Kane sobrevive a Mina
Lucía Santiago
Moscú, EFE
Como la suerte en el fútbol depende del gol, José Néstor Pékerman y Gareth Southgate ordenaron a sus pupilos extremar la vigilancia sobre las dos figuras más reconocibles en esa faceta del bando rival. Falcao, por Colombia; Kane, por Inglaterra.
Distinguible la voracidad de ambos por su dorsal -uno y otro portan el 9-, también sus movimientos aluden a su cometido dentro del campo, siempre desafiantes en la convivencia con los centrales, huidizos sobre la línea del fuera de juego, esforzados en la presión, generosos en su recorrido para abrir nuevas vías de pase pero, sobre todo, letales en las oportunidades de gol.
Son capitales y capitanes; líderes al fin y al cabo. Así se les reconoció desde la grada antes incluso del comienzo del envite.
Al choque de este martes en el estadio Spartak de Moscú, por la resolución del último cruce de octavos de final, Harry Kane se presentó con una estadística definitoria: cinco tantos en seis intentos -marcó dos goles ante Túnez (2-1) y un triplete ante Panamá (6-1)-. Falcao, con una tentativa menos, se quedó en un solo gol.
Esa comparación no importó a la ferviente afición cafetera, entregada al "Tigre" y al deseo de acompañar a sus compatriotas hasta la ronda de cuartos de final, con Suecia expectante tras haber solventado previamente su pulso ante el conjunto de Suiza.
El jugador del Mónaco libró su duelo con John Stones. Su homólogo en el Tottenham se repartió entre Davinson Sánchez y Yerry Mina.
El exjugador del Palmeiras, discutido en el tramo final del curso en Barcelona, afrontó con arrojo una nueva y doble prueba de madurez, porque Harry Kane formó dupla con uno de los grandes talentos ofensivos del Manchester City, Raheem Sterling.
Ambos se movieron indistintamente por derecha e izquierda buscando resquebrajar la solidez defensiva del bloque que dirige el 'profesor' Pékerman, aunque las ilusiones de la grada isleña recayeron casi exclusivamente en Harry Kane.
"Marca otra vez", le pedía una pancarta. A su lado, otra proclamaba a Falcao como "the best" (el mejor).
Y es que el pulso entre Inglaterra y Colombia fue igualmente un duelo entre dos goleadores que compitieron con diferentes estímulos.
Radamel Falcao -triunfador en Portugal con el Oporto, en España con el Atlético de Madrid y en Francia con el Mónaco- quiso reivindicar su valía ante los ojos de los aficionados del Manchester United y el Chelsea, donde no terminó de brillar tras una lesión en el ligamento anterior cruzado de su pierna izquierda.
Harry Kane, en cambio, como líder de una generación a la que apremia la historia del fútbol inglés, hizo suyos los gritos de la bancada sudamericana. "Sí, se puede" aceptó el '9' cuando el árbitro estadounidense Mark Geiger validó en el minuto 57 como penalti la infracción que sobre él mismo cometió Carlos 'La Roca' Sánchez.
Contó once metros entre el balón y David Ospina. Golpeó centrado, con el portero del Arsenal venciéndose a su derecha, y gritó su sexto gol en Rusia, en ese momento el quinto en seis penaltis con la camiseta de la selección inglesa -en la tanda final también marcó-.
Su acierto pareció decisivo cuando el choque enfilaba los últimos segundos del tiempo añadido pero Yerry Mina, tan letal como el 9 inglés en este certamen, se equiparó al alemán Paul Breitner como defensa más goleador en una misma edición mundialista. Detuvo su contador en tres, tantos como el germano en el Mundial de 1974, aunque después en el juego de los penaltis venció Inglaterra.
La ronda empezó como un cara a cara entre los '9'.
Marcó Falcao. Replicó Kane. A continuación fueron los ingleses quienes más veces emularon a su líder. Solo erró Jordan Henderson ante la estirada de David Ospina. Sí acertaron Marcus Rashford, Kieran Trippier y Eric Dier, además del espigado delantero del Tottenham, el máximo realizador en este Mundial.
Inconformista tras saberse entre los ocho mejores del torneo, el plantel que dirige Gareth Southgate apunta todavía más lejos, con los goles de Harry Kane como firme argumento. Él está siendo más certero que ningún otro delantero. Su próxima cita será el 7 de julio en Samara. Batida Colombia, amenaza ahora a Suecia.
