Akinféev, el enterrador del "tiki-taka"
Ignacio Ortega
Moscú, EFE
Dicen que el "tiki-taka" se consagró el 27 de junio de 2008 en las semifinales de la Eurocopa entre España y Rusia. La Roja rozó la perfección. En la portería rival estaba Ígor Akinféev. Diez años después, el guardameta ruso puso la puntilla a ese estilo de juego.
"¡No pasarán!", tituló el diario "Sovetski Sport". Y el portero ruso no dejó pasar ante España más que un gol en propia puerta de su compañero Ignashévich.
Akinféev, que lleva trece años de titular indiscutible en la selección rusa, se vistió de héroe en la tanda de penaltis al detener los disparos de Koke y Aspas.
De carácter hosco. El guardameta del CSKA Moscú no dudó en abroncar a Ignashévich en el primer gol. Poco importa que el defensa tenga ya 38 años. Nadie se atreve a llevarle la contraria. Cuando Akinféev frunce el ceño y levanta la voz todos se ponen firmes.
El nieto de Lev Yashin, Vasili Frólov, comentó a Efe que con diez años Akinféev jugaba con porteros varios años mayores que él y los técnicos de la secciones inferiores ya decían entonces que marcaría una época.
"Ígor siempre fue un chico tranquilo. Al contrario que otros niños, él despejaba el balón lejos de la portería. Los técnicos vieron eso y le auguraron un gran futuro", señaló.
Debutó en el CSKA con 17 años y en la selección justo después de cumplir la mayoría de edad. Desde entonces, muchos porteros han pasado por la selección, pero nadie le ha hecho sombra.
Todos los seleccionadores lo consideraron el número uno. Desde los rusos Slutski o Cherchésov a los holandeses Advocaat y Hiddink, y al italiano Fabio Capello.
En su momento, Alex Ferguson, el mítico técnico del Manchester United, preguntó por él, pero el ruso prefirió seguir en el club del Ejército ruso, con el que consiguió seis ligas y la Copa de la UEFA en 2005.
No es un especialista en detener lanzamientos desde los once metros, pero el heredero de los legendarios Yashin y Rinat Dasáev ya había salvado a sus equipos en más de una ocasión a lo largo de su carrera.
No obstante, en los últimos años había fallado en los grandes torneos: Mundial de Brasil, Eurocopa de Francia y Copa Confederaciones. Los rusos aún recuerdan su garrafal fallo hace cuatro años ante Corea del Sur en la primera fase mundialista.
"Akinféev es un buen portero. Lleva muchos años en la elite. Simplemente que se pone un poco nervioso en los torneos con la selección. Con el CSKA se siente mejor. Los porteros no sólo son atletas, deben ser muy fuertes mentalmente", señaló a Efe Dasáev en vísperas del Mundial.
Anoche se reivindicó. Ha sido el nexo de unión entre la brillante generación de Arshavin y la de Golovín. Es el auténtico líder de la que es considerada por muchos la peor selección de la historia de este país.
Detuvo las pocas acometidas españolas. Diego Costa lo intentó al final de la primera parte. Alba tras la reanudación. De verdad, sólo fue exigido en un disparo de Iniesta a pase de Aspas. Y respondió con una gran parada.
Tenía motivos para tenerle ganas a España. Akinféev recibió cuatro goles en el debut de ambos equipos en la Eurocopa de 2008. Aquel partido, en el que estuvo ausente Arshavin por tarjetas, fue un duro revés para la Rusia de Guus Hiddink.
Rusia se recuperó. Desde entonces, derrotaría a todos los rivales que le salieron al paso, incluido en cuartos a Holanda, contra la que Arshavin hizo un partido más propio del mismísimo Maradona.
Pero en las semifinales se encontró con una inspiradísima España. La primera parte acabó con empate sin goles, pero en la segunda la apisonadora roja comandada por Xavi aplastó a los eslavos. Akinféev encajaría tres goles en 45 minutos.
El portero ruso, de 32 años, no pudo hacer nada ante los toques sutiles de Iniesta, Silva y Güiza.
Como reconoció Iganshévich, su generación no olvidó esa derrota, Akinféev puso ayer mucho de su parte para curar esa herida que le perseguía desde hacía una década y de paso puso el último clavo en la tumba de un estilo: el "tiki-taka".
