"La migración es inaceptable y debe detenerse": la dura posición del canciller húngaro
"Es mala para los que se ven obligados a abandonar sus hogares, es mala para los países de tránsito y también representa un desafío, a todas luces negativo, para los países de destino", declaró el ministro Peter Szijjarto
George Chaya
Infobae
"Los esfuerzos internacionales deberían centrarse en ayudar a las personas para que vivan en paz en sus países de origen, es tiempo que Europa y el mundo libre comience a tratar a los regímenes dictatoriales y a los déspotas del mundo árabe islámico en la forma correcta, en lugar de tratar de legalizar la migración ilegal", dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, en una reunión intergubernamental de las Naciones Unidas en Nueva York.
Dado el caos migratorio musulmán que ha sacudido a Europa, las palabras de Szijjarto han tenido alto impacto sencillamente porque tienen sentido para las sociedades occidentales que han sido anfitrionas de cientos de miles de inmigrantes, para los cuales la integración, como ha quedado demostrado, resultó ser un gran fracaso.
Szijjarto avanzó en su discurso señalando que Hungría rechaza la posición de que la migración es buena. "Esto no es cierto -dijo el ministro-, es mala para los que se ven obligados a abandonar sus hogares, es mala para los países de tránsito y también representa un desafío, a todas luces negativa para los países de destino".
Los occidentales deben preguntarse por qué los países islámicos, especialmente los ricos en petróleo, no han abierto sus puertas para ayudar a sus hermanos y hermanas en el Islam.
La respuesta en clara a esta altura de las circunstancias, es porque países como Turquía, Arabia Saudita, Siria e Irán son grandes exportadores de yihad y de la ideología yihadista. El imperativo expansivo que está arraigado en esa ideología se está cumpliendo a través de la Hijra.
Depende de los países occidentales (es decir, los ciudadanos) salvar su propia civilización al expulsar a los globalistas corruptos en el momento de las elecciones.
La migración debe detenerse, no gestionarse, esa es una responsabilidad política de la clase dirigente. Los esfuerzos internacionales deberían centrarse en ayudar a las personas a vivir pacíficamente en sus países en lugar de aceptar la migración ilegal tratando de legalizarla. La realidad indica que esa migración que está fuera de las leyes europeas ha causado grandes problemas al continente en los últimos años a través de acciones terroristas y delitos de todo tipo, dijo el lunes el canciller Peter Szijjarto en la reunión mensual de Naciones Unidas en Nueva York.
"La migración no debe gestionarse, debe detenerse de inmediato", insistió Szijjarto en la reunión dedicada a los asuntos de migración global de la ONU.
Es inaceptable continuar con políticas fraudulentas que al cabo no cumplen con el sentido que se pretende desde lo humanitario. No hay nada humanitario en la migración, los migrantes son maltratados en la mayoría de los casos y los ciudadanos europeos acaban siendo víctimas de los delitos de los migrantes por varias razones, pero principalmente por aspectos de las ideas relacionadas al fundamentalismo y el terrorismo.
La migración no es un derecho humano fundamental; vivir en paz y en buenas condiciones en la propia tierra de nacimiento si lo es, dijo Szijjarto. Añadiendo que: "proteger las fronteras no es una opción, sino una responsabilidad para los países". Y finalizó señalando que cuando las personas se ven obligadas a abandonar su patria, se les debería ayudar a mantenerse lo más cerca posible y, una vez que el conflicto haya terminado, puedan regresar a casa.
Hungría atribuye gran importancia a la discusión sobre el tema de migración global, porque la decisión que se tomará "determinará el futuro de nuestros hijos y nietos a largo plazo", dijo Szijjarto, y señaló algunas preguntas fundamentales que Europa debe plantearse repensando el deseo de tener seguridad y orden.
Szijjarto insistió en que los votantes húngaros "expresaron claramente su posición" sobre la migración en una encuesta nacional y en las elecciones nacionales del 8 de abril pasado. El Ministro culminó señalando que el "objetivo número uno" de su gobierno es garantizar la seguridad del país y su gente.
