Nadal anula a Del Potro y repite final en Roland Garros
Con un planteamiento soberbio, atacó los puntos débiles del argentino: el revés y la movilidad. El domingo luchará por la Undécima ante Thiem.
Nacho Albarrán
As
La fuerza de la costumbre hace que cada logro que suma Rafa Nadal ya parezca fácil. Pero no se equivoquen, es increíble. Hace 13 años que comenzó a despuntar, en 2005, cuando ganó su primer título en Roland Garros. En 2018 va camino de conquistar su Undécima Copa de los Mosqueteros. De momento, ha llegado más veces que nadie a la final en París (11) y empata en términos absolutos con Roger Federer, que ha alcanzado en las mismas ocasiones la de Wimbledon.
Este viernes ha anulado completamente a Juan Martín del Potro, a priori el rival más complicado que tenía en su lado del cuadro. Con un planteamiento soberbio, el español atacó los puntos débiles del argentino, el revés y la movilidad, para pasar su famoso rodillo por encima de él: 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y 14 minutos. El domingo (15:00, DMAX y Eurosport), se enfrentará por tercera vez este año a Dominic Thiem en busca de más gloria.
Con su victoria tiene a tiro otros dos objetivos muy importantes: mantener el número uno e igualar el viejo récord de trofeos en un mismo Grand Slam que tiene desde hace muchos años Margaret Court. La aussie ganó 11 veces el Abierto de Australia. Además, ya es primero en la carrera al Masters de Londres, por delante de Alexander Zverev. Su marca en semifinales de grandes torneos es asombrosa: 24 de 27. El último que le había apeado de la competición a esas alturas había sido precisamente Del Potro, en el US Open de 2009 que a la postre ganó. ¿Les parece fácil?
Igualdad hasta el 5-4
Nadal fue de menos a más, maduró a fuego lento a Del Potro, que intentó superar a su rival con el saque y la derecha cuando pudo invertirse para pegar a la bola con su mejor golpe. En el primer juego del partido tuvo tres puntos de break y en el noveno otros tres. No acertó a aprovecharlos y fue su final. Porque Rafa, en su primera oportunidad, le rompió el saque, se llevó el primer set y una ventaja moral importante. Luego llegaron otras dos roturas para iniciar con 5-0 la segunda manga, al borde del rosco. El tandilense lo evitó y lo celebró como si de una victoria se tratara. No podía pasar de pensar que tenía "chance" de ganar al balear, a ser humillado en la Philippe Chatrier. La diferencia parecía ya insalvable y lo fue. La máquina nadaliana siguió funcionando a pleno rendimiento, su drive y su mejorado revés cruzado echaron humo. Ahora le espera su más reciente enemigo: el nuevo Muster, el austriaco Thiem.
Nacho Albarrán
As
La fuerza de la costumbre hace que cada logro que suma Rafa Nadal ya parezca fácil. Pero no se equivoquen, es increíble. Hace 13 años que comenzó a despuntar, en 2005, cuando ganó su primer título en Roland Garros. En 2018 va camino de conquistar su Undécima Copa de los Mosqueteros. De momento, ha llegado más veces que nadie a la final en París (11) y empata en términos absolutos con Roger Federer, que ha alcanzado en las mismas ocasiones la de Wimbledon.
Este viernes ha anulado completamente a Juan Martín del Potro, a priori el rival más complicado que tenía en su lado del cuadro. Con un planteamiento soberbio, el español atacó los puntos débiles del argentino, el revés y la movilidad, para pasar su famoso rodillo por encima de él: 6-4, 6-1 y 6-2 en dos horas y 14 minutos. El domingo (15:00, DMAX y Eurosport), se enfrentará por tercera vez este año a Dominic Thiem en busca de más gloria.
Con su victoria tiene a tiro otros dos objetivos muy importantes: mantener el número uno e igualar el viejo récord de trofeos en un mismo Grand Slam que tiene desde hace muchos años Margaret Court. La aussie ganó 11 veces el Abierto de Australia. Además, ya es primero en la carrera al Masters de Londres, por delante de Alexander Zverev. Su marca en semifinales de grandes torneos es asombrosa: 24 de 27. El último que le había apeado de la competición a esas alturas había sido precisamente Del Potro, en el US Open de 2009 que a la postre ganó. ¿Les parece fácil?
Igualdad hasta el 5-4
Nadal fue de menos a más, maduró a fuego lento a Del Potro, que intentó superar a su rival con el saque y la derecha cuando pudo invertirse para pegar a la bola con su mejor golpe. En el primer juego del partido tuvo tres puntos de break y en el noveno otros tres. No acertó a aprovecharlos y fue su final. Porque Rafa, en su primera oportunidad, le rompió el saque, se llevó el primer set y una ventaja moral importante. Luego llegaron otras dos roturas para iniciar con 5-0 la segunda manga, al borde del rosco. El tandilense lo evitó y lo celebró como si de una victoria se tratara. No podía pasar de pensar que tenía "chance" de ganar al balear, a ser humillado en la Philippe Chatrier. La diferencia parecía ya insalvable y lo fue. La máquina nadaliana siguió funcionando a pleno rendimiento, su drive y su mejorado revés cruzado echaron humo. Ahora le espera su más reciente enemigo: el nuevo Muster, el austriaco Thiem.