Maradona abochorna a Argentina
Su imagen fuera de sí en el partido ante Nigeria ha eclipsado el triunfo de la Albiceleste y la clasificación. Los jugadores son los primeros que están en contra.
Aritz Gabilondo
As
La victoria agónica de Argentina sobre Nigeria fue celebrada por todo lo alto en el país, aunque un nombre propio fue capaz de eclipsar lo hecho por la selección: Diego Armando Maradona. Las imágenes del Pelusa en el palco dieron la vuelta al mundo y las informaciones posteriores sobre su estado de salud llenaron más espacios en los medios incluso que el gol de Marcos Rojo o el de Messi. El Pelusa traspasó las fronteras del civismo para dejar una imagen que abochornó a muchos argentinos, incapaces de exculpar ya más a un jugador que ha sido leyenda del fútbol de su país. Los vídeos que circularon de él saliendo acompañado, en aparente estado de embriaguez, del palco en el que vio el partido son más argumentos para el deterioro de una imagen pública muy maltrecha.
"Es Maradona", se limitó a explicar uno de los enviados especiales de Olé, Hernán Claus, al ser cuestionado por el show de Diego. Esa justificación, se esté o no a favor de lo que hizo, es otra de las cosas que irritan a los hinchas argentinos. "No deberían dejarle acudir más a los campos", propusieron varios de ellos a través de las redes sociales, avergonzados por cómo ha llevado siempre su vida privada y social el que consideran el mejor jugador argentino de la historia junto a Messi. "Déjenlo, solo fue un mareo", respondieron otros, especialmente cuando una de las hijas, Giannina, confirmó en las redes que se encontraba bien y rumbo a Moscú en su avión privado. Horas después fue el propio Maradona el que dijo haberse encontrado mal.
Los rumores de una posible hospitalización llegaron a varios medios de comunicación, alertados por las imágenes del vahído del exjugador, ya dentro del palco VIP que ocupó junto a miembros de su entorno. Luego se supo que se recuperó sin más atención médica que un pequeño chequeo y que continuó su marcha por el Mundial como si nada hubiera pasado.
Pero sí pasó, al igual que otros días. Antes del encuentro, Maradona ya llamó la atención por un acalorado baile con una mujer nigeriana que estaba cerca de él. Después, en el partido, la cosa fue a mayores. Los acordes del himno y la celebración del primer gol argentino le llevaron al éxtasis, hasta el punto de delirar mientras los rayos de sol le alumbraban. Luego pasó por todos los ciclos, desde el agotamiento (llegó a dormirse) y posteriormente a la euforia con el gol de Rojo que celebró haciendo peinetas a la grada. Lo después ya se sabe: el mareo -o algo más- con el que salió del palco.
Una imagen que la mayoría de argentinos reprende y que los propios jugadores no perdonan. Hace unos días se les propuso que Maradona les visitara a la concentración para darles su aliento, pero ellos se negaron por entender que no iba a servirles de apoyo en un momento de mucha tensión en el Mundial. Esa imagen de bochorno se había vivido en los dos partidos anteriores, pero vivió su culmen en el encuentro ante Nigeria. Lo que debió ser alegría por un triunfo clave de Argentina se tradujo en noticias alarmantes sobre el estado de salud de un mito. Ni los jugadores ni muchos argentinos lo digieren. No en un Mundial en el que es más protagonista Maradona en la grada que la selección sobre el campo...
Aritz Gabilondo
As
La victoria agónica de Argentina sobre Nigeria fue celebrada por todo lo alto en el país, aunque un nombre propio fue capaz de eclipsar lo hecho por la selección: Diego Armando Maradona. Las imágenes del Pelusa en el palco dieron la vuelta al mundo y las informaciones posteriores sobre su estado de salud llenaron más espacios en los medios incluso que el gol de Marcos Rojo o el de Messi. El Pelusa traspasó las fronteras del civismo para dejar una imagen que abochornó a muchos argentinos, incapaces de exculpar ya más a un jugador que ha sido leyenda del fútbol de su país. Los vídeos que circularon de él saliendo acompañado, en aparente estado de embriaguez, del palco en el que vio el partido son más argumentos para el deterioro de una imagen pública muy maltrecha.
"Es Maradona", se limitó a explicar uno de los enviados especiales de Olé, Hernán Claus, al ser cuestionado por el show de Diego. Esa justificación, se esté o no a favor de lo que hizo, es otra de las cosas que irritan a los hinchas argentinos. "No deberían dejarle acudir más a los campos", propusieron varios de ellos a través de las redes sociales, avergonzados por cómo ha llevado siempre su vida privada y social el que consideran el mejor jugador argentino de la historia junto a Messi. "Déjenlo, solo fue un mareo", respondieron otros, especialmente cuando una de las hijas, Giannina, confirmó en las redes que se encontraba bien y rumbo a Moscú en su avión privado. Horas después fue el propio Maradona el que dijo haberse encontrado mal.
Los rumores de una posible hospitalización llegaron a varios medios de comunicación, alertados por las imágenes del vahído del exjugador, ya dentro del palco VIP que ocupó junto a miembros de su entorno. Luego se supo que se recuperó sin más atención médica que un pequeño chequeo y que continuó su marcha por el Mundial como si nada hubiera pasado.
Pero sí pasó, al igual que otros días. Antes del encuentro, Maradona ya llamó la atención por un acalorado baile con una mujer nigeriana que estaba cerca de él. Después, en el partido, la cosa fue a mayores. Los acordes del himno y la celebración del primer gol argentino le llevaron al éxtasis, hasta el punto de delirar mientras los rayos de sol le alumbraban. Luego pasó por todos los ciclos, desde el agotamiento (llegó a dormirse) y posteriormente a la euforia con el gol de Rojo que celebró haciendo peinetas a la grada. Lo después ya se sabe: el mareo -o algo más- con el que salió del palco.
Una imagen que la mayoría de argentinos reprende y que los propios jugadores no perdonan. Hace unos días se les propuso que Maradona les visitara a la concentración para darles su aliento, pero ellos se negaron por entender que no iba a servirles de apoyo en un momento de mucha tensión en el Mundial. Esa imagen de bochorno se había vivido en los dos partidos anteriores, pero vivió su culmen en el encuentro ante Nigeria. Lo que debió ser alegría por un triunfo clave de Argentina se tradujo en noticias alarmantes sobre el estado de salud de un mito. Ni los jugadores ni muchos argentinos lo digieren. No en un Mundial en el que es más protagonista Maradona en la grada que la selección sobre el campo...