George Chaya
Infobae
"Los esfuerzos internacionales deberían centrarse en ayudar a las personas para que vivan en paz en sus países de origen, es tiempo que Europa y el mundo libre comience a tratar a los regímenes dictatoriales y a los déspotas del mundo árabe islámico en la forma correcta, en lugar de tratar de legalizar la migración ilegal", dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, en una reunión intergubernamental de las Naciones Unidas en Nueva York.
Dado el caos migratorio musulmán que ha sacudido a Europa, las palabras de Szijjarto han tenido alto impacto sencillamente porque tienen sentido para las sociedades occidentales que han sido anfitrionas de cientos de miles de inmigrantes, para los cuales la integración, como ha quedado demostrado, resultó ser un gran fracaso.
Szijjarto avanzó en su discurso señalando que Hungría rechaza la posición de que la migración es buena. "Esto no es cierto -dijo el ministro-, es mala para los que se ven obligados a abandonar sus hogares, es mala para los países de tránsito y también representa un desafío, a todas luces negativa para los países de destino".
Los occidentales deben preguntarse por qué los países islámicos, especialmente los ricos en petróleo, no han abierto sus puertas para ayudar a sus hermanos y hermanas en el Islam.
La respuesta en clara a esta altura de las circunstancias, es porque países como Turquía, Arabia Saudita, Siria e Irán son grandes exportadores de yihad y de la ideología yihadista. El imperativo expansivo que está arraigado en esa ideología se está cumpliendo a través de la Hijra.
Depende de los países occidentales (es decir, los ciudadanos) salvar su propia civilización al expulsar a los globalistas corruptos en el momento de las elecciones.
La migración debe detenerse, no gestionarse, esa es una responsabilidad política de la clase dirigente. Los esfuerzos internacionales deberían centrarse en ayudar a las personas a vivir pacíficamente en sus países en lugar de aceptar la migración ilegal tratando de legalizarla. La realidad indica que esa migración que está fuera de las leyes europeas ha causado grandes problemas al continente en los últimos años a través de acciones terroristas y delitos de todo tipo, dijo el lunes el canciller Peter Szijjarto en la reunión mensual de Naciones Unidas en Nueva York.
"La migración no debe gestionarse, debe detenerse de inmediato", insistió Szijjarto en la reunión dedicada a los asuntos de migración global de la ONU.
Es inaceptable continuar con políticas fraudulentas que al cabo no cumplen con el sentido que se pretende desde lo humanitario. No hay nada humanitario en la migración, los migrantes son maltratados en la mayoría de los casos y los ciudadanos europeos acaban siendo víctimas de los delitos de los migrantes por varias razones, pero principalmente por aspectos de las ideas relacionadas al fundamentalismo y el terrorismo.
La migración no es un derecho humano fundamental; vivir en paz y en buenas condiciones en la propia tierra de nacimiento si lo es, dijo Szijjarto. Añadiendo que: "proteger las fronteras no es una opción, sino una responsabilidad para los países". Y finalizó señalando que cuando las personas se ven obligadas a abandonar su patria, se les debería ayudar a mantenerse lo más cerca posible y, una vez que el conflicto haya terminado, puedan regresar a casa.
Hungría atribuye gran importancia a la discusión sobre el tema de migración global, porque la decisión que se tomará "determinará el futuro de nuestros hijos y nietos a largo plazo", dijo Szijjarto, y señaló algunas preguntas fundamentales que Europa debe plantearse repensando el deseo de tener seguridad y orden.
Szijjarto insistió en que los votantes húngaros "expresaron claramente su posición" sobre la migración en una encuesta nacional y en las elecciones nacionales del 8 de abril pasado. El Ministro culminó señalando que el "objetivo número uno" de su gobierno es garantizar la seguridad del país y su gente.