Una francesa, detenida 15 días en Estados Unidos por cruzar la frontera con Canadá sin darse cuenta
Cedella Roman, de 19 años, fue arrestada el pasado 21 de mayo mientras corría en la localidad de White Rock, en la provincia de la Columbia Británica, limítrofe con el estado de Washington
Agencias
Cedella Roman no imaginó aquella tarde que terminaría detenida por practicar deporte. El pasado 21 de mayo la joven francesa de 19 años salió a hacer running a la orilla del mar en la localidad de White Rock, en la provincia canadiense de la Columbia Británica, pero tomó una decisión que le costaría su libertad durante las dos semanas siguientes. Al tomar un pequeño camino para fotografiar el paisaje, la joven cruzó sin darse cuenta la frontera con Estados Unidos. Al verla, dos policías fronterizos la detuvieron por haber cruzado ilegalmente.
Originaria de Briançon, en los Alpes franceses, esta joven se encontraba aprendiendo inglés en dicha localidad canadiense —de unos 20.000 habitantes— situada a tan solo seis kilómetros de Estados Unidos. Aquel día, al terminar la jornada, fue a correr a la orilla del mar. Al llegar al final de la playa notó cómo la marea comenzaba a subir, por lo que decidió retroceder y tomar un pequeño camino. Fue entonces cuando dos agentes que vigilaban la frontera se acercaron a ella y la acusaron de haber entrado ilegalmente a territorio estadounidense.
"Es un poco increíble", aseguró Roman a la cadena canadiense CBC, quien relató que no traía consigo ninguna identificación. Intentó explicarles a los agentes que era francesa, que tenía una visa en Canadá y que había cruzado sin darse cuenta. Pese a su esfuerzo por convencerlos de su situación, y después de 20 minutos, los agentes le informaron que no podían dejarla ir.
Roman fue llevada a un centro de detención de Tacoma, en el estado de Washington. "En ese momento comencé a tener mucho miedo. Tenía la impresión de ser una gran criminal", confesó la joven.
Durante dos semanas estuvo viviendo en una habitación grande con 60 literas y un centenar de migrantes. "Ver gente de África y otras partes encerrada por intentar pasar la frontera me hizo relativizar mi experiencia", admitió Roman. Dos días más tarde, llegó su madre —quien en un primer momento creyó que se trataba de una broma pesada— con el pasaporte y la visa de su hija.
La joven francesa tuvo que esperar hasta el 6 de junio para ser finalmente liberada y volver a Canadá antes de regresar a Francia, una semana después. Aunque no fue objeto de un proceso judicial, "no tiene permitido quedarse en Estados Unidos", según afirmó.
Los servicios americanos de inmigración justificaron su arresto recordando las reglas vigentes. "Es responsabilidad de cada individuo en las cercanías de una frontera internacional tener en todo momento conocimiento de su ubicación para asegurarse de que no la cruce ilegalmente", declaró a AFP un portavoz del servicio de Aduanas y protección de fronteras (CPB por sus siglas en inglés), quien recordó que las personas que viajan cerca de una frontera deben mantener sus papeles de identidad en "todo momento".
El caso de esta chica ocurrió días antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtiera de una "invasión" de inmigrantes y pidiera deportaciones extrajudiciales, apenas una semana después de la tormenta política desatada por las noticias de las separaciones de niños y padres en EE UU.
Agencias
Cedella Roman no imaginó aquella tarde que terminaría detenida por practicar deporte. El pasado 21 de mayo la joven francesa de 19 años salió a hacer running a la orilla del mar en la localidad de White Rock, en la provincia canadiense de la Columbia Británica, pero tomó una decisión que le costaría su libertad durante las dos semanas siguientes. Al tomar un pequeño camino para fotografiar el paisaje, la joven cruzó sin darse cuenta la frontera con Estados Unidos. Al verla, dos policías fronterizos la detuvieron por haber cruzado ilegalmente.
Originaria de Briançon, en los Alpes franceses, esta joven se encontraba aprendiendo inglés en dicha localidad canadiense —de unos 20.000 habitantes— situada a tan solo seis kilómetros de Estados Unidos. Aquel día, al terminar la jornada, fue a correr a la orilla del mar. Al llegar al final de la playa notó cómo la marea comenzaba a subir, por lo que decidió retroceder y tomar un pequeño camino. Fue entonces cuando dos agentes que vigilaban la frontera se acercaron a ella y la acusaron de haber entrado ilegalmente a territorio estadounidense.
"Es un poco increíble", aseguró Roman a la cadena canadiense CBC, quien relató que no traía consigo ninguna identificación. Intentó explicarles a los agentes que era francesa, que tenía una visa en Canadá y que había cruzado sin darse cuenta. Pese a su esfuerzo por convencerlos de su situación, y después de 20 minutos, los agentes le informaron que no podían dejarla ir.
Roman fue llevada a un centro de detención de Tacoma, en el estado de Washington. "En ese momento comencé a tener mucho miedo. Tenía la impresión de ser una gran criminal", confesó la joven.
Durante dos semanas estuvo viviendo en una habitación grande con 60 literas y un centenar de migrantes. "Ver gente de África y otras partes encerrada por intentar pasar la frontera me hizo relativizar mi experiencia", admitió Roman. Dos días más tarde, llegó su madre —quien en un primer momento creyó que se trataba de una broma pesada— con el pasaporte y la visa de su hija.
La joven francesa tuvo que esperar hasta el 6 de junio para ser finalmente liberada y volver a Canadá antes de regresar a Francia, una semana después. Aunque no fue objeto de un proceso judicial, "no tiene permitido quedarse en Estados Unidos", según afirmó.
Los servicios americanos de inmigración justificaron su arresto recordando las reglas vigentes. "Es responsabilidad de cada individuo en las cercanías de una frontera internacional tener en todo momento conocimiento de su ubicación para asegurarse de que no la cruce ilegalmente", declaró a AFP un portavoz del servicio de Aduanas y protección de fronteras (CPB por sus siglas en inglés), quien recordó que las personas que viajan cerca de una frontera deben mantener sus papeles de identidad en "todo momento".
El caso de esta chica ocurrió días antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtiera de una "invasión" de inmigrantes y pidiera deportaciones extrajudiciales, apenas una semana después de la tormenta política desatada por las noticias de las separaciones de niños y padres en EE UU.