El "partido ausente" de Lionel Messi y su estadística que hace sonar todas las alarmas en la Selección
El capitán del combinado nacional no apareció en el partido en el que Argentina más lo necesitó. En el primer tiempo, el esquema no lo favoreció. En la segunda etapa, la preocupación por su estado de ánimo se corporizó en el campo
Infobae
Ese gesto en el himno, tomándose la frente, fue un símbolo de lo que se vería después. Un Messi frustrado, ausente, navegando la cancha entre la impotencia por la falta de juego a su alrededor y su poca participación, que se incrementó un poco con el equipo ya en desventaja, cuando retrocedió a enlazar, incluso, en el campo propio. Pero sin pesar; justo él, el mejor jugador del mundo, estuvo fuera de circulación en la humillante derrota de Argentina contra Croacia.
Desde el entorno de la delegación argentina le habían advertido en la semana a Infobae que el estado de ánimo del capitán del combinado nacional no era el mejor; todavía más después del penal fallado en el empate contra Islandia. Y esa pintura se observó con claridad en el estadio Nizhni Novgorod.
Sampaoli dispuso jugar con carrileros (Salvio y Acuña) para que Leo, de 30 años, contara con sus "Jordi Alba" o "Dani Alves", al estilo Barcelona, para que se combinara. A su vez puso como titular a Enzo Pérez como primera puntada, interlocutor con el que el rosarino había brillado en el 3-1 ante Ecuador que le dio a Argentina la clasificación al Mundial.
La orden, además, era que jugara más cerca del área adversaria, donde desnivela. Pero nada de lo que el técnico escribió en la pizarra sucedió. Argentina no encontró a Messi y Messi jugó claramente por debajo de sus posibilidades.
Messi apenas pateó una vez al arco: fue en la segunda etapa, luego de que el arquero le tapara el primer remate a Maximiliano Meza. Allí, el mediocampista de Independiente, tras el rebote, le cedió de taco. Cerca de la línea de meta, shoteó, pero Rakitic, su compañero de Barcelona, bloqueó justo el tiro.
Tocó sólo 32 pelotas; 24 pases fueron correctos y 8 terminaron en botines adversarios. Recuperó una pelota. Una radiografía que evidencia poca incidencia tratándose del capitán, la figura.
Hay una estadística que hace sonar todas las alarmas: son varios los jugadores que tocaron más la pelota. Uno de ellos fue… Wilfredo Caballero. Sí, el arquero, que cometió el grosero error que rompió el partido, se contactó 38 veces con el balón (marró 16 cesiones, otro síntoma).
Los números hablan. Indican que Argentina apostó por una posesión y/o salida que no prosperó, dado que la pelota corrió demasiado por el fondo, donde no lastima. Y poco fue a los pies de Messi quien, cuando el partido pasó lista, no dijo presente.
Infobae
Ese gesto en el himno, tomándose la frente, fue un símbolo de lo que se vería después. Un Messi frustrado, ausente, navegando la cancha entre la impotencia por la falta de juego a su alrededor y su poca participación, que se incrementó un poco con el equipo ya en desventaja, cuando retrocedió a enlazar, incluso, en el campo propio. Pero sin pesar; justo él, el mejor jugador del mundo, estuvo fuera de circulación en la humillante derrota de Argentina contra Croacia.
Desde el entorno de la delegación argentina le habían advertido en la semana a Infobae que el estado de ánimo del capitán del combinado nacional no era el mejor; todavía más después del penal fallado en el empate contra Islandia. Y esa pintura se observó con claridad en el estadio Nizhni Novgorod.
Sampaoli dispuso jugar con carrileros (Salvio y Acuña) para que Leo, de 30 años, contara con sus "Jordi Alba" o "Dani Alves", al estilo Barcelona, para que se combinara. A su vez puso como titular a Enzo Pérez como primera puntada, interlocutor con el que el rosarino había brillado en el 3-1 ante Ecuador que le dio a Argentina la clasificación al Mundial.
La orden, además, era que jugara más cerca del área adversaria, donde desnivela. Pero nada de lo que el técnico escribió en la pizarra sucedió. Argentina no encontró a Messi y Messi jugó claramente por debajo de sus posibilidades.
Messi apenas pateó una vez al arco: fue en la segunda etapa, luego de que el arquero le tapara el primer remate a Maximiliano Meza. Allí, el mediocampista de Independiente, tras el rebote, le cedió de taco. Cerca de la línea de meta, shoteó, pero Rakitic, su compañero de Barcelona, bloqueó justo el tiro.
Tocó sólo 32 pelotas; 24 pases fueron correctos y 8 terminaron en botines adversarios. Recuperó una pelota. Una radiografía que evidencia poca incidencia tratándose del capitán, la figura.
Hay una estadística que hace sonar todas las alarmas: son varios los jugadores que tocaron más la pelota. Uno de ellos fue… Wilfredo Caballero. Sí, el arquero, que cometió el grosero error que rompió el partido, se contactó 38 veces con el balón (marró 16 cesiones, otro síntoma).
Los números hablan. Indican que Argentina apostó por una posesión y/o salida que no prosperó, dado que la pelota corrió demasiado por el fondo, donde no lastima. Y poco fue a los pies de Messi quien, cuando el partido pasó lista, no dijo presente.