El Papa llama a su Iglesia a "tocar" el sufrimiento de las personas

Roma, AFP
El Papa Francisco advirtió hoy a los miembros de la Iglesia de la tentación de mantener "una prudente distancia" con el sufrimiento de los demás, en la misa por la fiesta de los santos Pedro y Pablo, a la que asistieron los nuevos cardenales.
El pontífice, durante su homilía en la plaza de San Pedro, señaló que Jesús se entregó "hasta las últimas consecuencias" y que "tal amor misericordioso supone ir a todos los rincones de la vida para alcanzar a todos, aunque eso le costase el buen nombre, las comodidades, la posición o el martirio".


"No son pocas las veces que sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Jesús toca la miseria humana, invitándonos a estar con él y a tocar la carne sufridora de los demás", advirtió tras escuchar la lectura del Evangelio.

Francisco señaló que "confesar la fe con nuestros labios y con nuestro corazón exige identificar los secretos del maligno" en el mundo.

Pero también "aprender a discernir y descubrir esos cobertizos personales o comunitarios que nos mantienen a distancia del nudo de la tormenta humana" y que impiden "entrar en contacto con la existencia concreta de los otros".

Recordó ante los prelados y cardenales que "Jesús el Ungido, que de poblado en poblado camina con el único deseo de salvar y levantar lo que se creía perdido, unge al muerto, al enfermo, las heridas, al penitente, la esperanza".

"En esa unción, cada pecador, perdedor, enfermo, pagano, allí donde se encontraba, pudo sentirse miembro amado de la familia de Dios. Con sus gestos, Jesús les decía de modo personal: tú me perteneces", catequizó.

En esta misa participaron los catorce nuevos cardenales creados por el Papa ayer, entre ellos el español prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Francisco Ladaria Ferrer, y el arzobispo de la peruana Huancayo, Pedro Ricardo Jimeno Barreto.

Y también el claretiano español Aquilino Bocos Merino; el prelado emérito de la diócesis boliviana de Corocoro, Toribio Ticona Porco, y el arzobispo emérito de la mexicana Xalapa, Sergio Obeso Rivera.

Además en la ceremonia estuvo presente una delegación enviada por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, guiada por el arzobispo de Telmessos, Job; el obispo de Nazianzos, Theodoretos, y el diácono patriarcal Alexander Koutsis.

En esta solemne ceremonia de San Pedro y San Pablo, copatronos de Roma, Francisco también bendijo los palios, estolas de lana, que serán impuestos en sus respectivas sedes a los nuevos arzobispos metropolitanos.

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