Estados Unidos realiza pruebas de ADN para juntar a padres e hijos inmigrantes

El Gobierno tiene hasta el 10 de julio para reunificar con sus progenitores a los menores de cinco años

Joan Faus
Washington, El País
El Gobierno de Estados Unidos está efectuando pruebas de ADN a familias de inmigrantes como parte de su estrategia de reunificar a los cientos de padres e hijos que fueron separados tras entrar ilegalmente al país. El tiempo apremia. Una sentencia judicial obliga a la Administración de Donald Trump a haber reunificado el próximo 10 de julio a los niños de menos de cinco años con sus parientes. Y el 26 de julio debe haberlo hecho con el resto de chicos.


El Departamento de Salud y Servicios Humanos reveló este jueves que tiene bajo custodia a aproximadamente 11.800 inmigrantes menores de edad. La mayoría viajaron solos a EE UU en un desesperado periplo desde Centroamérica. De la cifra total, unos 3.000 fueron separados de sus padres al cruzar ilegalmente la frontera como parte de la política de “tolerancia cero”, que Trump se vio forzado a derogar el pasado 20 de junio para tratar de apaciguar una ola de indignación. Y de esos, alrededor de un centenar son niños de menos de cinco años que deben volver a estar con sus padres en pocos días.

El secretario de Salud, Alex Azar, insistió en que se cumplirá el fallo preliminar de un juez de San Diego de finales de junio, pero tildó de “artificial” el plazo impuesto, reconoció que la reunificación de familias supone una “situación sin precedentes” y que “no es siempre la tarea más fácil”.

El objetivo este jueves de Azar, uno de los rostros de la crisis migratoria, era mandar un mensaje de calma. “No hay confusión”, proclamó en una entrevista en la cadena Fox News. Y después profundizó en la misma idea en una conferencia telefónica con periodistas: “Es necesario ser muy claro sobre esto porque sabemos dónde está cada niño y sabemos que está siendo bien atendido”.

La realidad, sin embargo, es más compleja. Las pruebas de ADN buscan verificar el parentesco entre adulto y menor. Pero revelan la enorme dificultad detrás de la reunificación de familias y también cómo el Gobierno carecía de un plan definido para reagrupar a los inmigrantes. Al separar a padres e hijos, las autoridades apenas tomaron medidas que permitieran saber con exactitud los lazos familiares entre ellos, dónde iban a ser ubicados por separado y cómo reunificarlos más adelante. Ha habido casos de padres que fueron deportados mientras sus hijos seguían en EE UU. Y ha sido la presión del juez federal de San Diego Dana Sabraw la que ha forzado el diseño de una estrategia.

Sigue habiendo incógnitas. No está claro si todos los inmigrantes adultos que están en centros de detención serán liberados -a la espera de una vista judicial para decidir su futuro migratorio- para poder ser reagrupados con sus hijos. Una sentencia legal limita a 20 días el tiempo que familias inmigrantes puedan estar juntas bajo custodia. Trump está tratando de revertir esa restricción en los tribunales y el Congreso.

Ahora, la Administración se ve obligada a actuar con rapidez por el calendario fijado por el juez californiano, que también estableció que el 6 de julio vence el plazo para que padres e hijos hayan hablado por teléfono. Para acelerar el proceso de reunificación de las familias, se están trasladando los inmigrantes padres de niños de menos de cinco años a cárceles cercanas a los albergues dónde están los menores.

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