el fracaso en Francia 2016 dio un giro al carácter de los Diablos Rojos. El técnico español, conocedor por su experiencia en Inglaterra de muchos de los miembros de esta quinta, ha sabido manejar la situación y avanzar hacia el prometedor devenir del equipo.

Martínez arrancó bajo sospecha de una parte del fútbol belga. Pero la propuesta, el juego y el marcador aparcaron las dudas. Nadie le discute ahora, una vez convertido en semifinalista del Mundial.

En Rusia 2018 cuenta sus partidos por victorias. Los jugadores han trasladado las virtudes de las que presumen en sus clubes también en el equipo nacional y ya ha igualado la mejor actuación belga en un Campeonato del Mundo.

Los diablos rojos solo en una ocasión llegaron antes a este tramo del torneo. Fue en México 1986, con otra de las generaciones reputadas de su fútbol. Se estancaron en semifinales, otra vez desplazadas del éxito por Argentina.

Rusia 2018 ha devuelto a Bélgica a aquella situación después de dejar en el camino a rivales históricos, con más trascendencia en el torneo y más recorrido en la competición. Pero la generación dorada belga no entiende de complejos. Ahora están en la frontera de un éxito sin parangón. Como cualquiera de las otras para hacer historia.

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