Lewandowski, inédito, queda en deuda con su afición, mientras que Mané cumple

Bernardo Suárez Indart
Moscú, EFE
La estrella de Polonia, Robert Lewandowski, quedó en deuda con su afición en su debut mundialista en el que no consiguió anotar contra Senegal, mientras que la figura de Los Leones de Teranga, Sadio Mané, aunque no marcó, firmó un muy buen partido.


Durante toda la primera parte, el artillero del Bayern Múnich naufragó en las líneas defensivas del cuadro africano, lastrado por la falta de balones al espacio debido a la lentitud y la imprecisión del medio campo polaco y la poca efectividad del juego por las bandas.

Cuando Lewandovski tiene la pólvora mojada o sus escuderos no le suministran la necesaria munición, Polonia no asusta, sobre todo cuando tiene en frente un equipo rápido y físicamente poderoso, como lo es la escuadra de Senegal.

En cambio, Mané hizo de todo: cooperó en defensa, recuperó balones, administró con sabiduría el juego en la salida de su selección y llevó peligro al área polaca.

Precisamente, un pase del extremo del Liverpool desembocó en el gol en propia puerta de Thiago Cionek, que le dio la ventaja a Senegal en el primer tiempo.

Tras el descanso, Lewandowski pareció despertar: en el minuto 50 obligó al portero de Senegal, Khadim Ndiayé, a una estirada prodigiosa para despejar un obús de tiro libre que iba directo a la escuadra.

Cuando parecía que Polonia podía conseguir la igualdad en el marcador se produjo el mazazo: una mala entrega de Grzegorz Kryshowyak a un compañero y la indecisión de este y de su portero fue aprovechada por el rapidísimo Mbaye Niang, que llegó antes al balón que Szczesny y anotó a placer el 0-2.

La "locomotora" de Polonia, como ha llamado a Lewandowsky, el técnico de la selección rojiblanca, Adam Nawalka, no fue capaz arrastrar a su compañeros.

Autor de tres goles en los dos últimos amistosos de su selección, y de 16 en la fase de clasificación europea, lo que nadie ha logrado en la historia, Lewandowsky se fue de vacío del estadio Spartak.

Y eso que su era, con su decoración rojiblanca, el escenario perfecto para una victoria de Polonia, que ahora tendrá que medirse el próximo día 24 con Colombia, la otra perdedora en la primera jornada del Grupo H, en un partido decisivo.

A falta de cuatro minutos para el término del encuentro Kryshowiak, autor del desaguisado que supuso el 0-2 maquilló el marcador con un tanto de cabeza.

El duelo entre Lewandowski y Mané se saldó en favor del jugador senegalés, ya que cada balón en su pies daba ritmo y cargaba de peligro los ataques de su selección.

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