México se convence de que puede ganar a Brasil
Luis Miguel Pascual
Moscú, EFE
México quiere afrontar sin complejos el duelo contra Brasil, un reto que le llevaría a superar barreras que hasta ahora han frenado a la "Tri", que persigue romper los límites para llegar más lejos que nunca fuera de sus fronteras.
El triunfo contra Alemania en el partido inaugural del Mundial de Rusia ha liberado a la selección que dirige el colombiano Juan Carlos Osorio de la carga de ser un equipo inferior a los grandes.
Esa victoria puede servir de plataforma de lanzamiento para otra tan brillante que, además, les llevaría jugar por tercera vez a los cuartos de final, la primera en un Mundial que no organizan ellos.
Lo logró el "Tri" en 1970 y en 1986, ambas veces como anfitriones, pero desde entonces, y tras haberse quedado fuera del Mundial de Italia de 1990, sancionados por el escándalo de los "cachirules" -la falsificación de fichas en un Mundial juvenil- acumula seis tropiezos en octavos de final.
México ha tropezado contra grandes equipos, por eso el duelo contra Brasil es una buena oportunidad para deshacerse de ese complejo.
"¿Qué mayor motivación puede haber que jugar el partido de nuestras vidas contra el pentacampeón? Es el escenario perfecto", comenta el centrocampista Andrés Guardado, que se ha convertido en uno de los portavoces del grupo.
Cuando le recuerdan que México no ha ganado nunca a Brasil en un Mundial, el jugador del Betis replica que hasta el pasado día 17 tampoco habían derrotado nunca a Alemania.
Si aquel triunfo pudo dar alas a la euforia, el correctivo del pasado miércoles frente a Suecia les sirvió para poner los pies en el suelo. "Se aprende más de las derrotas que de las victorias", asegura el veterano jugador.
Ante Brasil, sostiene el bético, tendrán un rival que se parece más al fútbol que practica el "Tri", alejado de las convenciones europeas de los escandinavos, una forma de jugar más familiar para los mexicanos.
Otro elemento para la esperanza es que México, con muchos de los que hoy defienden a la selección, derrotó a Brasil en la Copa de Confederaciones de 2013 y, el año antes, en la final de los Juegos de Londres.
"Nada es imposible", repiten en la concentración mexicana, ya sea Guardado, como el meta suplente Alfredo Talavera o el director deportivo del grupo, el exfutbolista Gerardo Torrado.
"Veo un equipo capaz de jugar de tú a tú a cualquier rival y salir victorioso", asegura el exjugador, que tras haber vivido muchos minutos en el seno de la selección ve a este grupo hecho de una pasta especial.
"Irradian una emoción por jugar ese partido y seguir rompiendo límites", asegura Torrado, que percibe "más unión" en el grupo y "una gran mentalidad que tienen por trascender".
"El respeto te lo ganas sudando la camiseta, siendo intenso, inteligente y poniendo en práctica la táctica que se necesita", agrega.
México afronta el partido sin polémicas, convencidos de las órdenes de Osorio, que ha logrado poner a todos tras sus ideas y con un fin común, llegar por vez primera a la final de un Mundial.
Ni siquiera generan debate sus rotaciones, que parecen descolocar a los observadores, pero que son admitidas sin rechistar en el vestuario.
"Si se rota, que se rota, si no se rota, que no se rota... cada situación es muy diferente. Pero si te pones en el puesto del entrenador de la selección mexicana, donde pusiste un equipo que ganó a Alemania, que hizo un gran partido contra Corea,.. ¿qué vas a hacer?, es lógica pura, darle continuidad a lo que salió bien", asegura Guardado, que no duda en salir en defensa del entrenador.
Moscú, EFE
México quiere afrontar sin complejos el duelo contra Brasil, un reto que le llevaría a superar barreras que hasta ahora han frenado a la "Tri", que persigue romper los límites para llegar más lejos que nunca fuera de sus fronteras.
El triunfo contra Alemania en el partido inaugural del Mundial de Rusia ha liberado a la selección que dirige el colombiano Juan Carlos Osorio de la carga de ser un equipo inferior a los grandes.
Esa victoria puede servir de plataforma de lanzamiento para otra tan brillante que, además, les llevaría jugar por tercera vez a los cuartos de final, la primera en un Mundial que no organizan ellos.
Lo logró el "Tri" en 1970 y en 1986, ambas veces como anfitriones, pero desde entonces, y tras haberse quedado fuera del Mundial de Italia de 1990, sancionados por el escándalo de los "cachirules" -la falsificación de fichas en un Mundial juvenil- acumula seis tropiezos en octavos de final.
México ha tropezado contra grandes equipos, por eso el duelo contra Brasil es una buena oportunidad para deshacerse de ese complejo.
"¿Qué mayor motivación puede haber que jugar el partido de nuestras vidas contra el pentacampeón? Es el escenario perfecto", comenta el centrocampista Andrés Guardado, que se ha convertido en uno de los portavoces del grupo.
Cuando le recuerdan que México no ha ganado nunca a Brasil en un Mundial, el jugador del Betis replica que hasta el pasado día 17 tampoco habían derrotado nunca a Alemania.
Si aquel triunfo pudo dar alas a la euforia, el correctivo del pasado miércoles frente a Suecia les sirvió para poner los pies en el suelo. "Se aprende más de las derrotas que de las victorias", asegura el veterano jugador.
Ante Brasil, sostiene el bético, tendrán un rival que se parece más al fútbol que practica el "Tri", alejado de las convenciones europeas de los escandinavos, una forma de jugar más familiar para los mexicanos.
Otro elemento para la esperanza es que México, con muchos de los que hoy defienden a la selección, derrotó a Brasil en la Copa de Confederaciones de 2013 y, el año antes, en la final de los Juegos de Londres.
"Nada es imposible", repiten en la concentración mexicana, ya sea Guardado, como el meta suplente Alfredo Talavera o el director deportivo del grupo, el exfutbolista Gerardo Torrado.
"Veo un equipo capaz de jugar de tú a tú a cualquier rival y salir victorioso", asegura el exjugador, que tras haber vivido muchos minutos en el seno de la selección ve a este grupo hecho de una pasta especial.
"Irradian una emoción por jugar ese partido y seguir rompiendo límites", asegura Torrado, que percibe "más unión" en el grupo y "una gran mentalidad que tienen por trascender".
"El respeto te lo ganas sudando la camiseta, siendo intenso, inteligente y poniendo en práctica la táctica que se necesita", agrega.
México afronta el partido sin polémicas, convencidos de las órdenes de Osorio, que ha logrado poner a todos tras sus ideas y con un fin común, llegar por vez primera a la final de un Mundial.
Ni siquiera generan debate sus rotaciones, que parecen descolocar a los observadores, pero que son admitidas sin rechistar en el vestuario.
"Si se rota, que se rota, si no se rota, que no se rota... cada situación es muy diferente. Pero si te pones en el puesto del entrenador de la selección mexicana, donde pusiste un equipo que ganó a Alemania, que hizo un gran partido contra Corea,.. ¿qué vas a hacer?, es lógica pura, darle continuidad a lo que salió bien", asegura Guardado, que no duda en salir en defensa del entrenador.