El Parlamento israelí debate la creación de ciudades segregadas solo para judíos
El jefe del Estado dirige una inusual carta a los diputados para que no aprueben la norma discriminatoria
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
La Comisión Constitucional del Parlamento de Israel ha recibido este martes una inusual carta abierta del jefe del Estado hebreo en la que pide que no se convierta en ley una medida abiertamente discriminatoria. El presidente Reuven Rivlin, una figura protocolaria sin apenas atribuciones, se ha dirigido a los diputados que debaten un artículo de la denominada Ley del Estado Nación que permitirá la creación de ciudades segregadas para judíos. “¿Estamos dispuestos, en nombre de una visión sionista, a tolerar la discriminación y la exclusión en función del origen?”, interrogaba en su misiva a la Kneset.
El polémico precepto prevé que “el Estado pueda autorizar que una comunidad de personas que tengan la misma religión o identidad nacional mantenga su carácter de asentamiento separado”. Ari Dichter, el diputado de Likud —partido liderado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu— que figura como autor del proyecto legal, sostiene que el texto persigue “hacer posible que una población sionista pueda vivir sin tener a su lado a habitantes que no están dispuestos a defender las fronteras del país”. Los árabes israelíes —palestinos que permanecieron en Israel tras su creación en 1948—, constituyen cerca de una quinta parte de los 8,5 millones de habitantes del país.
“En la redacción actual, se permite virtualmente que cada localidad pueda fijar sin límites ni cortapisas la exclusión de mizrajíes (judíos orientales y sefardíes), de jaredíes (ultrareligiosos ), de drusos (minoría de lengua árabe), de (integrantes del colectivo) LGTB”, puntualizaba el presidente Rivlin en su carta a los parlamentarios. “Este artículo es susceptible de perjudicar al pueblo judío en todo el mundo y al Estado de Israel, e incluso puede ser usado como una arma por nuestros enemigos”, advirtió el jefe del Estado.
El ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, se apresuró a calificar de “interferencia en el proceso legislativo” el mensaje de Rivlin a los diputados. El fiscal general de Israel, Avihai Mandelblit, ya habían alertado a la Kneset de que se oponía a la creación de ciudades exclusivas para judíos y a la segregación de población en un precepto “inadmisible” en su formulación actual. Eyal Zandberg, miembro del equipo del fiscal general confirmó al diario Haaretz que la norma representaba una “clara discriminación”: “Los habitantes de las comunidades ahora podrán colgar el cartel de ‘Prohibida la entrada a los no judíos”. El letrado mayor del Parlamento, Eyal Yinon, comunicó también a los diputados que el texto “se desvía significativamente de los controles legales exigibles”. “No hemos hallado equivalencias en ninguna otra Constitución del resto del mundo”, informó en su dictamen a la Kneset.
Setenta años después de su nacimiento, Israel aún no tiene una Constitución formal. Un conjunto de leyes fundamentales cumple ese cometido, aunque su proceso de reforma suele ser el de las normas ordinarias, esto es, basta con la mayoría simple de la Cámara. El Gobierno del Netanyahu, una coalición de seis partidos considerada como la más derechista de la historia del Estado hebreo, pretende impulsar la norma en el periodo de sesiones parlamentario que concluye este mismo mes. La Ley del Estado Nación, con rango constitucional, declara a Israel como “el hogar nacional del pueblo judío”.
Por primera vez constarán en una ley básica el escudo nacional de la menora (candelabro de siete brazos) o la polémica capitalidad de Jerusalén. Pero Netanyahu y sus asociados conservadores, de la extrema derecha y ultrareligiosos buscan también que quede consagrado su sesgo ideológico en su legado normativo. Junto a las ciudades solo para judíos, se incluye la proclamación del hebreo como única lengua oficial —mientras el árabe queda rebajado al nivel de lengua con tratamiento especial— y que la ley religiosa judía supla a los principios generales del derecho en caso de laguna legal.