Moscú, EFE
Como la suerte en el fútbol depende del gol, José Néstor Pékerman y Gareth Southgate ordenaron a sus pupilos extremar la vigilancia sobre las dos figuras más reconocibles en esa faceta del bando rival. Falcao, por Colombia; Kane, por Inglaterra.
Distinguible la voracidad de ambos por su dorsal -uno y otro portan el 9-, también sus movimientos aluden a su cometido dentro del campo, siempre desafiantes en la convivencia con los centrales, huidizos sobre la línea del fuera de juego, esforzados en la presión, generosos en su recorrido para abrir nuevas vías de pase pero, sobre todo, letales en las oportunidades de gol.
Son capitales y capitanes; líderes al fin y al cabo. Así se les reconoció desde la grada antes incluso del comienzo del envite.
Al choque de este martes en el estadio Spartak de Moscú, por la resolución del último cruce de octavos de final, Harry Kane se presentó con una estadística definitoria: cinco tantos en seis intentos -marcó dos goles ante Túnez (2-1) y un triplete ante Panamá (6-1)-. Falcao, con una tentativa menos, se quedó en un solo gol.
Esa comparación no importó a la ferviente afición cafetera, entregada al "Tigre" y al deseo de acompañar a sus compatriotas hasta la ronda de cuartos de final, con Suecia expectante tras haber solventado previamente su pulso ante el conjunto de Suiza.
El jugador del Mónaco libró su duelo con John Stones. Su homólogo en el Tottenham se repartió entre Davinson Sánchez y Yerry Mina.
El exjugador del Palmeiras, discutido en el tramo final del curso en Barcelona, afrontó con arrojo una nueva y doble prueba de madurez, porque Harry Kane formó dupla con uno de los grandes talentos ofensivos del Manchester City, Raheem Sterling.
Ambos se movieron indistintamente por derecha e izquierda buscando resquebrajar la solidez defensiva del bloque que dirige el 'profesor' Pékerman, aunque las ilusiones de la grada isleña recayeron casi exclusivamente en Harry Kane.
"Marca otra vez", le pedía una pancarta. A su lado, otra proclamaba a Falcao como "the best" (el mejor).
Y es que el pulso entre Inglaterra y Colombia fue igualmente un duelo entre dos goleadores que compitieron con diferentes estímulos.
Radamel Falcao -triunfador en Portugal con el Oporto, en España con el Atlético de Madrid y en Francia con el Mónaco- quiso reivindicar su valía ante los ojos de los aficionados del Manchester United y el Chelsea, donde no terminó de brillar tras una lesión en el ligamento anterior cruzado de su pierna izquierda.
Harry Kane, en cambio, como líder de una generación a la que apremia la historia del fútbol inglés, hizo suyos los gritos de la bancada sudamericana. "Sí, se puede" aceptó el '9' cuando el árbitro estadounidense Mark Geiger validó en el minuto 57 como penalti la infracción que sobre él mismo cometió Carlos 'La Roca' Sánchez.
Contó once metros entre el balón y David Ospina. Golpeó centrado, con el portero del Arsenal venciéndose a su derecha, y gritó su sexto gol en Rusia, en ese momento el quinto en seis penaltis con la camiseta de la selección inglesa -en la tanda final también marcó-.
Su acierto pareció decisivo cuando el choque enfilaba los últimos segundos del tiempo añadido pero Yerry Mina, tan letal como el 9 inglés en este certamen, se equiparó al alemán Paul Breitner como defensa más goleador en una misma edición mundialista. Detuvo su contador en tres, tantos como el germano en el Mundial de 1974, aunque después en el juego de los penaltis venció Inglaterra.
La ronda empezó como un cara a cara entre los '9'.
Marcó Falcao. Replicó Kane. A continuación fueron los ingleses quienes más veces emularon a su líder. Solo erró Jordan Henderson ante la estirada de David Ospina. Sí acertaron Marcus Rashford, Kieran Trippier y Eric Dier, además del espigado delantero del Tottenham, el máximo realizador en este Mundial.
Inconformista tras saberse entre los ocho mejores del torneo, el plantel que dirige Gareth Southgate apunta todavía más lejos, con los goles de Harry Kane como firme argumento. Él está siendo más certero que ningún otro delantero. Su próxima cita será el 7 de julio en Samara. Batida Colombia, amenaza ahora a Suecia.