England's coming home
Óscar González
Moscú, EFE
Por mucha euforia que generase, con himno revivido y todo, Inglaterra se quedó de nuevo a las puertas de la gloria, superada por la casta de una selección croata, que se jugará el título mundial tras sobrevivir a tres prórrogas a lo largo del torneo.
No es bueno dar por liquidado a un conjunto croata antes de tiempo. Por más que sople el viento en contra, o que llegue al partido decisivo con más de una hora de juego, los Vatreni siempre reviven.
Frente al fútbol de laboratorio inglés (9 de sus 12 goles han sido en acciones ensayadas), Croacia opone el espíritu. Ese que lleva a su entrenador a no hacer cambios hasta bien entrada la prórroga -la tercera consecutiva- o al central Domagoj Vida a pedir más el balón en el momento que detecta que comienza a ser silbado por la grada por su ocurrencia de celebrar la victoria ante Rusia con el "Gloria Ucrania", que utilizan los ultranacionalistas ucranianos.
A base de garra, porque Modric y Rakitic apenas aparecían, Croacia fue equilibrando este miércoles las emociones que, desde el comienzo parecían destinadas a aumentar la fiesta inglesa.
Porque parecía que nada podía fallar en el lado inglés. En las gradas se escuchaba ese "Three Lions" recuperado 22 años después como himno, el doble de Southgate firmaba autógrafos y hasta en un palco Mick Jagger, de asueto tras volver a asombrar el domingo en Varsovia con sus Stones, se mostraba optimista.
Más
cuando Kieran Trippier, el "pequeño Beckham", adelantaba a los "pross" a los 6 minutos con un libre directo que hubiese firmado el antiguo capitán inglés, su ídolo.
Pero si no apagas por completo el fuego de los Vatreni corres el riesgo de quemarte y los de Southgate dejaron que la caótica selección de Zlatko Dalic llegase viva al descanso.
Que en el vestuario recuperase fuerzas Perisic, que hablasen Modric y Rakitic para alimentar su toque y que Mandzukic recobrase el mal genio para enfrentarse sin miramientos a las tres torres británicas.
Y así, apareció en el segundo tiempo Perisic para empatar, emitieron destellos Modric y Rakitic y Mandzukic recuperó el olfato goleador a tiempo para entrar en la historia. Para convertir a Croacia en el oponente de la poderosa selección francesa, para entonar en el vestuario: "England's coming home".
Moscú, EFE
Por mucha euforia que generase, con himno revivido y todo, Inglaterra se quedó de nuevo a las puertas de la gloria, superada por la casta de una selección croata, que se jugará el título mundial tras sobrevivir a tres prórrogas a lo largo del torneo.
No es bueno dar por liquidado a un conjunto croata antes de tiempo. Por más que sople el viento en contra, o que llegue al partido decisivo con más de una hora de juego, los Vatreni siempre reviven.
Frente al fútbol de laboratorio inglés (9 de sus 12 goles han sido en acciones ensayadas), Croacia opone el espíritu. Ese que lleva a su entrenador a no hacer cambios hasta bien entrada la prórroga -la tercera consecutiva- o al central Domagoj Vida a pedir más el balón en el momento que detecta que comienza a ser silbado por la grada por su ocurrencia de celebrar la victoria ante Rusia con el "Gloria Ucrania", que utilizan los ultranacionalistas ucranianos.
A base de garra, porque Modric y Rakitic apenas aparecían, Croacia fue equilibrando este miércoles las emociones que, desde el comienzo parecían destinadas a aumentar la fiesta inglesa.
Porque parecía que nada podía fallar en el lado inglés. En las gradas se escuchaba ese "Three Lions" recuperado 22 años después como himno, el doble de Southgate firmaba autógrafos y hasta en un palco Mick Jagger, de asueto tras volver a asombrar el domingo en Varsovia con sus Stones, se mostraba optimista.
Más
cuando Kieran Trippier, el "pequeño Beckham", adelantaba a los "pross" a los 6 minutos con un libre directo que hubiese firmado el antiguo capitán inglés, su ídolo.
Pero si no apagas por completo el fuego de los Vatreni corres el riesgo de quemarte y los de Southgate dejaron que la caótica selección de Zlatko Dalic llegase viva al descanso.
Que en el vestuario recuperase fuerzas Perisic, que hablasen Modric y Rakitic para alimentar su toque y que Mandzukic recobrase el mal genio para enfrentarse sin miramientos a las tres torres británicas.
Y así, apareció en el segundo tiempo Perisic para empatar, emitieron destellos Modric y Rakitic y Mandzukic recuperó el olfato goleador a tiempo para entrar en la historia. Para convertir a Croacia en el oponente de la poderosa selección francesa, para entonar en el vestuario: "England's coming home".