Indignación en las filas republicanas ante la actuación de Trump en Helsinki

Las quejas apuntan a que el mandatario no defendió los servicios de seguridad estadounidense

Amanda Mars
Washington, El País
La equiparación que hizo este lunes Donald Trump, entre la credibilidad de la palabra del mandatario ruso, Vladímir Putin, y la de los servicios de inteligencia, el departamento de Justicia y otros altos cargos de la Administración que él mismo dirige sobre la acusación de injerencia electoral contra el Kremlin suponen un varapalo a las instituciones y deja en una posición difícil al Partido Republicano. El director de la CIA, Daniel R. Coats, criticó el comentario de Trump: “Hemos sido claros en nuestras valoraciones de la injerencia rusa en las elecciones de 2016 y sus intentos generalizados de socavar nuestra democracia”.


John Brennan, director de la CIA entre 2013 y 2017, estalló en su cuenta de Twitter, acusando al presidente de traición. “La actuación de Donald Trump en la rueda de prensa de Helsinki excede los delitos graves y faltas. No ha sido menos que traición. No solo los comentarios de Trump fueron estúpidos, sino que está completamente en el bolsillo de Putin. Patriotas republicanos, ¿dónde estáis?”, escribió.

Muchos republicanos expresaron su estupefacción, empezando por el senador de Arizona Jeff Flake, un crítico habitual del presidente, quien calificó de vergonzosa la actuación. “Nunca creí que vería a un presidente estadounidense subirse a una tarima con el presidente ruso y echar la culpa a EE UU de una agresión rusa”. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, consideró que “no hay duda de que Rusia interfirió en las elecciones de 2016” y que no “hay una equivalencia moral entre EE UU y Rusia”. El senador John McCain calificó la actuación de Trump como una “de las más vergonzosas en la historia por parte de un presidente de EE UU. El daño infligido por el egoísmo e ingenuidad de los autócratas de Trump es difícil de calcular. Pero está claro que la cumbre de Helsinki ha sido un trágico error”, dijo. El senador Lindsey Graham advirtió de que Rusia vería la reacción de Trump como un acto de debilidad. Y son significativas las críticas vertidas por periodistas de la cadena conservadora Fox. El presentador Neil Cavuto tachó la actitud de Trump de asquerosa y su colega Abby Huntsman señaló que “ninguna negociación hace que valga la pena lanzar a tu gente bajo las ruedas de un autobús”.

Este lunes en Helsinki Trump dio al presidente ruso la misma credibilidad que a los servicios de inteligencia estadounidenses, a los republicanos del Congreso, a su secretario de Estado, Mike Pompeo, y a su consejero de Seguridad Nacional, John Bolton. “Lo único que puedo hacer es formular la pregunta. Muchos dicen que creen que es Rusia. El presidente Putin dice que no es Rusia. Yo diré esto: no veo razón alguna de por qué debe ser así. Yo quiero ver el servidor. Tengo confianza en ambas partes”, afirmó en la rueda de prensa conjunta.

Los republicanos han mostrado en sus conclusiones en el Congreso que sí creen en la injerencia rusa, pero las críticas a Trump han sido leves, más allá de las voces críticas habituales en el partido, como la del senador McCain. Sus palabras de la semana pasada parecían premonitorias de lo que Trump iba a expresar pocos días después respecto a la UE y Rusia. “Putin no es un amigo de EE UU, ni siquiera un mero competidor. Putin es enemigo de EE UU, no porque nosotros lo deseemos, sino porque él ha elegido serlo. Él escogió invadir Ucrania y anexionar Crimea. Escogió ayudar a [el presidente Bachar] El Asad a masacrar a los sirios. Escogió atacar nuestras elecciones y menoscabar democracias en todo el mundo”, dijo el jueves.

Al día siguiente, el Departamento de Justicia anunciaría la acusación formal contra 12 agentes de inteligencia rusos por robar y divulgar documentos del equipo de campaña de Hillary Clinton en los comicios de 2016. McCain reclamaría entonces a Trump que se mostrara firme en la cumbre de este lunes y exigiera responsabilidades a Putin.

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