Moscú, EFE
Dicen que el "tiki-taka" se consagró el 27 de junio de 2008 en las semifinales de la Eurocopa entre España y Rusia. La Roja rozó la perfección. En la portería rival estaba Ígor Akinféev. Diez años después, el guardameta ruso puso la puntilla a ese estilo de juego.
"¡No pasarán!", tituló el diario "Sovetski Sport". Y el portero ruso no dejó pasar ante España más que un gol en propia puerta de su compañero Ignashévich.
Akinféev, que lleva trece años de titular indiscutible en la selección rusa, se vistió de héroe en la tanda de penaltis al detener los disparos de Koke y Aspas.
De carácter hosco. El guardameta del CSKA Moscú no dudó en abroncar a Ignashévich en el primer gol. Poco importa que el defensa tenga ya 38 años. Nadie se atreve a llevarle la contraria. Cuando Akinféev frunce el ceño y levanta la voz todos se ponen firmes.
El nieto de Lev Yashin, Vasili Frólov, comentó a Efe que con diez años Akinféev jugaba con porteros varios años mayores que él y los técnicos de la secciones inferiores ya decían entonces que marcaría una época.
"Ígor siempre fue un chico tranquilo. Al contrario que otros niños, él despejaba el balón lejos de la portería. Los técnicos vieron eso y le auguraron un gran futuro", señaló.
Debutó en el CSKA con 17 años y en la selección justo después de cumplir la mayoría de edad. Desde entonces, muchos porteros han pasado por la selección, pero nadie le ha hecho sombra.
Todos los seleccionadores lo consideraron el número uno. Desde los rusos Slutski o Cherchésov a los holandeses Advocaat y Hiddink, y al italiano Fabio Capello.
En su momento, Alex Ferguson, el mítico técnico del Manchester United, preguntó por él, pero el ruso prefirió seguir en el club del Ejército ruso, con el que consiguió seis ligas y la Copa de la UEFA en 2005.
No es un especialista en detener lanzamientos desde los once metros, pero el heredero de los legendarios Yashin y Rinat Dasáev ya había salvado a sus equipos en más de una ocasión a lo largo de su carrera.
No obstante, en los últimos años había fallado en los grandes torneos: Mundial de Brasil, Eurocopa de Francia y Copa Confederaciones. Los rusos aún recuerdan su garrafal fallo hace cuatro años ante Corea del Sur en la primera fase mundialista.
"Akinféev es un buen portero. Lleva muchos años en la elite. Simplemente que se pone un poco nervioso en los torneos con la selección. Con el CSKA se siente mejor. Los porteros no sólo son atletas, deben ser muy fuertes mentalmente", señaló a Efe Dasáev en vísperas del Mundial.
Anoche se reivindicó. Ha sido el nexo de unión entre la brillante generación de Arshavin y la de Golovín. Es el auténtico líder de la que es considerada por muchos la peor selección de la historia de este país.
Detuvo las pocas acometidas españolas. Diego Costa lo intentó al final de la primera parte. Alba tras la reanudación. De verdad, sólo fue exigido en un disparo de Iniesta a pase de Aspas. Y respondió con una gran parada.
Tenía motivos para tenerle ganas a España. Akinféev recibió cuatro goles en el debut de ambos equipos en la Eurocopa de 2008. Aquel partido, en el que estuvo ausente Arshavin por tarjetas, fue un duro revés para la Rusia de Guus Hiddink.
Rusia se recuperó. Desde entonces, derrotaría a todos los rivales que le salieron al paso, incluido en cuartos a Holanda, contra la que Arshavin hizo un partido más propio del mismísimo Maradona.
Pero en las semifinales se encontró con una inspiradísima España. La primera parte acabó con empate sin goles, pero en la segunda la apisonadora roja comandada por Xavi aplastó a los eslavos. Akinféev encajaría tres goles en 45 minutos.
El portero ruso, de 32 años, no pudo hacer nada ante los toques sutiles de Iniesta, Silva y Güiza.
Como reconoció Iganshévich, su generación no olvidó esa derrota, Akinféev puso ayer mucho de su parte para curar esa herida que le perseguía desde hacía una década y de paso puso el último clavo en la tumba de un estilo: el "tiki-taka".