Rivlin hizo llegar su mensaje a la Comisión Constitucional una hora antes de que iniciara su sesión en la Kneset. También eligió una jornada en la que Netanyahu se encontraba prestando declaración por décima vez ante la policía que investiga su implicación en varios casos de corrupción. Los agentes de la brigada antifraude le interrogaron durante cinco horas sobre supuestos favores oficiales prestados al principal operador de telefonía, Internet y televisión por cable de Israel.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
La Comisión Constitucional del Parlamento de Israel ha recibido este martes una inusual carta abierta del jefe del Estado hebreo en la que pide que no se convierta en ley una medida abiertamente discriminatoria. El presidente Reuven Rivlin, una figura protocolaria sin apenas atribuciones, se ha dirigido a los diputados que debaten un artículo de la denominada Ley del Estado Nación que permitirá la creación de ciudades segregadas para judíos. “¿Estamos dispuestos, en nombre de una visión sionista, a tolerar la discriminación y la exclusión en función del origen?”, interrogaba en su misiva a la Kneset.
El polémico precepto prevé que “el Estado pueda autorizar que una comunidad de personas que tengan la misma religión o identidad nacional mantenga su carácter de asentamiento separado”. Ari Dichter, el diputado de Likud —partido liderado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu— que figura como autor del proyecto legal, sostiene que el texto persigue “hacer posible que una población sionista pueda vivir sin tener a su lado a habitantes que no están dispuestos a defender las fronteras del país”. Los árabes israelíes —palestinos que permanecieron en Israel tras su creación en 1948—, constituyen cerca de una quinta parte de los 8,5 millones de habitantes del país.
“En la redacción actual, se permite virtualmente que cada localidad pueda fijar sin límites ni cortapisas la exclusión de mizrajíes (judíos orientales y sefardíes), de jaredíes (ultrareligiosos ), de drusos (minoría de lengua árabe), de (integrantes del colectivo) LGTB”, puntualizaba el presidente Rivlin en su carta a los parlamentarios. “Este artículo es susceptible de perjudicar al pueblo judío en todo el mundo y al Estado de Israel, e incluso puede ser usado como una arma por nuestros enemigos”, advirtió el jefe del Estado.
El ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, se apresuró a calificar de “interferencia en el proceso legislativo” el mensaje de Rivlin a los diputados. El fiscal general de Israel, Avihai Mandelblit, ya habían alertado a la Kneset de que se oponía a la creación de ciudades exclusivas para judíos y a la segregación de población en un precepto “inadmisible” en su formulación actual. Eyal Zandberg, miembro del equipo del fiscal general confirmó al diario Haaretz que la norma representaba una “clara discriminación”: “Los habitantes de las comunidades ahora podrán colgar el cartel de ‘Prohibida la entrada a los no judíos”. El letrado mayor del Parlamento, Eyal Yinon, comunicó también a los diputados que el texto “se desvía significativamente de los controles legales exigibles”. “No hemos hallado equivalencias en ninguna otra Constitución del resto del mundo”, informó en su dictamen a la Kneset.
Setenta años después de su nacimiento, Israel aún no tiene una Constitución formal. Un conjunto de leyes fundamentales cumple ese cometido, aunque su proceso de reforma suele ser el de las normas ordinarias, esto es, basta con la mayoría simple de la Cámara. El Gobierno del Netanyahu, una coalición de seis partidos considerada como la más derechista de la historia del Estado hebreo, pretende impulsar la norma en el periodo de sesiones parlamentario que concluye este mismo mes. La Ley del Estado Nación, con rango constitucional, declara a Israel como “el hogar nacional del pueblo judío”.
Por primera vez constarán en una ley básica el escudo nacional de la menora (candelabro de siete brazos) o la polémica capitalidad de Jerusalén. Pero Netanyahu y sus asociados conservadores, de la extrema derecha y ultrareligiosos buscan también que quede consagrado su sesgo ideológico en su legado normativo. Junto a las ciudades solo para judíos, se incluye la proclamación del hebreo como única lengua oficial —mientras el árabe queda rebajado al nivel de lengua con tratamiento especial— y que la ley religiosa judía supla a los principios generales del derecho en caso de laguna legal.
Rivlin hizo llegar su mensaje a la Comisión Constitucional una hora antes de que iniciara su sesión en la Kneset. También eligió una jornada en la que Netanyahu se encontraba prestando declaración por décima vez ante la policía que investiga su implicación en varios casos de corrupción. Los agentes de la brigada antifraude le interrogaron durante cinco horas sobre supuestos favores oficiales prestados al principal operador de telefonía, Internet y televisión por cable de Israel.