Griezmann, el jefe
San Petersburgo, EFE
Se ha convertido Antoine Griezmann en el jefe absoluto de Francia sobre el césped. El futbolista del Atlético de Madrid se ha asentado como el hombre determinante del conjunto 'bleu' que el domingo va a disputar la final de la Copa del Mundo de Rusia 2018 en Moscú.
A pesar de la incomodidad que dio sensación de transmitir en los primeros días de concentración de Francia antes del Mundial, por la indefinición y el prolongado intervalo hasta hacer público su futuro, la relevancia de Griezmann ha crecido en Rusia hasta tal punto que no hay maniobra en el campo que no pase por sus botas.
La zozobra segura que generó en el siete todo lo que rodeó su devenir, los cantos de sirena, la subasta y la cotización, las portadas y la afición, afectaron el ánimo del rojiblanco, ahora en la pista de salida hacia la consideración como el mejor del torneo.
Vive ahora días dulces y momentos tranquilos Antoine, que en su día llegó a ser apercibido por el propio Deschamps que le pidió más tras los primeros partidos.
Parece enterrado aquél día en el que Griezmann exhibió singularmente la determinación de seguir en el Atlético Madrid. Una losa que se quitó de su espalda y de la de Francia para alcanzar la normalidad en el recorrido mundialista.
Fue ocurrir aquello y retomar poco a poco una versión superior a la de entonces. Asumió Griezmann el liderazgo que se le suponía, el mando que se esperaba. En plena madurez, como uno de los mayores de la selección gala.
Sabe Antoine que el fútbol tiene espacio para todo y que el 2018 puede traer un premio mayor. Si hace dos años, en el 2016 perdió las finales de la Liga de Campeones ante el Real Madrid y de la Eurocopa contra Portugal en Francia, Rusia 2018 puede enterrar aquél tiempo fatal.
El referente galo, con la Liga Europa ganada por su equipo ya en el bolsillo puede ampliar su botín con el Mundial. El francés, de paso, está a orillas de regresar al lado principal del escenario de los elegidos y ser reconocido como el mejor.
Y es que la influencia de Griezmann para llevar a Francia donde esta no ha pasado por alto para nadie. El jugador rojiblanco ha participado en cinco de los diez goles que su selección ha realizado en lo que va de torneo. Dos de ellos, los dos últimos, determinantes.
Dos acciones a balón parado. Una falta, culminada por Raphael Varane contra Uruguay, y un saque de esquina, aprovechado por Samuel Umtiti el martes ante Bélgica, que dio el pase a la final del Mundial.
A esta contribución decisiva Griezmann añade los tres goles que acumula en el Mundial. Tres le separan del inglés Harry Kane, el máximo goleador hasta el momento. Son los datos recientes del jefe francés, que en sus últimos veinte partidos oficiales entre Eurocopa y Campeonatos Mundiales ha participado en trece de los anotados por Francia.
Se ha convertido Antoine Griezmann en el jefe absoluto de Francia sobre el césped. El futbolista del Atlético de Madrid se ha asentado como el hombre determinante del conjunto 'bleu' que el domingo va a disputar la final de la Copa del Mundo de Rusia 2018 en Moscú.
A pesar de la incomodidad que dio sensación de transmitir en los primeros días de concentración de Francia antes del Mundial, por la indefinición y el prolongado intervalo hasta hacer público su futuro, la relevancia de Griezmann ha crecido en Rusia hasta tal punto que no hay maniobra en el campo que no pase por sus botas.
La zozobra segura que generó en el siete todo lo que rodeó su devenir, los cantos de sirena, la subasta y la cotización, las portadas y la afición, afectaron el ánimo del rojiblanco, ahora en la pista de salida hacia la consideración como el mejor del torneo.
Vive ahora días dulces y momentos tranquilos Antoine, que en su día llegó a ser apercibido por el propio Deschamps que le pidió más tras los primeros partidos.
Parece enterrado aquél día en el que Griezmann exhibió singularmente la determinación de seguir en el Atlético Madrid. Una losa que se quitó de su espalda y de la de Francia para alcanzar la normalidad en el recorrido mundialista.
Fue ocurrir aquello y retomar poco a poco una versión superior a la de entonces. Asumió Griezmann el liderazgo que se le suponía, el mando que se esperaba. En plena madurez, como uno de los mayores de la selección gala.
Sabe Antoine que el fútbol tiene espacio para todo y que el 2018 puede traer un premio mayor. Si hace dos años, en el 2016 perdió las finales de la Liga de Campeones ante el Real Madrid y de la Eurocopa contra Portugal en Francia, Rusia 2018 puede enterrar aquél tiempo fatal.
El referente galo, con la Liga Europa ganada por su equipo ya en el bolsillo puede ampliar su botín con el Mundial. El francés, de paso, está a orillas de regresar al lado principal del escenario de los elegidos y ser reconocido como el mejor.
Y es que la influencia de Griezmann para llevar a Francia donde esta no ha pasado por alto para nadie. El jugador rojiblanco ha participado en cinco de los diez goles que su selección ha realizado en lo que va de torneo. Dos de ellos, los dos últimos, determinantes.
Dos acciones a balón parado. Una falta, culminada por Raphael Varane contra Uruguay, y un saque de esquina, aprovechado por Samuel Umtiti el martes ante Bélgica, que dio el pase a la final del Mundial.
A esta contribución decisiva Griezmann añade los tres goles que acumula en el Mundial. Tres le separan del inglés Harry Kane, el máximo goleador hasta el momento. Son los datos recientes del jefe francés, que en sus últimos veinte partidos oficiales entre Eurocopa y Campeonatos Mundiales ha participado en trece de los anotados por Francia.