El Asad negocia en Damasco con los kurdos apoyados por EE UU

El Consejo Democrático Sirio, cuyo brazo armado controla el 27% del país, entabla negociaciones "sin condiciones" con Damasco

Natalia Sancha
Beirut, El País
El Consejo Democrático Sirio (CDS) se ha reunido este viernes por primera vez con representantes del Gobierno sirio en Damasco. Se trata de la rama política de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), un conglomerado de milicias respaldadas por Washington y lideradas por los combatientes kurdos de las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG, por sus siglas en inglés) cuyas fuerzas controlan el 27% del país. “Estamos trabajando para una solución negociada en el norte de Siria”, ha dicho desde Viena el copresidente de este colectivo político, Riad Darar, en declaraciones recogidas por Reuters. Darar ha precisado que estas negaciones se llevan acabo “sin condiciones previas”.


Entre la delegación se encuentra el más alto responsable kurdo sirio, la mujer Ilham Ahmed y también representantes y milicianos kurdos, árabes, turcomanos y asirios. El copresidente del CDS ha adelantado que las conversaciones se iban a centrar en cuestiones de provisión de servicios, sin por ello descartar que se amplíe la agenda. “Es pronto para especular cómo se materializaran las negociaciones”, ha dicho a este diario en conversación telefónica Nuri Mahmoud, portavoz de las YPG. “Pero seguimos defendiendo que la política prima sobre lo militar y por ello acataremos los resultados que, esperemos, sean positivos”, ha precisado.

“No es la primera vez que se negocia aunque esta vez sea cara a cara”, explica una fuente cercana a la embajada de Rusia en Beirut. “Con la mediación rusa se produjeron negociaciones escaladas el año pasado entre el Gobierno sirio y las YPG sin que se llegara a un acuerdo definitivo”, agrega. Las presiones por parte de Turquía como de las fuerzas de oposición sirias han expulsado a los kurdos del proceso de negociación auspiciado por la ONU. Según esta fuente, el Gobierno de El Asad está dispuesto a hacer concesiones en materia de protección de la lengua kurda y cesiones para una más amplia administración local pero “no accederá a ningún tipo de autonomía, ni mucho menos de independencia”.

Tras siete años de guerra y medio millón de muertos, la coyuntura ha cambiado hoy en el país con las tropas regulares sirias acumulando victorias y recuperando esta semana el control de la sureña provincia de Deraa. En el norte del país, las tropas turcas invadieron el cantón kurdo de Afrín el pasado mes de marzo provocando el desplazamiento de 137.000 civiles. Y con ello, alejando en lo inmediato las aspiraciones de un Kurdistán independiente en Rojava.

El Consejo Democrático Sirio (CDS) anunció en junio su disposición a la apertura de un proceso de conversaciones sin condiciones con Damasco. Han sido escasas las ocasiones en las que sus fuerzas se han enfrentado al Ejército regular sirio, con el que han llegado a colaborar puntualmente para expulsar a facciones insurrectas de localidades como Al Bab o Afrin. Este nuevo acercamiento cuestiona la alianza que su brazo armado de las FDS ha mantenido hasta ahora con la coalición internacional liberada por Estados Unidos.

Las SDF han supuesto la punta de lanza de la coalición en tierra para acabar con el grueso de los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) al noreste del país y arrebatarles en octubre de 2017 su capital, Raqa. Tras proclamar la derrota del ISIS, la coalición mantiene que aún quedan bolsas yihadistas que erradicar en el país antes de retirar sus cerca de 2.000 marines y desmontar sus bases militares. Por su parte, miembros de las tribus árabes locales han expresado su descontento por lo “poco que se ha avanzado en la reconstrucción de Raqqa”, donde el 80% de las infraestructuras han sido diezmadas por bombardeos de la coalición. Kurdos y árabes tantean hoy la mesa de negociaciones y por ende la disposición de Damasco para devolver los servicios básicos a sus conciudadanos.

El principal escollo para implementar cualquier acuerdo sellado con los kurdos será Ankara quien tilda al YPG de grupo terrorista por sus vínculos con el PKK turco. Turquía ha creado una zona tapón al sur de su frontera y reiterado que expulsará al “ejército terrorista” [en referencia las FDS]. Tanto EE UU como Turquía son miembros de la OTAN, por lo que Washington se ha visto obligada a dar un paso atrás en su apoyo a los kurdos. Damasco podría optar por replicar el mismo acuerdo alcanzado en el sur del país con Israel gracias a la mediación rusa. Turquía podría aceptar el despliegue de las tropas sirias en su frontera a cambio de neutralizar las armas de su archienemigo kurdo, tal y como Israel ha aceptado el despliegue de efectivos sirios a cambio de alejar a los milicianos iraníes.

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